¿Qué es ser un Buena Nota?

Ser una persona Buena Nota hace referencia a una persona de grandes cualidades profesionales y particularmente humanas. Es un ejemplo a seguir y una guía de comportamiento social. Ser una persona Buena Nota está relacionado con altas calidades y capacidades.

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¿Qué se refiere ser un Buena Nota?

DECÁLOGOS

BUENA NOTA

EQUIPO BUENA NOTA


Foto Javier Ospina Concejal
Empresario bogotano. Nació en la localidad de Los Mártires en donde ha desempeñado su actividad comercial y ha impulsado su trabajo como líder político. En el año 2015 fue elegido como Edil de la localidad de los Mártires por el partido Centro Democrático. Desde esta posición denunció una serie de presuntas irregularidades en los procesos de contratación de la alcaldía local de Mártires, que terminaron con la renuncia del alcalde local y la dimisión de 5 alcaldes más en toda la ciudad por presuntos actos de corrupción.

Ha sido reconocido por su trabajo en la persecución de las bandas delincuenciales, para reducir los focos de inseguridad que operan en la localidad e instrumentalizan a menores, adultos mayores y habitantes de calle para cometer sus delitos.

Se le recuerda además por haber denunciado ante los medios de comunicación y el Congreso de la República, la explotación infantil, la trata de personas, el secuestro, las múltiples violaciones a los derechos humanos en el sector de la “L” en el Bronx, lo cual derivó más adelante en el desmantelamiento completo y la toma del sector por parte de la autoridad policiva y administrativa el 28 de mayo de 2016.

Ospina conocido como “Buena Nota” es un convencido de que el trabajo político, debe ser propositivo y que sirve para ayudar a las personas, escuchar sus necesidades, trabajar en equipo, y alcanzar soluciones con acciones.

En la actualidad como Concejal de Bogotá es el impulsor de la iniciativa “Buena Nota”, con la que busca brindar medios para que cada persona mejore su gestión individual y social, que mejore las relaciones humanas y fundamenten una ciudadanía basada en respeto y valores. Los conceptos Conciencia Ciudadana y Sentido común, hacen parte de esta estrategia.

Ospina como empresario también ha trabajado con los comercios populares lo que lo ha convertido desde hace varios años en representante de este importante sector de la economía de la ciudad. Hoy en día su trabajo se fundamenta en tres pilares fundamentales: Micro y pequeña empresa, Comercios Masivos Formales y Ciudad Inteligente.

Javier Ospina


Concejal Buena Nota


Fernando Casas
Juan Fernando Casas Vargas

Comunicador social y periodista

Experiencia para dirigir equipos de trabajo, liderazgo, compromiso y vocación de servicio. Creatividad e innovación. Destreza para la redacción. Habilidad y experticia para la comunicación y el relacionamiento estratégico.

Christian Uricoechea
Christian Uricoechea

Politólogo Internacionalista y Comunicador Social

Experiencia en liderar, coordinar y socializar proyectos de autoridades nacionales, regionales y locales para el desarrollo de procesos de gobernabilidad.

Christian Uricoechea
Luis Páez

Conductor

Lilian Munoz
Lilian Muñoz

Asesora administrativa

Psicóloga con especialización en Derecho Laboral y Seguridad Social con experiencia en Psicología Organizacional, Social, Educativa e Interventoría; En el ámbito laboral cuento con experiencia en el sector público y privado en procesos del área de recursos humanos (Selección, contratación, nómina, procesos disciplinarios, desarrollo de personal), capacitaciones grupales e individuales sobre procesos de recursos humanos, orientación vocacionales, seguridad social, visitas domiciliarias (sociales – organizacionales), interventora de obras civiles, área administrativa.

Freddy Urrego
Freddy Urrego

Asesor jurídico

Abogado, especializado en Derecho Constitucional, Derecho Público Financiero y Derecho Administrativo con énfasis en Contratación Estatal. Magíster en Derecho Administrativo de la Pontificia Universidad Javeriana. Amplia experiencia en derecho contractual, en materia de estructuración de proyectos y asesoría jurídica, litigo en Derecho Administrativo, Derecho Público en temas referentes a control político y gestión normativa.

Alejandra Castillo Pinzon
Alejandra Castillo Pinzon

Practicante de Psicología

Estudiante de décimo semestre de psicología, técnico en recursos humanos, experiencia en talento humano en procesos de selección, contratación de personal, bienestar formación y desarrollo.

Javier Gomez
Javier Gómez

Abogado

Especialista en Innovación y Desarrollo de Negocios,con Certificación en Customer Experience Management,amplia experiencia en el manejo de Cuentas Claves Corporativas,planeacion estratégica y fidelizacion de clientes.

Fernando Casas
Juan Fernando Casas Vargas

Comunicador social y periodista

Experiencia para dirigir equipos de trabajo, liderazgo, compromiso y vocación de servicio. Creatividad e innovación. Destreza para la redacción. Habilidad y experticia para la comunicación y el relacionamiento estratégico.

Christian Uricoechea
Christian Uricoechea

Politólogo Internacionalista y Comunicador Social

Experiencia en liderar, coordinar y socializar proyectos de autoridades nacionales, regionales y locales para el desarrollo de procesos de gobernabilidad.

Christian Uricoechea
Luis Páez

Conductor

Lilian Munoz
Lilian Muñoz

Asesora administrativa

Psicóloga con especialización en Derecho Laboral y Seguridad Social con experiencia en Psicología Organizacional, Social, Educativa e Interventoría; En el ámbito laboral cuento con experiencia en el sector público y privado en procesos del área de recursos humanos (Selección, contratación, nómina, procesos disciplinarios, desarrollo de personal), capacitaciones grupales e individuales sobre procesos de recursos humanos, orientación vocacionales, seguridad social, visitas domiciliarias (sociales – organizacionales), interventora de obras civiles, área administrativa.

Freddy Urrego
Freddy Urrego

Asesor jurídico

Abogado, especializado en Derecho Constitucional, Derecho Público Financiero y Derecho Administrativo con énfasis en Contratación Estatal. Magíster en Derecho Administrativo de la Pontificia Universidad Javeriana. Amplia experiencia en derecho contractual, en materia de estructuración de proyectos y asesoría jurídica, litigo en Derecho Administrativo, Derecho Público en temas referentes a control político y gestión normativa.

Alejandra Castillo Pinzon
Alejandra Castillo Pinzon

Practicante de Psicología

Estudiante de décimo semestre de psicología, técnico en recursos humanos, experiencia en talento humano en procesos de selección, contratación de personal, bienestar formación y desarrollo.

Nuestras últimas noticias


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Enlace a ALIMENTO DE BANDIDOS

ALIMENTO DE BANDIDOS

El aumento de extorsiones a comerciantes en Bogotá mediante panfletos, aparentemente firmados por el “Tren de Aragua” o el ELN, en los cuales se exigen pagos semanales a cambio de la vida, además de ser una amenaza que intimida a estos micro y pequeños empresarios, es la muestra del desgobierno que se vive en la capital de Colombia y en todo el territorio nacional. Seguramente, el proceder delictivo por parte de estos criminales pretende sumarse a “jóvenes en paz”, programa del Petrismo que busca mediante el pago de un millón de pesos mensual, evitar que bandidos que cometen este tipo de prácticas se alejen de ellas. En pocas palabras, como lo expresó el primer mandatario desde Buenaventura: “PAGAR PARA NO MATAR”. Para tal fin, estaría destinado un presupuesto que desangra no solo las finanzas públicas, sino el honor de un país que terminaría arrodillado a las mafias. No obstante, el billón de pesos que saldría de los impuestos de todos los colombianos, financiaría un ejército de “primera línea” que estaría a merced de Gustavo Petro. Ahora bien, estas extorsiones que comenzaron con panfletos y mensajes vía WhatsApp, ahora las están haciendo de manera personal y han llegado hasta los pequeños tenderos del sur y norte de Bogotá, es decir, el descaro y la falta de miedo por la autoridad se volvió una realidad para estas bandas. Con base en cifras reportadas por la Fiscalía, entre enero y septiembre de 2023 se han denunciado 1.862 casos de extorsión. Sin embargo, si tenemos en cuenta que una de las rutas que tiene la víctima para declarar es la página web “A denunciar” de la Policía Nacional, pues es acá donde hay una primera barrera para interponer la acusación, ya que la plataforma presenta fallas recurrentes para el ingreso de los datos personales y no es posible concluir el proceso. Así las cosas, existe un preocupante sub registro que genera datos erróneos en el número de casos en cuanto a medición de criminalidad. Hacemos un llamado para que la nueva administración distrital, en cabeza de Carlos Fernando Galán, priorice una política pública de seguridad para quienes tanto aporte le generan a la sociedad y a la reactivación económica del país. La integridad de ningún colombiano puede verse en peligro, pero tenemos que proteger a nuestros pequeños y micros empresarios, pues son los primeros generadores de empleo. En 2022, el comercio le aportó a Bogotá 372.000 puestos de trabajo y, en toda Colombia 1,5 millones de empleos. Si somos conscientes que detrás de cada uno de esos cargos hay una familia, entonces basta con multiplicar para darle la importancia que se merecen. Fortalezcamos e impulsemos programas para que los niveles de producción y de ventas aumenten y con ello, el flujo de dinero activo dentro del país. ¿o vamos a dejar que la extorsión y, ahora el presidente, alimenten a los bandidos?

Posteado por: Javier Ospina el 2023-11-19

Enlace a Fuga de bandidos por capital

Fuga de bandidos por capital

La apuesta por una “Colombia Humana”, ha llevado al actual gobierno a desencadenar posturas populistas que han generado una serie de crisis internas en todo el territorio nacional, con mayor impacto en Bogotá, en donde a la inseguridad, falta de empleo y problemas de movilidad, ahora también se suman los reportes negativos en ventas por parte de comerciantes, micro y pequeños empresarios, quienes además de ser víctimas de extorsión, resultan afectados por las políticas de Gustavo Petro, quien tituló su programa de gobierno “Colombia Potencia Mundial de la Vida” y, que lo único que está potenciando, es la fuga de capital nacional y falta de inversión extranjera. Para la muestra, el temor al que se someten a diario los empresarios y comerciantes de San Victorino quienes, por cierto, debido a la caída en las ventas de sectores como manufactura (-35%) y gastronomía (-24%), han tenido que hacer un llamado S.O.S. para que los colombianos compren productos ciento por ciento nacionales y de este modo, salvar no solo la temporada de fin de año que se aproxima, sino el miedo que genera la incertidumbre actual y que contagia el síndrome de preferir vender el negocio y montarlo en otro país. Esto que está pasando en los comercios del centro de Bogotá y que se replica por toda Colombia, es de vital importancia ya que, de seguir así, provocaría el cierre de empresas y un desfinanciamiento nacional, en otras palabras, una reducción en la reserva de capital en el sistema bancario y una afectación directa del PIB. Mientras los costos de operación sigan al alza, los precios para el consumidor seguirán afectando el bolsillo y, como consecuencia, la abstención al gasto en cualquier sector productivo traerá la reducción de empleo. Es una lógica que cuando no hay empleo se genera pobreza y con esta, violencia. La incertidumbre política y económica que vive Colombia desde la llegada de la izquierda al poder nacional no es de ahora, desde 2018 cuando Gustavo Petro llegó a segunda vuelta, se encendieron las alarmas y muchos colombianos previendo lo que está sucediendo hoy, comenzaron a crear vínculos en el extranjero como medida proteccionista de sus patrimonios. Así las cosas, la fuga de capitales en Colombia solo para el primer semestre de este año superó los US$ 14.000 millones, equivalente a 2 o 3 puntos del PIB. Cifra que hay que tener presente el próximo 29 de octubre cuando vayamos a votar. ¿Queremos que este gobierno al que le quedan 3 años, coja más fuerza en estas elecciones y tengamos que esperar hasta 2027 para volver a actuar en las urnas? El llamado es a ser conscientes de la realidad del país y salgamos temprano, antes de las 9 A.M. y votemos bien para que en vez de que se fugue el capital nacional, se fuguen los bandidos que hoy tenemos en el gobierno.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-10-14

Enlace a El jefe de jefes

El jefe de jefes

La marcha del pasado miércoles, promovida por Petro, no fue más que una excusa libreteada para hacer proselitismo a favor de su candidato en Bogotá y, que tuvo como resultado, la afectación económica en los comercios formales masivos ubicados en el centro de la ciudad. Durante la marcha, visité el sector de San Andresito de San José y haciendo un balance con base en lo que manifestaron los comerciantes, la jornada estuvo marcada por la disminución de un 50% en las ventas, sin hablar de los muchos negocios que, por miedo a los marchantes, prefirieron no abrir. Según Fenalco, 5 % de los establecimientos comerciales de la capital han sido vandalizados durante estas jornadas que, en este último capítulo y a un mes de elecciones, fueron el espacio perfecto para promocionar al candidato del Pacto Histórico. Lejos de ser una marcha autónoma, fue un día de campaña promovido por el Estado y pagado con nuestros impuestos. Es indignante, que el “gobierno del cambio” haya cambiado su discurso progresista de austeridad, por el derroche de dinero y peor aún, haciendo un llamado a la trashumancia ya no solo de carácter electoral, sino de marchantes. Es decir, ahora las personas que “quieren marchar” son pagadas y trasladadas desde otras ciudades con el fin de llenar la Plaza de Bolívar en Bogotá, y todo, con el anzuelo de un concierto “protesta” y bajo el argumento de una “movilización cultural” teniendo de inspiración la última canción de Shakira, citada por el Petrismo y que hace referencia a la exclusión, la desigualdad, la injusticia, la explotación y el acoso. El jefe, como se titula la última canción de la barranquillera y que tiene un corte más mexicano que colombiano, le queda como “anillo al dedo” al primer mandatario de los colombianos, pues su discurso de odio hacia la clase “privilegiada”, es una constante de quienes llevan en su diario vivir la bandera progresista, envidiando lo ajeno en vez de producir lo propio. Hoy, “El Jefe”, está sentado en la Casa de Nariño buscando promover marchas y visitas a las localidades de la periferia de Bogotá, con el único fin de ponerle otro “jefe” pero a los capitalinos y deja de lado, los miles de colombianos que han tenido que migrar dada la incertidumbre social, económica y política de este país desde que llegó el Petrismo. La explotación laboral, problemática que toca esta canción y citan los “jefes” del Pacto Histórico, hoy, más que nunca, se da en Bogotá y el resto del país, pues los trabajos informales, para el trimestre mayo-julio de 2023, Bogotá tuvo un 33.6% y Colombia tiene una tasa de empleo informal de 53%, siendo de las más altas en el mundo.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-10-01

Enlace a Segundo aire para una primera línea

Segundo aire para una primera línea

Los hechos vandálicos que por poco terminan con la quema del CAI La Gaitana, promovidos, según la alcaldesa Claudia López, por criminales de La Primera Línea, hicieron eco en nuestra sede de campaña, debido a un grupo de desadaptados quienes tenían por objeto intimidarnos con arengas y panfletos alusivos a las ya acostumbradas frases de cajón que utilizan para referirse al Centro Democrático. Gracias a Dios y a las autoridades, en ninguno de estos casos se vieron comprometidas vidas y, más allá de crear alertas, son el ejemplo de la falta de seguridad que tiene viviendo con miedo al 99 por ciento de la ciudadanía, mientras el uno por ciento, representado en estos delincuentes, está en constante búsqueda por amedrantar a quienes le aportamos al país, olvidando que, 9 de cada diez bandidos, actúan con miedo cuando cometen un acto delictivo, por eso, siempre lo hacen en la noche. Ahora bien, que existan desadaptados, en otras palabras, personajes carentes de valores de convivencia y de respeto por la ley, es algo inevitable, puesto que, siempre existirán quienes quieran perturbar el orden y la seguridad, sin embargo, que el hoy candidato a la alcaldía, Gustavo Bolívar, se consagre con los delincuentes de la Primera Línea, más que un Pacto, es una muestra de cariño para esos terroristas y una bofetada para los capitalinos. Nada justifica un proceder delictivo, pero mucho menos, que un candidato a la alcaldía, defienda este tipo de conductas criminales que tienen como fin la anarquía, porque cabe recordar los dos mil delitos que habría cometido la Primera Línea y el caos y la violencia, que produce cada una de las “manifestaciones” de esta banda organizada. Porque para lo único que son organizados es para fomentar el resentimiento social, confrontaciones y la manipulación de niños instrumentalizados para actos violentos. Lo que necesita Bogotá, en principio, son proyectos para despertar la conciencia ciudadana, dicho de otra manera, ciudadanos Buena Nota, con valores y principios, porque no podemos seguir esperando que un alcalde o un presidente nos solucione los problemas. Así las cosas, se debe exigir a mandatarios, bien sea locales, distritales, departamentales o nacionales que, su proceder esté dado con base en su ética, intereses compartidos con los conciudadanos y capacidad para administrar el territorio. Desafortunadamente, las formas como se hace la política están permeadas por las malas prácticas, el populismo, la traición y la conveniencia, por eso, invitamos a los capitalinos a que, en estas elecciones, nos acompañen votando por el equipo Buena Nota al Concejo y en las distintas localidades a Edil. Un político no nos va a solucionar todos los problemas, pero un mal político nos puede hacer mucho daño y más, cuando le entregamos a cargo la capital del país.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-09-16

Enlace a Y volver, volver, volver

Y volver, volver, volver

Como niño estrenando niñera, vuelve y juega este gobierno a hacer de las suyas, esta vez, en cabeza de la Prosperidad Social de los colombianos desde donde esperamos no aplique el polígrafo para fijar políticas, planes y proyectos, en beneficio de la asistencia y atención de quienes son víctimas, entre otros, de la exclusión social. Un desacierto más, designar a una persona quien según medios de comunicación, no cumplía con el pago de la seguridad social a una madre cabeza de familia, a quien confiaban más que el cuidado de un niño, para que formule, coordine e implemente la justicia social y económica de la población en situación de vulnerabilidad. Es decir, alrededor de 9 billones de pesos, equivalente al presupuesto de tres ministerios, quedan al libre albedrío de quien con escasos tres años de experiencia en el sector público, es sin lugar a dudas, otra de las nefastas decisiones de Gustavo Petro. No obstante, la voluntad del primer mandatario de los colombianos “representa” el clamor popular de quienes “mayoritariamente” confiaron en él cuando depositaron en las urnas su voto de confianza, la misma, que hoy se ve traicionada con esta decisión política que, para la mayoría, votantes y no votantes, es totalmente errada dada la ética y el tacto que hay que tener para dirigir una entidad como el DPS. Si bien los cargos de confianza no tienen doctorado, resulta muy cuestionable que, con tan poca preparación y experiencia en lo social, una persona como Laura Sarabia, resulte de la noche a la mañana, a cargo de un programa que tiene como objetivo promover y apoyar a las mujeres más vulnerables, cuando ella, claramente no las respeta, como se evidenció en el caso de su ex niñera, Marelbys Meza. Coincido con quienes se refieren a este nombramiento como una “bofetada” por parte de este gobierno, para quienes creemos en la mujer como símbolo de dedicación, esmero y orgullo. El entramado jurídico de esta “jugadita” del presidente, además de ser un nombramiento “sin vergüenza”, que le trae beneficios a quien no los merece, del mismo modo, se traduce en que la “niña consentida” del presidente, termine ahora siendo aforada y, bajo esta figura, su caso pase de la Fiscalía a la Corte Suprema. Así las cosas, con este regalo burocrático que en su tarjeta dice “para Laura del presidente”, entre ella y él, todo queda en “Paz y Salvo” y solo falta esperar, la recompensa para Armando Benedetti, quien hace parte de esta novela, también está investigado por la Corte Suprema y, quien, de seguro, está esperando por volver, volver, volver. ¿Será que los beneficios en este gobierno son solo para quienes van en contra de la ley?

Posteado por: Javier Ospina el 2023-09-03

Enlace a Bogotá, un colapso sin fronteras

Bogotá, un colapso sin fronteras

Según el estudio de la firma TomTom Trafic, publicado por el Financial Times sobre las ciudades con el peor tráfico del mundo, la capital colombiana encabeza el penoso listado por encima de ciudades como Bucarest, Manila, Lima, Mumbay y Ciudad de México. Según el informe, en Bogotá se pierden, en promedio, 132 horas al año a causa de los trancones. No obstante, a esta problemática se suman los “pinchallantas” quienes pasaron de ser simples delincuentes a una red de estafadores que, con puntillas y tornillos que acomodan en la vía, buscan direccionar a las víctimas a unos negocios específicos. Así las cosas, quien se mueve por Bogotá tiene que llenarse de paciencia dado el alto flujo vehicular, tener el repuesto de llanta siempre listo y un celular con buena batería y datos para reportar, cuadra a cuadra, los huecos en la plataforma “Yo Participo” del ineficiente “Portal Bogotá”. Es decir, a los índices de accidentalidad a causa de esquivar trancones, huecos y puntillas, ahora se suma la preocupación de quienes se movilizan a diario entre Bogotá y Soacha, y todo, por la presunta decisión de Claudia López de no renovar el acuerdo de movilidad entre la capital y el municipio y por la cual se afectan 112 rutas y 500 vehículos de transporte público, sus familias y su sustento. De no renovarse el convenio interadministrativo que por diez años ha regulado las condiciones de movilidad y que culminaría el próximo siete de noviembre, los buses intermunicipales no podrán pasar más allá de la estación Despensa, sentido Soacha Bogotá, ni de Bosa Estación, en sentido Bogotá Soacha. En inconcebible pensar que más de 100.000 personas utilicen las ya congestionadas estaciones de Transmilenio, cuando precisamente quienes salen en horas pico a trabajar desde Soacha, ven en el sistema público intermunicipal una opción viable para evitar las ya conocidas aglomeraciones que mueven alrededor de 90.000 personas al día. No se puede permitir que, por egos o decisiones políticas, más que técnicas, se sacrifique a quienes pretenden salir de sus casas con la única misión de regresar con el sustento para sus familias, ya que, quienes necesitan transportarse no lo hacen por salir de visita o turismo a la capital, por el contrario, Bogotá recibe a todos los habitantes del país que llegan por una oportunidad laboral y Soacha no puede ser la excepción poniendo como limitante el transporte. Las problemáticas que incentivan la competencia y “guerra del centavo” entre conductores de servicio público, deben combatirse con políticas constructivas que beneficien a los pasajeros, y nunca, con estrategias restrictivas que atenten en contra de ellos. Invitamos al diálogo como mecanismo de concertación y a la mayor brevedad una mesa de trabajo que garantice el bienestar de los usuarios.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-08-18

Enlace a Santa fe, una travesía desde 1939

Santa fe, una travesía desde 1939

Bogotá, a través del tiempo ha tenido cambios buenos y malos, sin embargo, es innegable que hoy, son más de nueve, los barrios que están inmersos en la inseguridad. No obstante, barrios como Santa fe, en la localidad de los Mártires, además de delincuencia, está permeado por mafias, sicariato y vulneración de derechos. Un barrio que comenzó a ser gestionado en 1939 y promocionado como residencial, comercial e industrial, que para entonces fue un sector privilegiado de la élite de la capital, morada de líderes políticos, embajadores, médicos y extranjeros, hoy es uno de los nueve sitios más peligrosos del país. Una zona que nació con esmero y berraquera, de gente pujante y trabajadora, con los años comenzó su decadencia, convirtiendo casas en apartamentos y con los años, apartamentos en hoteles, y estos en posadas, y posadas en residencias hasta llegar a ser moteles y así, en los años 60, la prostitución, que en sus inicios era reservada y apartada, comenzó a multiplicarse por todo el vecindario atrayendo clientes y, con esto, la llegada de discotecas y bares clandestinos fue inminente. Lo que ocurrió en el barrio Santa fe, se réplica hoy por muchas localidades de Bogotá y para los años 70, las problemáticas de drogas e inseguridad se intensificaron, abriendo la década de los 80 con una ola de narcotráfico que transformó esa vida residencial y empresaria de sus inicios, en vida y obra del crimen organizado. En los años 90, la prostitución y el consumo de drogas se expandió de tal manera que para el año 2.000, esta zona fue declarada de tolerancia, convirtiendo el sector no solo en venta de drogas ilícitas, narcotráfico, sino, en comercios de autopartes robadas y trata de menores de edad. Lo anterior, más que el relato de un barrio del centro de Bogotá, es la historia de una ciudad descuidada y con muy poca planeación. Si bien es cierto que Bogotá ha tenido avances, es evidente que la ciudad está estancada en la inseguridad, indigencia, comercios informales, basuras, expendio de drogas ilícitas, desaparición forzada de personas, trata de menores de edad y falta de apoyo al comercio y pequeño empresario formal. Entonces, la falta de seguimiento, control político y conciencia ciudadana, así como puede cambiar el entorno de un barrio, del mismo modo, puede cambiar la esencia de toda una ciudad, pasando de residencial, empresarial, industrial y turística, a ser cuna de la delincuencia y el hampa. Hoy, los habitantes temen cuando una moto se les acerca o cuando el transporte público hace una parada inesperada. Contestar una llamada en la calle se volvió una travesía al igual que salir de un banco sin policía.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-08-05

Enlace a Todos lo comentan, nadie lo delata

Todos lo comentan, nadie lo delata

Al mejor estilo de “Juanito Alimaña”, canción del célebre cantautor puertorriqueño, más conocido como Héctor Lavoe, manifestamos con seguridad, o mejor, con inseguridad, que la capital de los colombianos se ha convertido en “una selva de cemento…donde quiera te espera lo peor”. Con base en cifras de la Secretaría de Seguridad, en la capital, en lo corrido del año se han reportado más de 16.000 robos a personas, lo cual representa un aumento del 28,1% frente a 2022. Sin hablar de la omisión de denuncia que eleva los datos del subregistro que, según expertos y veedores como Matías Turbay, en más del 50% de los casos, los bogotanos no denuncian. Es innegable, el detrimento de la seguridad en las 20 localidades. No obstante, con el ánimo de no contribuir al deterioro de la imagen del sur de la ciudad, teniendo en cuenta que el 75% de las personas que viven en Bogotá con Necesidades Básicas Insatisfechas NBI se concentran en seis localidades: Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Usme, Rafael Uribe Uribe y San Cristóbal; tomamos como referente a Engativá (815.000 habitantes), en el noroccidente, en la cual, según cifras oficiales de hurto, allí aumentaron en un 25%. Ni qué hablar de localidades como Usaquén o Chapinero, en el norte de la ciudad, en las que se encuentran distribuidos los barrios más costosos para vivir en Colombia y, donde hay una oferta inmobiliaria entre 4 y 10 mil millones de pesos. Allí, la supuesta clase más favorecida dada su contribución en el pago de impuestos, también vive con temor, pues ya ni la seguridad privada, puede contra los índices de inseguridad que mes a mes se elevan. Cabe recordar, los múltiples asaltos con arma de fuego que se vive en sectores como el Parque de la 93 o en inmediaciones de reconocidos centros comerciales que terminan con víctimas fatales. Bogotá, durante el primer semestre reportó 529 asesinatos, 670 extorsiones, 1.904 casos de hurto a automotores y cada 24 horas 21 casas son asaltadas. Esto, sumado a la cantidad de cámaras de vigilancia que están inservibles por toda la ciudad, abren paso a que hechos como el ocurrido sobre la Carrera Séptima, cuando dos malandros de manera descarada robaron a quienes se movilizaban por esa vía, se conviertan en un efecto paisaje que a diario reporten los medios de comunicación. Así las cosas, ya no es percepción, es indudable que los bandidos no le temen a la “justicia” y, por el contrario, gozan de inmunidad en un gobierno que pone como ejemplo premiar al terrorista o delincuente, bajo la bandera de una Paz Total que lo único que pone en evidencia es que ser bandido paga. Instamos a Gustavo Petro y a su gobierno, para que tome medidas urgentes que devuelvan a los capitalinos, la tranquilidad que le roban los bandidos que tanto defiende. Que este sea un llamado para que en las próximas elecciones, seamos realistas, ya no más Claudia ni Petristas.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-07-22

Enlace a LOS VIAJES DE PETROVER

LOS VIAJES DE PETROVER

Desde los Viajes de Gulliver, clásico de la literatura inglesa y publicada por primera vez en 1726, no se había tenido registro de tan rica prosa, estructura narrativa y literatura de viajes, como las recientes visitas al exterior realizadas por Gustavo Petro, que al día de hoy, baten record puesto que suman 21 en tan solo 11 meses de “gobierno” y, que le han costado a los colombianos alrededor de 6.000 millones de pesos. Es decir, si bien Lemuel Gulliver, amante de los viajes y protagonista de la obra, en sus cuatro famosas excursiones termina naufragando, a diferencia de este, en Colombia, el protagonista de la obra encarnado en presidente, mientras viaja, tiene naufragando al país. Sin embargo, no se puede comparar peras con manzanas, porque sería equiparar a un personaje como Guilliver, clásico de la literatura universal, creado por el británico Jonathan Swift, con un personaje como Petro, clásico de la historia guerrillera colombiana y, quien parece sacado de una narco novela de Gustavo Bolívar. Por lo anterior, y sin ánimo de ofender la obra del autor irlandés, hay que admitir que, tanto Gulliver como Petro, comparten la vanidad, lo paranoico y cobarde. No obstante, el primero está puesto en la ciencia ficción moderna y, el segundo, vive de ella y en ella. Lo más increíble es que después de casi 400 años, esta novela no haya perdido actualidad y, por el contrario, evoque las mismas reflexiones sobre las desventuras de la condición humana y el contexto socio político que hoy vive Colombia, y todo, gracias a los Liliputenses que coronaron a Gustavo Petro como su monarca. No sin antes saber que se iba a comer todo el pastel. Solo alguien que se considere soberano de una nación como la descrita en la obra y bajo el nombre de Liliput, se cree con derecho a nombrar a sus altos funcionarios según su destreza y no, por sus verdaderas habilidades. Es decir, “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”. En Colombia, el primer mandatario es respetuoso del sistema de pesos y contrapesos y de igual manera, se caracteriza por su don de gente, su capacidad de escucha y competencia frente a los temas que preocupan a la población en todo el territorio nacional. Gracias a Dios, la alta popularidad de la que goza el presidente es reflejo de su excelente desempeño y capacidad de gestión, sin duda, adquirida a lo largo de sus fantásticos viajes por los diferentes continentes que, al mejor estilo de Gulliver, lo dejan cada vez más fuera de curso. Para quienes no conozcan la novela, resulta muy pertinente leerla, pues está vigente y es el mejor ejemplo de cómo por medio de la metáfora, la sátira y la filosofía, se entiende la vida de un personaje ficticio que guarda muy poco parecido con el hoy, primer mandatario de los colombianos.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-07-15

Enlace a Bogotá en contravía

Bogotá en contravía

Bogotá y movilidad: dos palabras que hoy, muy a pesar nuestro, van en contravía. Diez millones de personas nos movilizamos todos los días en la ahora llamada Región Metropolitana. Nos toca. Pero transitar por este laberinto se volvió una tortura, y la administración tiene que hacer algo al respecto, en el poco tiempo que le queda. En esta columna vamos a explorar algunos datos que explican por qué robarle minutos al caos vehicular, tanto público como privado, se ha vuelto cada vez un desafío mayor. Veremos también qué debe hacer la administración, y el siguiente alcalde, para superar este caos. Según el IDU, la capital de los colombianos tiene hoy 630 frentes de obra. Para que se haga una idea esa cifra casi equivale al número total de manzanas de la localidad de los Mártires. Visto desde lo más alto de Bogotá es hoy un gran tapete verde, no de árboles y prados, sino, de poli sombras. Las mismas que utilizan los delincuentes para cometer los robos a los que, tristemente estamos acostumbrados en la ciudad, y que, por lo general, terminan en uno de los 455 homicidios registrados solo este año. Una ciudad intransitable es una condena para sus habitantes. La inmovilidad reduce nuestra calidad de vida amenaza nuestra fuerza laborar, productora de riqueza. Según estudios de movilidad, los bogotanos hoy perdemos hasta dos horas en el tráfico. Horas, que serían de mayor provecho si se dedicaran a la familia, la educación, el descanso o simplemente, a actividades de ocio. ¿Por qué llegamos a esta situación? Porque de los 15 proyectos que estaban planificados para entrega este año, 8 están suspendidos y 3 en menos del 60% de ejecución. Las obras no avanzan, y la respuesta por parte del IDU, la entidad encargada, se lava las manos culpando a los contratistas por su falta de responsabilidad, como si la resignación fuera la mejor vía. Cabe preguntarnos si el actual modelo de contratación está en mora de ser revisado y así evitar que empresas estén dispuestas y dedicadas a ganar licitaciones sin ejecutarlas. Pero adivine: ¿quién tiene la responsabilidad de presentar ante el Congreso una reforma a la Ley 80 de 1993, el famoso estatuto de contratación? Sí: el gobierno Petro. ¿Le conviene hacerlo, y perjudicar a sus amigos que le financiaron la campaña?: ya veremos. Pero la alcaldía de Bogotá por lo menos sí debe presionar porque así sea. Nosotros seguiremos aprovechando este espacio para denunciar las irregularidades que se presenten al menos en nuestra ciudad. Seguiremos buscando respuestas y resultados que ayuden al progreso de la capital. Es inconcebible que Bogotá sea la ciudad con la peor movilidad de Latinoamérica y la quinta a nivel mundial. Necesitamos rápido hacer el retorno, y dejar de ir en contravía.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-07-09

Enlace a Petro perdió la calle para siempre

Petro perdió la calle para siempre

El presidente odia ya al 60% del país. Su discurso difícilmente tiene otra lectura. Todos los días Petro, presa del rencor y de la frustración, insulta a una porción más grande de ciudadanos. Solamente el viernes pasado, como reconociendo por fin que había perdido la calle, dijo, palabras más, palabras menos, que todos los que salimos a marchar el martes somos esclavistas. Para el mundo entero la esclavitud es un crimen internacional contra la humanidad. Es tan grave como el exterminio o la tortura. Mensajes como esos ya pasan desapercibidos, dentro de todo lo que nos dice a diario, pero son muy graves. No puede meterse con eso, por más presidente que sea, y por más hundido que esté su gobierno. Tiene que respetar. Es muy grave lo que está pasando con su discurso de odio y división, y esto puede terminar muy mal. Gravísimo que el Presidente no gobierne para todos. Lo hace, o al menos lo intenta sin lograrlo, para una minoría cada vez más pequeña. Es grave además que no oiga. Es más grave aún que piense que una reforma que le entrega los recursos de la salud a los políticos, es lo correcto, y que quienes denunciamos que eso va a derivar en corrupción y clientelismo somos criminales. Es grave que piense ahora que los delincuentes de lesa humanidad no son los miembros del ELN, cuyos llamados atiende muy puntual en la Habana, sin apenarse siquiera cuando lo desautorizan, sino nosotros los comerciantes formales. Los malos, los criminales, somos nosotros cuando alertamos que un periodo más largo de horas extras significa tener que repensar algunos turnos, lo que a nivel de todo el sector puede significar más desempleo y más informalidad. Y no porque seamos esclavistas y odiemos a la clase trabajadora, que somos nosotros mismos, sino porque este gobierno mediocre no ha dado condiciones para crecer, ni para mantenernos a flote en medio de las dificultades que él mismo genera. Es muy grave que piense que somos delincuentes porque le recordamos que, por mínimo sentido común, hay que ahorrar en la juventud para gastar en la vejez. Porque le decimos que su reforma pensional es irresponsable, y va a destruir la sostenibilidad futura de nuestras finanzas públicas, mientras deteriora la situación de millones de personas que hoy están en el régimen de ahorro con solidaridad. Nos odia, en suma, porque le avisamos que su reforma pensional es improvisada e inconveniente para el país, y particularmente para la enorme clase media colombiana. El martes 20 de junio de 2023 pasará a la historia por haber sido el despertar masivo de una Colombia que quiere que la gobiernen bien. 92 mil almas gritaron al unísono que no quieren ser gobernadas por un señor que trafica plata de dudosa procedencia en bolsas, que improvisa reformas mediocres y llenas de mermelada para congresistas a fin de que se las aprueben a la fuerza. Que pacta con criminales y odia a la gente. Y, por cierto, al presidente hay que enseñarle, ya no solo economía y administración, sino además historia, pues ese 22 de mayo de 1951 sí significó el comienzo de una guerra civil, pero entre terratenientes conservadores del sur y el oeste de la Nueva Granada, y el muy triste gobierno de José Hilario López: dirigente liberal famoso por perseguir indígenas y sacar a patadas a los jesuitas. Que le cuente eso a la gente Petro desde el balcón, a ver si vuelve a tener la calle que ya perdió para siempre.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-06-24

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¡La industria también está frenando en seco!

En 1957 la escritora estadounidense Ayn Rand publicó una de sus más recordadas obras: La Rebelión de Atlas. La novela, apasionante desde la primera hasta la última de sus más de 1.200 páginas, narra la historia ficticia de un industrial metalúrgico, creativo e innovador, que decide un día, junto con otros como él, emprender una rebelión. Sin desenfundar armas, sin matar a nadie, sin pasar por encima de los derechos de los demás, fueron, cada uno, ocultándose lentamente. Cuenta la novela que todos ellos deciden, de pronto, fundar desde el exilio una sociedad nueva de personas trabajadoras de todas partes, y de todos los estratos. Renunciaban así, silenciosa pero contundentemente, a dejarse gobernar por ese poder burocrático, ineficiente, ideologizado, clientelista y podrido que administraba el país. No cuento el final, pero termina bien, y enseña en últimas que es la creatividad, el trabajo, el esfuerzo, la innovación, la productividad y el liderazgo privado el que puede transformar las sociedades. Hoy a nuestros atlas colombianos, a nuestros industriales, a nuestros Jonh Galt (nombre del protagonista de la novela de Rand), les está empezando a pasar lo mismo. Los agobia un gobierno inútil que amenaza, desde la más cómoda posición burocrática, y utilizando a diario arengas trasnochadas y vacías, el patrimonio que han construido toda su vida. Y están empezando a frenar. El Dane mostró esta semana el tamaño del freno. Reveló que en abril de 2023 y frente al mismo mes de 2022, el sector de industria manufacturera cayó 6,4% . Y esto es apenas promedio, porque de las 21 categorías industriales sólo dos, las de hidrocarburos y equipos para el sector energético (que, por cierto, están en manos públicas), no están cayendo. Las otras 19 se hunden en promedio al 10% anual, con casos dramáticos como el de textiles, que cayó al vacío descalabrándose 30% frente al 2022. Dicho de otra forma, en promedio los industriales privados colombianos registraron 20% menos de actividad. Si en abril de 2022, un colega industrial pequeño del sector de artes gráficas en el Ricaurte, produjo cincuenta millones de pesos en mercancías, este año apenas llegó a cuarenta. Se le esfumaron 10 millones: vendió menos, se concentró en líneas de menor valor. Retrocedió, así de claro. ¿Qué hizo ese colega? Pues las cifras muestran que no despidió gente (de hecho, se crearon 162 mil puestos de trabajo en el sector industrial para el mismo periodo). No lo hizo porque, contrario a lo que cree el gobierno, no se puede dar ese lujo. Y no solo porque lo diga la Ley, que ahora se quiere volver más estricta, engorrosa y difícil de cumplir, sino porque si echa gente, pierde formación, motivación, conocimiento, práctica, y en muchos casos, pierde familia. No puede. Tampoco elevó precios al consumidor en la misma proporción, porque sabe que, con la amenaza de los chinos, del contrabando y de los rapidísimos cambios de hábitos de consumo, perdería clientes para siempre. Lo que sacrificó, en la mayoría de los casos, fue su propio bolsillo, y con él, no solo sus impuestos, lo que terminará paradójicamente afectando a ese gobierno que lo odia, sino algo más importante: sus posibilidades de crecer. Se frenarán sus inversiones, se detendrá, igual que el Atlas de Ayn Rand, su ambición de transformar y mejorar al mundo. Debemos evitar a toda costa que eso pase.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-06-17

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El gobierno colapsa ¿culpa de quién?

El gobierno tuvo que sacar estudiantes obligados a marchar el miércoles, para simular que la gente todavía lo apoya. Pero no es así. Lo sabemos ya todos los colombianos. Ya no solo el 60% de gente que según las encuestas lo repudia, sino los mismos petristas que ahora le dan la espalda. La crisis de popularidad no es gratis, y no es culpa de la prensa, a quien se amenaza a diario. No es culpa del fiscal, sobre cuya gestión se intriga desde presidencia todos los días. No es culpa de los ministros, a quienes el presidente, su jefe, echa a patadas en promedio cada mes desde que empezó su mandato. No es culpa ni siquiera de su esposa, que improvisa entrevistas amañadas en la calle para quedar en ridículo ante la verdad de un país que se resiste a ser el fracaso que vendieron para llegar al poder. No es culpa de los ciudadanos, del colombiano de a pie que ha seguido trabajando como siempre lo ha hecho. Tampoco siquiera es culpa de los bandidos, pues de ellos no se espera nada, y no han prometido nada. Con el cinismo de siempre, reconocen todos los días que seguirán haciéndole daño al país, solo que esta vez al amparo de un gobierno inepto. De hecho, es que el colapso temprano de este gobierno ni siquiera ha sido culpa de Benedetti, ni de sus tragos y drogas. No ha tenido que ver Laura Sarabia y sus chuzadas, o Roy con sus maletines llenos de plata. No es culpa de Nicolás Petro, que pacta con delincuentes, igual que su tío. No. No es culpa de nadie diferente a Gustavo Petro Urrego. El país no tiene presidente. Habita la Casa de Nariño, a veces, un señor sin mando, sin liderazgo, sin norte y sin futuro. Un personaje que ha derrumbado todo a su alrededor por su soberbia, su ignorancia, sus mentiras y su desorden. Y digo que no es culpa de los protagonistas de los escándalos recientes, porque, pese a que no merecen que los exculpemos, finalmente quien decidió el papel de cada personaje fue el mismo Petro, nadie más. Él nombró a su jefe de gabinete, él decidió hacerse mejor amigo de Benedetti, un personaje oscuro sobre cuyo prontuario todos, incluyendo Petro, conocíamos. Él se metió hasta el más pequeño detalle en su campaña presidencial, con financiación y todo; prueba de ello fueron los petrovideos, que revelaron, semanas previas a la segunda vuelta, que él sabía de las campañas miserables y mentirosas con las que acabaron a Fico y a los demás contendores. Con toda seguridad, los escándalos de estas semanas son apenas la punta de un iceberg oscuro y putrefacto. El muy sospechoso suicidio del testigo clave, ocurrido el viernes, así lo confirma. El viaje súbito de Benedetti al corazón del blanqueo de dinero ruso, Turquía, no deja dudas. Nada nos hace pensar que la cosa va a terminar bien, al menos para Colombia. Entre tanto, el gobierno nacional bajó los brazos. Se hundió en la incompetencia más baja, Naufraga en una crisis como las que le ocurren a los gobiernos vecinos de izquierda, pero en tiempo récord. En solo 10 meses. Su ejecución es pobre, pobrísima: No ha sacado ninguna reforma importante, y sacan pecho con una tributaria que quebró aerolíneas, hoteles, petroleras y constructoras. La inversión pública, en abril, iba apenas en 16% de ejecución, lejos del 33% que debería llevar para esa fecha. No han tramitado la adición de $25 billones que les dejó, como regalo inmerecido, el gobierno Duque. No han entregado grandes obras, ni anunciado las nuevas. Y del Plan de Desarrollo nadie sabe, porque terminó deslucido y mediocre. Este gobierno colapsó. Y a Petro le quedan 3 años y dos meses de lucha en el fango. Pero los colombianos, como siempre lo hemos hecho, saldremos robustecidos de esta crisis, protegiendo nuestra democracia. Esta noche oscura nos dejará lecciones, y en 2026 resurgiremos como la potencia trabajadora y resistente que nunca dejaremos de ser.  Vamos a luchar por ello.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-06-10

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¡Llegó la hora! Vote Buena Nota en la consulta de este domingo

La columna pasada advertíamos que, hoy más que nunca, hay que votar bien. Como si no fuera ya suficiente todo lo anterior, los acontecimientos de esta semana lo reafirmaron brutalmente. Necesitamos con urgencia una clase política decente. Pareciera poco, pero ya es hasta pedir mucho, cuando uno ve embajadores viajando todo el tiempo en vuelos chárter privados de empresarios oscuros. Funcionarios que chuzan ilegalmente a las personas con las que trabajan, para luego interrogarlos en formas dignas de la KGB rusa. Líderes que llegan tarde, que justifican hasta el último momento sus errores, que dicen mentiras sin sonrojarse, que persiguen a la prensa y que carecen de cualquier autoridad ante la delincuencia. Políticos mediocres, fuertes con los débiles, y débiles con los fuertes. Este domingo podemos empezar a votar por algo distinto. Madrugue, acude al puesto de votación en el que siempre vota, y pida el tarjetón de la consulta a la Junta Administradora Local, del partido Centro Democrático. Las demás listas, las que se asocian a esa escasa decencia que hay hoy en el poder nacional deben quedar vacías. Ese debe ser su castigo. Nadie debería pedirlas, y así será, a juzgar por las encuestas. Y cuando esté frente a su tarjetón, no se olvide de buscar y elegir a los candidatos Buena Nota del Centro Democrático Son 25 hombres y mujeres decentes, con experiencia, con valores, firmes en sus convicciones, y con la consciencia limpia para construir un país, una ciudad y una localidad mejor. Ese tiene que ser el primer paso. ¿Por qué votar por los candidatos a ediles Buena Nota del Centro Democrático?

  • Porque los ediles Buena Nota del Centro Democrático son personas que entienden que la política no es un trabajo sino una labor social que comienza por comprender las problemáticas y necesidades de la comunidad.
  • Porque los ediles Buena Nota del Centro Democrático lucharán frontalmente contra el clientelismo y la corrupción, entendiendo que el papel de un edil debe ser el de vigilar con total independencia al poder, como lo hice yo cuando, en Los Mártires, denuncié irregularidades en la contratación de sedes, y permití que la ciudad ahorrara millones.
  • Porque los ediles Buena nota del Centro Democrático argumentan con evidencia, rigor y seriedad. Sin arengas vacías, sin el discurso fácil que decepciona al ciudadano, cuando se hace todo lo contrario a lo que se dice.
  • Porque el edil Buena Nota del Centro Democrático hace, no echa carreta. Las localidades necesitan ediles que no se queden en sus escritorios, sino que gestionen la calle que hay que pavimentar, el parque que hay que arreglar, la cuadra insegura que hay que recuperar y el adulto mayor que hay que ayudar.
  • Porque nuestros ediles Buena Nota del Centro Democrático son y seguirán siendo líderes de opinión en sus barrios, en sus entornos y en toda la ciudad. Serán una voz ciudadana necesaria, urgente, en un país que en el que hoy no hay líderes.
  • Porque nuestros ediles van a trabajar por los más vulnerables. Entienden sus necesidades, porque todos se han hecho a pulso, y han llegado lejos a punta de su esfuerzo diario, igual que usted. Los ediles Buena Nota del Centro Democrático son gente como usted y como yo, y por eso entienden como nadie las necesidades de todos.
Este domingo votemos Buena Nota Centro Democrático, ¡y ayudemos desde ya a construir un país decente, una ciudad mejor, y con una mayor conciencia ciudadana!.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-06-03

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Nuestros ediles Buena Nota: una apuesta por el futuro

Hay que votar bien en las elecciones que se avecinan. Tanto en el gobierno nacional como en el de Bogotá parecen empeñados en demostrarnos todos los días que no votar bien nos perjudica: los malos gobernantes hacen que el país y la ciudad sean inseguros, que los precios se descontrolen, que la gasolina sea impagable, y que el transporte público sea un caos. Malos liderazgos hacen que la ciudad luzca fea, llena de basura, y que la sensación de impunidad e injusticia en el país nos amarguen cada vez que prendemos las noticias o ponemos el radio. Votar mal nos afecta a todos, y nos hace sentir que alguien nos estafa siempre que pagamos impuestos. Por eso hay que votar bien, y acertar a todos los niveles de gobierno. Este año hay que elegir a un buen alcalde, con visión, honesto y con una probada capacidad de gerencia. En el Concejo hay que votar por personas honestas y con trayectoria. Hay que elegir candidatos que, como es mi caso, hayan vivido en carne propia los problemas del ciudadano de a pie, y se pongan siempre del lado de la gente. Finalmente, en las Juntas Administradoras de las 20 localidades de la ciudad, que representan los cargos de elección popular más cercanos al ciudadano, y en los que existe la mayor capacidad de incidencia directa en la vida todos, hay que votar aún mejor. Desde el equipo Buena Nota, nos hemos preocupado por buscar y seleccionar a los mejores. Como resultado de ello, hemos propuesto, para la consulta del Centro Democrático de este 4 de junio, a 23 maravillosos candidatos a ediles de las Juntas Administradoras Locales, para que sean ellos quienes levanten las banderas del partido, y de nuestros ideales Buena Nota. El talento de nuestra selección no cabe en los cortos párrafos de esta columna, pero les hablaré aquí de algunos de ellos: Empezaré por Bosa, una localidad maravillosa con enormes desafíos en materia de espacio público formalización y movilidad. Allí estamos apoyando a José Luis Esteban, con el número 10 en la consulta. José es un joven abogado brillante, líder activo en su colegio, el Cedid San Pablo. Ha sido un promotor de la formalización y la organización del bicitaxismo. Por su trabajo y liderazgo en muchos temas sociales se ha ganado el reconocimiento de las comunidades de los barrios La Acuarela, Quintas del Recreo, La Despensa, entre muchos otros. Lilian Muñoz es una increíble líder de la localidad de Tunjuelito. Es una Buena Nota de alma, corazón y vida; psicóloga de profesión y con una inconmensurable capacidad de trabajo. Pese a que también es joven, en su ya larga experiencia en lo público ha transformado la vida de cientos de personas mayores en condición de vulnerabilidad, mediante talleres de emprendimiento y bienestar. Será nuestra edilesa de Tunjuelito, con el número 5 en la consulta. Con Fernando Enciso nos une algo muy especial. No tengo duda que este ingeniero industrial, especialista en gestión de riesgo, será mi sucesor en el edilato que me vio crecer como político: el de la JAL de Los Mártires. Fernando es un líder reconocido, y ha sido un referente en todo el distrito por el trabajo que ha hecho en la demolición de ollas de microtráfico, en la lucha contra la inseguridad, y en la atención de emergencias. Será edil, con el número 6 en la consulta. Luis Nieto, número 1 en el tarjetón de Ciudad Bolívar, es un devoto líder cristiano con más de 15 años de activismo en favor de causas provida, y en defensa de la familia, como unidad fundamental. Esta pequeña muestra de talento es representativa de una fuerza imparable que hemos ido construyendo con dedicación y amor por lo público, seguros de que somos nosotros los que tenemos el poder de transformar nuestro país. A votar bien: ¡a votar por el equipo Buena Nota!

Posteado por: Javier Ospina el 2023-05-28

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El sector de la construcción se cae a pedazos en Colombia

La vivienda en Colombia frenó en seco perjudicando a miles de familias. El descalabro está afectando al sector de la construcción que, de acuerdo con el Dane, fue el único que decreció en términos de producto interno, para el primer trimestre del año. De hecho, mientras la economía creció 3%, el sector constructor se hundió con -3,1%. Y lo realmente grave es que esa caída está empezando a destruir empleo: sólo en las 13 grandes ciudades se destruyeron 9 mil puestos de trabajo en construcciones, frente al primer trimestre del 2022. El gobierno nacional es culpable directo por varias razones que vamos a analizar en esta columna. En primer lugar, y para resolver una discusión técnica rápidamente, sí, es cierto que en la caída de la construcción aún no se ha visto el impacto de las medidas del sector vivienda. La reducción en producto interno que hoy vive el sector constructor está explicada por el segundo de sus componentes, después de las edificaciones: las obras civiles. Puentes, vías, puertos, inversiones en infraestructura petrolera y militar, entre muchos otros, componen esa rama de actividad que, a marzo de 2023, ¡ ¡se contrajo 15%!. Es la caída más profunda desde la pandemia, y en una magnitud similar. ¿El culpable directo? Pues un presidente que cuando fue alcalde, sacaba pecho por no hacer obras y por odiar al “cemento”. La incertidumbre que ha vertido sobre Ecopetrol ha hecho que esta empresa aplace inversiones en infraestructura. El acuerdo de Escazú, al que le corrió en los primeros días de gobierno, está dificultando la concreción y continuación de las obras. Y la falta de gerencia, en últimas, ha dilatado procesos que el gobierno Duque había dejado listos y financiados. Pero ahora sí, la vivienda. ¿Qué ocurre y qué puede esperarse de esta actividad en lo que resta del año? Lo primero es que, aunque el crecimiento de la actividad edificadora, que incluye vivienda y otros usos, no estuvo lejos del que tuvo la economía (2,6%), las demás cifras sí son muy preocupantes. Según datos de Coordenada Urbana, las ventas de vivienda se desplomaron 66% en el primer trimestre. Por más que la pandemia sea muy reciente, nadie está acostumbrado a esta clase de datos, por lo que es fácil minimizarlos. Para que se haga una idea clara, es como si una tienda pasara de vender $10 millones al mes, a solo $3 millones mensuales en menos de un año. La quiebra es inminente, sobre todo si sus costos aumentan como está ocurriendo, para seguir en el ejemplo de la tienda en el 2022 gastos por $5 millones mensuales, ahora debe pagar $6 millones mensuales: porque subieron los impuestos, subió 13% el salario del ayudante, subieron las tasas de interés del crédito en el que se metió, y sigue subiendo la gasolina que necesita para traer su mercancía. Y por si fuera poco, la ayuda pública de la que gozaba la actividad edificadora desde hace ya casi 14 años, se frenó en seco por un cálculo politiquero e irresponsable. Para dar un contexto, resulta que en Colombia los hogares más pobres no tienen para algo que se llama en la jerga especializada un “cierre financiero”. Para comprar casa esos hogares requieren que les cuadre el ahorrito, el crédito hipotecario, y el subsidio que les dan las cajas de compensación, los municipios, entre otros. Si alguna de las tres cosas no alcanza, no hay vivienda, así de simple. Por eso el gobierno había creado desde el 2009 un subsidio a tasa de interés, que ayudaba justamente a ese cierre financiero, y lo fue extendiendo a familias no pobres, a quienes tampoco les alcanzaba. El gobierno Duque fue aún más allá y permitió lo que era lógico: que se pudieran sumar subsidios. Y allí la explosión de la vivienda, que llegó a niveles nunca vistos. Pues la Ministra Velasco, de la que poco se habla, porque poco hace también, decidió que eso no le servía. Que tenía que poner barreras, que le permitieran, entre otras cosas, privilegiar los gobiernos locales afines al gobierno. Ya los ingresos no van a determinar el acceso al subsidio a la tasa, sino el SISBEN. Y si no está de acuerdo con su puntaje y se queda sin casa, pues nada qué hacer. Todo un caos, que debe servirle al menos a la gente para, en este octubre de 2023, votar bien.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-05-22

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Pésimos resultados en seguridad en Bogotá

La seguridad en Bogotá no va bien. La revista Semana calificó de “alarmante” la situación, revelando un incremento del 12,2% en los homicidios ocurridos en la ciudad para el periodo que va de enero a abril, frente al mismo cuatrimestre de 2022. ¡340 personas asesinadas en 4 meses!. Esto borra de un plumazo el tan cacareado éxito en reducción de asesinatos que se registró a finales del año pasado. Volvimos a como estábamos en esa época muy dura de crimen y delincuencia que se vivió tan pronto se acabó la pandemia, cuando el petrismo se desató en las calles provocando caos, y cuando los delincuentes se ponían al día, tras casi dos años de violencia silenciosa gracias al covid. Pero es que, además, lo del supuesto éxito de 2022 en reducción de homicidios, revertido ahora, no fue tal. Como Concejal de Bogotá he tenido acceso a informes muy detallados de la situación de seguridad en la ciudad para el cierre del año pasado. En esta columna me propongo revelarles algunas de las cifras más angustiantes y contarles mi percepción sobre lo que creo, es una bomba a punto de estallar si no se desactiva rápido. Lo primero que alarma es que de las 22 metas trazadoras del sector seguridad, nos fue muy mal en 17 durante todo el año pasado. Las llamadas “metas trazadoras” son con las que se mide estratégicamente la acción de la administración en cuanto a la prevención del delito, e incluyen temas como la tasa de homicidios, el hurto a personas, las atenciones a mujeres en casas de justicia, los delitos informáticos, entre otras. En todas estas el problema no fue tanto que no hayan reducido, pues algunas lo hicieron, sino que las metas se incumplieron. El homicidio en 2022 se ubicó en 12,7 por cada 100 mil, pero la meta eran 10,9. La tasa de hurto a personas, con 137 mil personas robadas durante el año, se ubicó en 1.730 por cada 100 mil, pero la meta eran 1.566. Los delitos sexuales, en cuyo caso la administración se había fijado una meta de 4.063, totalizaron al final a 5.908, un 45% por encima. Caso aparte, por cierto, el de los delitos informáticos, que mientras que la administración se había fijado la meta de que totalizaran algo menos de 5.000 anuales, el año cerro con la impactante cifra de 19.290, es decir 286% por encima de lo planeado. No se está haciendo prácticamente nada efectivo en ese delicado frente, que incluye desde fraudes, hurto y suplantación hasta ciberterrorismo. El tema es crítico, porque según análisis de la Personería, que se valida en cada conversación que tengo a diario con las comunidades de todos los barrios como Concejal de Bogotá, es que los responsables de esta explosión de inseguridad, son las bandas delincuenciales organizadas multicrimen. Las mismas que, por cierto, con la expectativa de la paz total del gobierno Petro, están aprovechando para fortalecerse y consolidar su poder territorial. Entre tanto, el Ministerio de Defensa ha ido negando el problema, en una puja vergonzosa, con una administración distrital que, hay que reconocerlo, al menos ha ido cambiando de posición, y alertando que el tema es grave. “En Bogotá no existe la presencia permanente y con ánimo de control por parte de grupos armados organizados (…) se han identificado nueve estructuras del crimen en torno al narcotráfico que pueden tener vinculación con las estructuras de tipo rural (…)”, dice el Ministerio, mientras el Secretario reconoce que claro que hay instrumentalización de bandas más pequeñas (llamas tipo C) por parte otras más grandes (tipo A y B, entre las que están las FARC y el ELN). El tema es crítico, el gobierno nacional debe ponerse serio con este tema, y colaborarle a una administración que, por ahora, va a cerrar con muy malos resultados en seguridad.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-05-14

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¡Campanazo de alerta!: Petro y su amenaza al equilibrio de poderes

Hay una grave amenaza a la institucionalidad en Colombia. Con todas las letras hay que decirlo. No podemos esperar a que lo que hoy son, aparentemente, comentarios al aire de un deslenguado, narcisista y mediático presidente, se vuelvan golpes de Estado. Hay que evitar que en un ataque de rabia como el del viernes, decida cerrar el Congreso, desconocer una corte, o tomarse la junta del Banco de la República. Hay que evitarle a Petro la tentación, que ha tenido desde que fue alcalde, de tomar decisiones autoritarias por fuera del ordenamiento jurídico. Es nuestro deber reaccionar con todo el carácter ya mismo, y exigirle que respete a las instituciones, que con tanto esfuerzo hemos logrado construir en Colombia. Todo el país debe hacerlo, y explicarle al presidente que él en realidad no manda, que sólo administra temporalmente, y que quienes en verdad mandan, son la Constitución y la Ley. Nos sumaríamos así, por fortuna, al llamado que inmediatamente hicieron las cortes, casi todo el país político, y hasta el Consejo Gremial, que pocas veces se pronuncia. Pero para poner las cosas en contexto, conviene recordar en detalle la gota que tuvo que haber rebosado la paciencia institucional en Colombia. ”Yo soy el jefe del Estado, por lo tanto, su jefe” fue la frase que le dijo el viernes pasado el Presidente Petro al Fiscal Barbosa, en uno de sus acostumbrados ataques de ira. ¿La razón? El fiscal general se atrevió a denunciar que Petro había cometido un error brutal y abusivo, con consecuencias fatales, al señalar al fiscal estrella del caso Odebrecht, Daniel Hernández, de estar aliado nada menos que con el Clan del Golfo. Semejante señalamiento, en un país cuyo gobierno le ha dado, de facto, una patente de corso a cuanta banda criminal opera en Colombia, para que amenace y asesine sin problemas, es muy, muy grave. Eso denunció Barbosa. En reacción Petro, por ignorancia, maldad, o ambas, ¡se abrogó con su frase la jefatura del poder judicial!. Desconoce Petro que hay separación de poderes, y que ninguno de los tres: ni el judicial, ni el legislativo, ni el ejecutivo, está por encima de los otros dos. Para bien de Colombia, y desgracia del presidente, nuestra constitución garantizó con múltiples herramientas el balance de poderes. A Petro eso parece tenerle sin cuidado, cuando sale amenazante por televisión: “(soy) su jefe”, pero la verdad es que la Fiscalía pertenece a la rama judicial. Como bien respondió el fiscal, ¿acaso Petro puede echar (o declararle insubsistencia) legalmente a Barbosa?, ¿no que era el jefe?. Los escasos y vergonzantes opinadores petristas que quedan, han enfocado que se trató de un error de los dos: del presidente y del fiscal. Pero no es así. El fiscal, dicen, se sobrepasó primero al señalar de dictador a Petro. ¿Por qué?, pues, como no podía ser de otra manera, Barbosa señaló que quien se intenta pasar por la faja la rama judicial, como lo hizo Petro con el caso del clan del Golfo, actúa como un dictador. No se equivocó en ningún momento el fiscal. Y es que además nadie honesto puede decir que Barbosa, quien por supuesto, no es nada afín al Pacto Histórico, ha perseguido y obstaculizado al gobierno. Todos los colombianos fuimos testigos que colaboró desde el primer momento: “Fue una reunión muy cordial, trazamos las líneas de trabajo conjuntas en el marco de la colaboración armónica que va a existir entre la Fiscalía y el Gobierno. Hay muchos campos de trabajo conjuntos” dijo el Fiscal al término de su primera reunión, el 24 de agosto del año pasado, pasadas escasas semanas de la posesión del presidente. A partir de allí, se han vuelto a reunir tres veces, las tres con grandes elogios mutuos. Así que no, no hay un problema de origen, presidente, es usted el que debe respetar la institucionalidad, ¡no se comporte como un dictador!.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-05-07

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Plan Nacional de Desarrollo: una previsible victoria pírrica

Es muy probable que esta semana el Congreso de la República termine aprobando el Plan Nacional de Desarrollo. No está claro que la otra alternativa, la de que se hunda y se sancione por decreto, le sirva a alguien. Ni siquiera a partidos de oposición. Lo que sí está claro es que, de aprobarse, será una victoria pírrica. Se venderá como un gran triunfo de la administración, aunque no sea más que la estocada final de un primer año pésimo en materia legislativa. En esta columna contaré las razones por las cuales creo que el plan aprobado será una noticia más agria que dulce para un gobierno que, esta semana, y como lo sabíamos muchos colombianos, empezó a naufragar. Y es que, antes que nada, hay que recordar que fue en esta insólita semana (en la que el nuevo presidente de Ecopetrol casi quiebra la empresa a punta de desvaríos, y en que la que Petro echó a sus dos últimos ministros competentes), que se terminó de cocinar el plan de desarrollo. El documento para discusión y aprobación en plenarias, de 282 páginas, y 373 artículos, terminó con la mano metida de todo el mundo. Para que se haga una idea del alcance de esas “manos”, el proyecto original tenía apenas 300 artículos. Muchos han señalado que el gobierno le dijo a todo que no. Y pues la verdad es que llegaron más de 4.000 proposiciones para discusiones en plenarias, por parte de todos los partidos. Pero mucho de ello, se sabe, es siempre relleno. Al final el gobierno, entre primíparo y falto de foco, aprobó bastante. Siendo así, ¿por qué creo que se va a aprobar en el Congreso ese Frankenstein que incluye hasta expropiación exprés y 6 facultades extraordinarias? Porque si no, todas esas manos, de todos los partidos, tendrán solo dos opciones: o llevan ya mismo el precio de sus votos a niveles exorbitantes, algo fácil de negociar pero difícil de cumplir, o aprueban el plan, pero toman retaliaciones en las leyes que vienen, que no son pocas, ni pequeñas: la laboral, la pensional, la (¿nueva?) de salud, y la que pronto, quizá mañana mismo le exigirán los estudiantes en la calle: la de la Ley 30 de 1992, Ley de educación superior. El gobierno se quedó sin cartas para negociar. Cambió precipitadamente el gabinete, y demostró que lo volverá a hacer cuando se le plazca, y que incumplirá el acuerdo que sea. Le muestra así a los congresistas que ya no los necesita, y que, en todo caso, la estrechez financiera no le da para mucho. El Congreso concluirá esta semana que esos articulitos que logró meter hasta ahora, sumado a otros micos que pueda, si acaso, colar en la conciliación, será quizás lo único que alcance a hacer, antes de su cierre virtual, impulsado por un gobierno al que ya no le importará fracasar. Y entre tanto, el gobierno, feliz, alzará jubiloso la copa vacía de un plan de desarrollo que marcará el comienzo de su propio fin.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-04-30

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Una economía en desaceleración

La economía no va bien y el país tampoco. Lo dicen las encuestas, los analistas, los estudios, la gente en la calle, y hasta las estadísticas oficiales del Dane. El país se detiene de a poquitos, y en el caso de algunos sectores, como la construcción, está dando saltos triples, pero hacia el barranco. Esta semana fue una noticia mala tras otra. Solo el viernes, el Dane publicó su cifra de percepción de pobreza, incluida en la encuesta de calidad de vida. Resulta que, según esta entidad, en 2022 el 50,6% de los colombianos se sintieron pobres. Esto es más de la mitad de la gente. Y por si usted duda de la responsabilidad del gobierno Petro en esto, la encuesta fue recogida justamente cuando él ya era presidente, y se trata de una encuesta de autopercepción, en la que pesan cosas como las perspectivas de ingresos, la situación laboral, y otras variables de entorno, relacionadas con la materialización de aspiraciones de las familias. Para que se haga una idea, la observación anterior a la del 2022, reveló que esta proporción estaba en 37,9%, muy alta, pero lejos de la actual. También, y a comienzos de esta semana, la firma Raddar, dedicada a medirle el pulso a la economía colombiana, y sobre todo al consumo de los hogares, reveló una caída de 3% durante marzo de este año. Parece poco, pero se trata de la reducción más fuerte desde abril de 2020, ¡cuando todo estaba completamente cerrado por la pandemia!. Esto es como si estuviéramos viviendo un segundo Covid, pero causado por un gabinete ministerial que no sabe para dónde va, pelea en público, transcribe canciones de Silvio Rodríguez en momentos de crisis de seguridad, y que regresa pletórico de dicha de viajes internacionales, porque entiende, mal, frases de cajón de políticos gringos. El problema de fondo es que, como lo hemos venido advirtiendo en esta columna, se le ha dejado coger ventaja a temas críticos. En este caso el tema del sector externo es bien particular. El viernes pasado, Petro celebraba una mala noticia: que el déficit comercial se estaba cerrando. Parece una buena nueva, pero no lo es. Al economista Petro hay que explicarle que un menor déficit comercial, es decir, la diferencia entre exportaciones e importaciones, no es necesariamente algo positivo. Si se da por exportar más, con las mismas importaciones, buenísimo. Pero si se da porque, exportando incluso menos, las importaciones caen también, pero a una mayor velocidad, está todo mal. Y es ese el caso: es verdad que el déficit se redujo, pero porque las importaciones cayeron 8% en lo que va del año, frente al 2022, y al tiempo, las exportaciones también cayeron, pero al 2%. La diferencia de velocidades reduce el déficit. O sea, los colombianos estamos comprando menos del exterior, pero también mandando menos para afuera. Solo en manufacturas importadas, crucial para el comercio formal masivo, la caída fue del 17%. Todo esto significa menos consumo, y menos bienestar, venga de donde venga. Pero lo más irónico del asunto es que, en este gobierno de izquierda, proteccionista y lleno de discursos grandilocuentes de soberanía alimentaria, las únicas importaciones que crecen son precisamente las de productos alimenticios y animales vivos. Y las importaciones de estos rubros crecen a casi el 10% anual. Todo esto en esencia se refleja en una cosa: a los comerciantes les está yendo mal. Venden poco, y la gente, el ciudadano de a pie, compra cada vez menos. El gobierno lo está haciendo mal y tiene que corregir. ¿Qué podemos hacer nosotros? Pues, al menos, no darle ni un solo voto al Pacto Histórico este año. No se lo merecen.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-04-23

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Hay que estar alerta con el ELN en Bogotá

El ELN campea tranquilo por las ciudades colombianas y al gobierno nacional no le importa. Esta semana, en el Concejo de Bogotá, denuncié cómo en el barrio La Amapola de la localidad de San Cristóbal, vecinos preocupados me advirtieron horrorizados cómo habían empezado a circular tranquilamente por las calles y parques de esa comunidad, banderas y panfletos del ELN. La misma semana, en un barrio de la comuna 2 de la ciudad de Medellín, conocido como La Paralela, se encontró una caja de icopor repleta de explosivos. El hecho fue tibiamente denunciado por el oficialista Alcalde Quintero, quien se limitó a pedir investigaciones, sin mayor aspaviento. Cerca de allí, y solo un par de días atrás, en el barrio obrero del municipio de Itagüí, departamento de Antioquia, la policía encontró dos paquetes con panfletos y explosivos. Y hace tan solo horas antes de la publicación de esta columna, la comunidad de Bagadó, Chocó, un municipio de 14 mil habitantes a tan solo 80 kilómetros de la capital del departamento, denunciaba reclutamiento masivo de menores por parte de este grupo delincuencial. Y, tristemente, no han sido hasta ahora solo hechos sin víctimas, porque recordemos que el 29 de marzo de este año el ELN masacró 9 héroes de la Patria en la base militar de El Carmen en Norte de Santander. Como esos, y según datos de la Defensoría del Pueblo, ya hay reportes de hechos delincuenciales perpetrados por esa guerrilla en al menos 212 municipios de 22 departamentos del país, incluyendo Bogotá. Para que se haga una idea, esto equivale a decir que en 7 de cada 10 departamentos colombianos hay presencia del ELN. Gravísimo. Ese tema cogió ventaja, y no nos dimos ni por enterados. Y es que ¿cuál ha sido la respuesta del gobierno? ¡Ninguna!. Informes desarticulados y confusos avisan, básicamente, que todo es un invento, y que la comunidad en todo el país miente. Que el ELN a duras penas opera en algunos municipios del Catatumbo, en Norte de Santander, y que, por ahora, no es una verdadera amenaza.Pero, por supuesto, la realidad es otra y hay que actuar. La guerra que antes se veía en los campos se está trasladando a las ciudades. En todo el país, nuestros héroes de la Policía Nacional advierten que debemos estar en máxima alerta. Pero, entre tanto, supuestos informes de inteligencia, comunicados por el Gobierno, nos dicen que aquí realmente no hay bandas criminales organizadas activamente, y que se trata de algunos hechos aislados. Entonces, o alguien nos miente, u otro alguien está haciendo mal su trabajo. El gobierno, del que no podíamos esperar demasiado en este delicado tema, firmó un papel. No un decreto, porque no se decretó nada: Petro firmó un papel inane, ridículo, inservible, el 31 de diciembre del 2022. Decía el patético documento, llamado en forma grandilocuente “Decreto 2657 de 2022”, que, a partir de las cero horas del primero de enero de 2023, y hasta las 24 horas del 30 de junio del 2023, se decretaba un “cese al fuego bilateral y temporal de carácter nacional, entre el Gobierno Nacional” (quién sí frenó operaciones en observancia de la Ley; algo que siempre ha caracterizado a nuestro Glorioso Ejército Nacional) “y el ELN” (a quien, por supuesto, no le importó ni cinco). Recordemos que hicieron falta apenas 4 días para que el gobierno “suspendiera” el cese. Todo un fracaso y un ridículo presidencial. Pero lo grave es que, desde entonces, esa guerrilla, más viva que nunca, ha arrodillado al gobierno. Desde esta trinchera hago un llamado a estar alerta. A esos bandidos va a ser muy difícil creerles en su disposición de hacer la paz total. Dios nos ampare.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-04-16

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Bogotá: destino turístico maravilloso al que no tenemos que ir en avión

Empieza la Semana Santa. Y si bien para muchos de nosotros debe ser una época de reflexión, es innegable que también representa una oportunidad para impulsar el turismo. En esta columna voy a hablar del momento tan complejo por el que atraviesa ese sector, y de las oportunidades que, en ese entorno, puede aprovechar Bogotá. Y es que, si toda crisis es una oportunidad, tenemos en la ciudad una muy grande, porque el lío nacional es mayúsculo. El miércoles pasado vimos por segunda vez este año a una aerolínea que opera en Colombia venirse abajo. Ante la mirada indolente, y la total incapacidad del gobierno nacional, las aerolíneas Viva y Ultra Air quebraron en el país (en parte porque Petro les subió el IVA) y dejaron a cientos de usuarios en veremos. En el caso de Viva, la crisis ha dejado 18 mil pasajeros perjudicados al día desde hace un mes, y solo en esta Semana Santa, Ultra Air, dejó 63.500 tiquetes vendidos y sin servicio. Literalmente esas dos empresas robaron dinero, tiempo y paciencia a miles de colombianos y extranjeros. ¿Y qué hizo el gobierno? Poner a un ministro a entregar tintos en el aeropuerto, y dedicar un avión con capacidad para 50 personas, a atender a los cientos de miles de pasajeros varados. Populismo puro y barato, y ni una sola decisión de fondo. El turismo en Bogotá, en cambio, reluce. Sus casi 5.000 operadores, en los que trabajan más de 130 mil personas, tiene muchísimo para ofrecer, y el momento por el que atraviesan es muy bueno. Según cifras de la encuesta de alojamiento del DANE, con corte a enero de este año, los ingresos del sector hotelero en la ciudad habían crecido 45% frente a igual periodo del año pasado, mientras que Colombia lo hizo en un porcentaje apenas inferior al 10%. Esto además se tradujo en más y mejores empleos, pues mientras el sector hotelero nacional creció a una tasa del 14%, en Bogotá el número de ocupados en este sector creció 30%. Esto, mientras, por ejemplo, por cuenta de la improvisación del gobierno nacional, el empleo en San Andrés, a donde no se puede llegar sino en avión, caía 5% en personas ocupadas permanentemente. Una tragedia para la isla. Los 12 millones de turistas extranjeros que prometió Petro en campaña fueron una más de sus mentiras, y en Bogotá no superaron los 113 mil en 2022. Pero el turismo interno es clave. Bogotá es una ciudad paseadora. Según cifras de la encuesta de gasto interno en turismo, 709 mil bogotanos viajaron en 2022, y el porcentaje de ellos que viajó por recreación o vacaciones fue el segundo más alto del país después de Cali, con un 58%. ¿Qué alternativas ofrecerle a esos más de 411 mil bogotanos que salen de paseo, y a los más de 168 mil, también turistas, que viven en grandes ciudades cercanas, muchos de los cuales posiblemente se abstendrán de salir ante el desastre del turismo a nivel nacional? En la semana mayor será imperdible la visita al santuario de Monserrate, pero como esa hay más de 1.500 iglesias, hay 63 museos, y una enorme oferta gastronómica y de entretenimiento. Entre los más de 5.100 parques que tenemos, 17 son metropolitanos, cada uno con más de 10 hectáreas. Allí hay unos realmente hermosos como el Parque el Lago en Barrios Unidos, el Tintal en Kennedy o El Recreo en Bosa, con su velódromo de primer nivel. Así que Bogotá está lista para ese turismo de Semana Santa. Y ante el fracaso y el desorden del gobierno nacional, nos queda disfrutar de una ciudad mágica, que nos abre sus puertas.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-04-02

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¡Hay que despertar a la juventud contra la reforma pensional!

De la reforma pensional se ha advertido ya todo, pero nadie reacciona. Una de las primeras críticas provino de la bancada del Centro Democrático en el Congreso, que ha sido una voz solitaria en la defensa del bienestar y el derecho a la propiedad del aportante a fondos de pensiones. Nuestra colectividad en el legislativo ha señalado que la reforma es perjudicial, porque elimina de tajo la posibilidad de tomar decisión alguna sobre los aportes pensionales; porque destruye el derecho a la elección que hoy tienen los cotizantes; y porque, mucho más grave aún, le permite al gobierno disponer, a las malas, de los ahorros para la vejez de la totalidad de los actuales cotizantes. O sea, de la mayoría de los trabajadores colombianos. Los gremios han hecho lo suyo. Asofondos denunció esta semana que la reforma pensional generará un costo fiscal brutal, que se traducirá en mayores impuestos en el mediano plazo; se perderá el derecho a heredar la pensión, e insisten, al igual que el Centro Democrático, en que se nos quitará a los colombianos la posibilidad de elegir, imponiéndosele a la mayoría de trabajadores un fondo público, que no les reconoce ni un centavo de rentabilidad por sus ahorros. Anif, el gremio y centro de estudios, por su parte, advierte que se duplicará el pasivo pensional para llevarlo, al cabo de unos pocas décadas (anote por ahí esta cifra) ¡a un total de $3.279 billones de pesos de hoy!. Casi los mismos números inventados por la ministra de minas. Una abominación. A todas estas voces, menospreciadas y desoídas por el gobierno nacional, que se apresta a discutir con su aplanadora legislativa la reforma, se le han sumado varias opiniones que han señalado, con mayor o menor volumen, estos y otros males de una reforma mediocre y mal pensada. Reforma que no resuelve, y antes agrava, dos problemas de fondo: baja capacidad de ahorro, con escasos incentivos para hacerlo, y una enorme regresividad de los subsidios pensionales que hoy pagamos todos los colombianos, y que nos cuestan más de $40 billones al año. Plata que, aunque sale de los bolsillos de todos nosotros, vía impuestos, se está dirigiendo, no a los adultos mayores más pobres (que, por cierto, hoy reciben $80 mil y recibirán con la reforma apenas la mitad de lo que les prometieron en campaña) sino a los más ricos. Pero lo que es en definitiva es inexplicable, indignante, inaudito y exasperante es ver cómo, a diferencia de los franceses, los otrora indignados colombianos, que salieron a quemarlo y destruirlo todo para hundir reformas fiscales que los afectaban apenas marginalmente, hoy callen en siete idiomas. ¿Alguien ha escuchado a esa impetuosa juventud indignada y combatiente quejarse por el hecho de que les van a subir, de facto, la edad de pensión?. Hoy domingo, las calles francesas, ajustan once días de protestas ininterrumpidas, con más de 500 detenidos, más de 400 policías heridos en disturbios y bloqueos causados por más de 1,3 millones de jóvenes. ¿La razón? Macron, tan amigo en su momento del expresidente Santos, sacó solito, como en dictadura, saltándose al congreso, una reforma pensional que apenas eleva en dos años la edad pensional. ¿Qué propone Petro mientras tanto?: ¡Incrementar, en la práctica, tres años la edad pensional! ¡Y nadie dice ni mú!. El 90% de aportantes de los fondos de pensiones, hoy mayoritariamente jóvenes trabajadores que ganan menos de 3 salarios mínimos, pasarían de cotizar 1.150 semanas a 1.300, lo que implica tres años más de cotización para pensionarse, previo cumplimiento de la edad que, tramposamente, no se modificó. Nuestra juventud está adormecida por el encantador de serpientes que ocupa la presidencia. ¡Tenemos que despertarla!. A pitar todos!!

Posteado por: Javier Ospina el 2023-03-26

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Otra crisis que ya explotó: el hacinamiento en estaciones de policía

“Ven a la juventud entre las cárceles y creen que eso es seguridad” dijo el mes pasado en la Universidad Distrital el presidente Petro, criticando, con torpe disimulo, a Nayib Bukele, presidente de El Salvador. Esa frase bien puede resumir la postura política de este gobierno. Un verdad obvia, pues nadie querría ver jóvenes encerrados, pero que omite un detalle colosal: la gran mayoría de los presos no están en las cárceles porque sí, sino porque nuestra justicia, que es independiente, así lo decidió. Y lo hizo para castigar conductas tipificadas en el código penal, y sobre todo, para proteger y resarcir a las víctimas. Por eso preocupa y angustia tanto que Petro haya pasado además de esa retórica mediocre de criticar al vecino (que quiéralo o no, está dando resultados), a exculpar, condescender y justificar a los delincuentes. Como son jóvenes (aunque hoy el 82% de los reclusos tienen más de 24 años), dice el presidente, no deben estar en una cárcel. Deben salir y reparar a sus víctimas, así el 45% de las condenas sean por homicidio y hurto agravado. Así de simplista es la visión. Y, como el gobierno materializa rápidamente la inacción, decidió acabar de un plumazo la construcción de nuevas cárceles. El Plan Nacional de Desarrollo, que se vota en primer debate esta semana en el Congreso, no contempla edificar ni un solo establecimiento de reclusión o detención intramural. No habrán nuevas cárceles. De hecho, si usted lee el capítulo 12 del catalizador A (habilitadores que potencian la seguridad humana) del Plan de desarrollo (página 88 de las bases) yo creo que, igual que a mí, le entrarán ciertas ganas de delinquir, que quizás solo se bloquearán porque usted y yo somos personas correctas. Pero el incentivo es perverso. Toda la política penitenciaria se centra en cuidar el bienestar del delincuente, incluso privilegiando penas que lo dejen en libertad, al tiempo que desprotege totalmente a las víctimas. Lo que está sucediendo hoy, no solo en Bogotá sino en todo el país es gravísimo. Según el INPEC, la capacidad carcelaria del país es de aproximadamente 80 mil cupos, y en 2022 habían más de 124.000 reclusos, lo que significó un hacinamiento del 55%. La brutal crisis de las cárceles llevó al tribunal de Cundinamarca a ordenarle al gobierno a frenar la sobrepoblación, lo que derivó en un problema mayor: el hacinamiento se desplazó a las estaciones de policía. Y el tema explotó. Cifras reveladas esta semana durante el debate que tuvimos en el Concejo de Bogotá sobre el tema, muestran cómo el hacinamiento en las estaciones de policía de la ciudad llegó a la alarmante cifra del 252,3%, y en localidades como Usaquén y Bosa a superar el 500%. Para que se haga una idea de lo que pasa en Bogotá, eso es como si a usted al subirse a un avión, lo obligaran a llevar encima de sus piernas a otras dos personas. Ahora quite la comodidad del asiento y váyanse juntos, no a un viaje en avión, sino a pasar una noche helada junto a otros delincuentes. Esa es la situación. Ese, Presidente, es el problema de no tener cárceles, ni administrar con seriedad el problema. Desde esta trinchera distrital le hago un llamado al Congreso. En esta semana crítica para el Plan de Desarrollo, tiene que ser prioridad descongestionar las estaciones de policía y llevar a los delincuentes a donde deben estar: a nuevas y mejores cárceles. Porque sí Presidente, eso también es seguridad.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-03-19

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¡Bajaron las tasas para el comercio! ¿será suficiente?

Los bancos decidieron esta semana bajar las tasas para tarjetas de crédito de cupos bajos. ¿Qué significa esto? ¿por qué lo hicieron? ¿la reducción ayuda en algo a aliviar la situación del comercio que, como he denunciado en columnas pasadas, ha estado frenando en seco desde finales del año pasado?. En esta columna vamos a examinar esos anuncios, y tratar de ver el panorama completo, para entender por qué, aunque el nuevo escenario le servirá a algunos, es aún muy insuficiente. Primero comenzó Bancolombia. La institución financiera anunció que a partir del viernes 10 de marzo su tasa de interés bajaría del 46% en el que estaba (más de 3,2% efectivo mensual) a 25%, equivalentes a 1,9% de interés nominal mes vencido, lo que es casi la inflación mensual, ubicada en febrero en 1,7%. Más tarde, ese mismo viernes, Davivienda hizo lo propio llevando su tasa de crédito de consumo para productos con cupos de menos de $4 millones, hasta un 20% anual. Estas dos golondrinas rápidamente hicieron verano. El Banco de Bogotá, el Banco de Occidente, el Scotia Bank Colpatria, y los bancos Pichincha y Bbva cerraron tasas para tarjetas de crédito este sábado en 20%, muy cerca de la inflación. ¿Es esto bueno? Para comercios plenamente formales, con acceso a medios de pago por transacciones bancarias, claro que sí. El segmento de clientes con esos cupos pertenece a una clase media que tiene empleo, le subieron el sueldo cerca de la inflación del año pasado, e igual que siempre, gasta en combustibles, entretenimiento, turismo, paga Netflix, y compra a cuotas el mercado, su vestuario y electrodomésticos. El problema es que esos comercios plenamente formales, con registro mercantil, seguridad social, RUT, entre otros, representan poco más de la mitad del total de comerciantes, mientras el resto no lo son, según diversas definiciones. Y entre ellos, la gran mayoría maneja el efectivo (o billeteras virutales como Nequi o Daviplata) como principal medio de pago. De hecho, según la Cámara de Comercio de Bogotá, para el caso de nuestra ciudad, mientras el 68% de las empresas que tienen registro mercantil utilizan el efectivo como principal medio de pago, en los locales sin registro mercantil ese porcentaje asciende al 97%. En ese entorno, la reducción de tasas no hace prácticamente nada. Colombia es de los países en América Latina que menos utiliza tarjetas de crédito. La realidad es que, hasta antes de la decisión, los bancos estaban casi pegados al 46% permitido de tasa de usura. Este es un invento regulatorio, que ha generado todo tipo de distorsiones en el mercado, desde hace mucho tiempo. En forma artificial, el permiso regulatorio explícito e innecesario de cobrar muy por encima del equilibrio de mercado, permitía que los bancos, que en Colombia son aún muy pocos, hicieran algo que en la literatura económica se conoce como coludir: pactar precios para beneficiarse de mejores condiciones de mercado, aún si afectan a los consumidores. No se sabe a ciencia cierta qué pasó, pero es muy probable que haya sido el liderazgo del exministro de vivienda del Presidente Duque, Jonathan Malagón, hoy en la presidencia del gremio de los bancos, Asobancaria, lo que haya impulsado la iniciativa de bajarse de esa tasa máxima de usura, y volver a situarse en la de mercado, aunque sea para ese segmento pequeño. Aquí el gobierno no tuvo nada qué ver, ni hay que celebrarle nada. Se requiere hacer mucho más, no solo para mitigar el impacto de la inflación, la devaluación, y los disparates económicos semanales, que traen incertidumbre, sino para formalizar, y hacer que más consumidores se animen y reactiven el comercio, que tanto lo necesita.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-03-12

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El valor de la vida de nuestros policías

“No hay derechos humanos, ¡no existen!, ¡ya tenemos dos compañeros muertos, Central! ¿estamos esperando a que nos acaben a todos acá?”. Estas frases, estos gritos desesperados de un suboficial de la Policía Nacional esta semana en San Vicente del Cagúan, nos deben hacer reaccionar como país. A la Policía no la podemos dejar sola. El presidente Petro tuvo el gesto inicial de poner a un abogado experto en atacar judicialmente a la Policía, a liderarla desde el Ministerio de Defensa. Y en esto vamos. La moral de las fuerzas está baja. No hay liderazgo político se reacciona tarde y mal. Se dan mensajes confusos, y entre tanto, se premia al agresor y al delincuente. El mensaje, repetido desde la campaña presidencial de Petro, que empezó con sangre desde 2019, y que terminó en su victoria, es que con los grupos criminales todo, con la Policía, nada. A las fuerzas armadas se les insulta, mientras con los criminales se negocia, se pacta y se tranza, a través de la misma familia presidencial. Un caos que apenas empieza, pero que va a terminar muy mal. Para la muestra ese botón. Petro escribe en Twitter, tan pronto se entera de los hechos ocurridos en el Caquetá, que ”ha ordenado detener los hechos de violencia”. ¿Le ordena a quién? ¿a la guardia indígena sobre la que no tiene autoridad? ¿al criminal que con un cuchillo se llevó la vida del subintendente Ricardo Arley Monroy, esposo, hijo y padre de 2 hijos pequeños?. Por supuesto que no. Si eso tuviera algún sentido, y sirviera para algo, todos los presidentes del planeta ordenarían detener el delito y la violencia, y viviríamos así, de repente, en un chasquido de dedos, en un paraíso. Pero no, naturalmente la orden, muy bien pensada por el tuitero presidente, se dirige, una vez más, a la fuerza pública. La renuncia explícita al monopolio de la fuerza del Estado. Esta semana en el Concejo de Bogotá, y coincidencialmente el mismo día de esos hechos, tuvo lugar una acalorada discusión sobre ese tema. Concejales de partidos afines al gobierno Petro, insistieron en la aprobación de un Proyecto de Acuerdo que no solo excedía las competencias del Concejo, y generaba un claro costo fiscal, sino que daba, una vez más el mensaje equivocado: el único problema es la fuerza pública. El proyecto establecía una redundante ruta de atención a víctimas. Hasta ahí, se trataba solo de un proyecto inane. Se crearía una más de las decenas de rutas de atención que ya existen, diseñadas por el gobierno distrital. Pero es que, en este caso, *el proyecto se había diseñado específicamente para dar un mensaje político: la policía por definición agrede al ciudadano. Como Concejal del Centro Democrático ayudé a hundir esa iniciativa*, lo que afortunadamente se logró, a pesar de los chiflidos, insultos y amenazas de un grupo de personas que estaban en el recinto. Pero el mensaje quedó ahí: la policía sólo agrede, sólo ataca, sólo abusa. Y es que todos los Concejales entendemos que hay que seguir actuando, como se ha hecho, en la protección de los derechos humanos por parte de la fuerza pública. Es una tarea difícil en la que hay que persistir. Pero ¿cómo evitar que esa narrativa termine por acabar con la moral de quienes nos cuidan?, ¿cómo hacer que la ciudanía se entere que en Colombia están matando, persiguiendo, insultando y humillando todos los días a miles de mujeres y hombres, solamente por portar un uniforme y cumplir con su deber?. La ONG Temblores denuncia que ocurren 1,3 casos diarios de actos de violencia policial en promedio. Es grave, no debe pasar y se debe investigar cada uno a fin de que no vuelvan a ocurrir, se castigue a los responsables individuales, y a su línea de mando, y se repare a tiempo. Pero ¿cómo ignorar que la misma cifra calculada para el caso de nuestros policías ascendió en 2021 a 13 casos diarios? ¡10 veces más! Ese año, mataron 90 uniformados, e hirieron 4.656. Desde mi curul pongo el tema, y le digo a ese policía anónimo que no está solo, que cuenta con un pueblo colombiano que lo apoya y lo defiende, y que la vida de ustedes sí vale mucho.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-03-05

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La reforma laboral: una nueva amenaza al comercio

La reforma a la salud es tan improvisada y absurda que, con seguridad, como advierte el precandidato presidencial Roy Barreras, se hundirá. Pero queda una peor: la laboral. Es sobre esta que ahora toca afinar el ojo, pues no pinta nada bien. Afectará la generación de empleo, impulsará la informalidad, y en sectores como el comercio que representa el 17% del total con 3,8 millones de ocupados, la sostenibilidad de las empresas quedará gravemente amenazada. Para explicar por qué, si el Congreso fuera responsable, debería tumbar también esta iniciativa, basta conocer sus principios, que por ahora es lo único que se ha anunciado. La reforma, propuesta por la cuota del partido comunista en el gobierno Petro, Gloria Inés Ramírez, Ministra de Trabajo, se compone de 18 temas entre los que se priorizan: uno, reducir al máximo la tercerización y la subcontratación; dos, controlar el uso de contrato de prestación de servicios; tres, ampliar la jornada nocturna; cuatro, dificultar la vinculación de personal en plataformas digitales; cinco, formalizar con mayores costos el trabajo rural y el que ejerce la población migrante; seis, impulsar y facilitar la asociación sindical, la negociación colectiva y la huelga, entre otros temas. Al igual que la reforma a la salud, todas estas cartas siguen tapadas. Pero la ministra Corcho, ubicada menos a la izquierda que la ministra Ramírez, demostró que las propuestas oficiales de este gobierno terminan siendo aún más radicales que sus mismos anuncios. Así que hay que esperar que, si nos va bien, la reforma solo desarrolle estos puntos, y no cosas más graves como los parafiscales, o como la negociación del salario mínimo, a fin de hacerlo cada año aún más impagable para pequeños comercios de lo que ya es. En particular lo de la tercerización ha preocupado a Fenalco, el gremio de los comerciantes, y tiene con los pelos de punta a cada vez más empresarios, como Carlos Mario Giraldo, presidente del Grupo Éxito. El gremio anunció esta semana que, si se hacen realidad las propuestas del Ministerio, los costos mínimos por trabajador podrían incrementarse un 12%. En plata blanca, y suponiendo que la inflación no explota este año y al menos se mantiene en el ritmo que lleva hasta febrero como pronostican tanto analistas como el mismo gobierno, los costos laborales para 2024 si pasa la reforma quedarán un 30% por encima de los de hoy, que ascienden a más de $944 mil pesos. Con ello, los empresarios, los comerciantes masivos formales, que contratan entre uno y dos trabajadores terminarían pagando entre parafiscales, cesantías, horas extras, dotaciones, entre otros, casi $1’230.000 mensuales. Dinero que no van directamente al trabajador porque no son salarios, sino justamente costos laborales ocultos asumidos por el empleador, que si o si debemos pagar si queremos generar empleo formal. A esto se le suma la dificultad que manifiesta el presidente del Éxito, y que constituye la segunda gran alerta de la reforma: la inflexibilidad laboral. Si se afectan los contratos de prestación de servicios las famosas OPS, o los modelos de tercerización y subcontratación, aquellos comercios que funcionan por temporadas sufrirán. Como lo he dicho en otras columnas, el comercio masivo formal de Bogotá, que yo he defendido desde el Concejo, depende en buena medida de los ingresos de temporadas: la navidad, San Valentín, el mes de amor y amistad, la temporada escolar, etc. En ellas se contrata más personal, en condiciones generalmente favorables en ingresos para los trabajadores, pero sin la obligatoriedad de una vinculación que sobrepase estas fechas. De aprobarse la reforma en esos términos las oportunidades para esos trabajadores flotantes se reducirán, y las ventas de estos comercios empeorarán. Habrá que ponerle toda la atención al tema, y evitar que el gobierno Petro nos arrastre a una crisis que puede resultar siendo sin precedentes. Ojalá la laboral, tal como está planteada, termine teniendo el mismo destino que parece estar teniendo la reforma a la salud: hundirse por el bien del país.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-02-26

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Frena en seco el pequeño comercio formal

El sector comercio se frenó en 2022. Ese dato lo reveló el miércoles pasado el Dane, al publicar el Producto Interno Bruto -PIB- con el que cerró el año pasado, es decir, el cálculo de toda la producción agregada de la economía colombiana. No fue noticia, ni estuvo claro para todo el mundo que se trató de eso, del frenazo más grande desde que empezó la pandemia. Y no lo fue, quizás porque a primera vista el 2022 no fue un mal año. En efecto, si se toma todo 2022, el PIB del sector creció frente a 2021 a una tasa del 10,7%, algo bueno si se tiene en cuenta que la economía creció 3,2 puntos menos, al 7,5%. Pero lo preocupante está en el ritmo. implementadas en la pandemia. Hace solo un año estábamos creciendo al 21,7%. Claro, porque, a diferencia de este año, la inflación no galopaba al ritmo que lo hace hoy, teníamos días sin IVA, el dólar estaba casi $1.000 pesos por debajo del de hoy, y no teníamos el desorden y la incertidumbre gubernamental de hoy. El frenazo de este sector (11% de menor crecimiento comparado a 2021) fue Esa es la crítica situación general de una rama de actividad que es clave, pues está compuesta por el comercio al por mayor, al por menor, por el subsector de reparaciones de automotores, por el de transporte, alojamiento y los restaurantes. Pero cuando se pone la lupa en los subsectores más asociados a la economía popular, la del comercio formal masivo, a la que el gobierno Petro tanto dice defender, la situación es dramática. Y esto sobre todo es cierto en la coyuntura más cercana. Si solo se toma el comportamiento de diciembre, que anticipa mejor lo que está ocurriendo ya este año, la situación es terrible. En 11 de los 19 grupos de mercancías que mide el Dane en la encuesta mensual del comercio al por menor, ya empezaron a haber caídas. En el agregado del sector minorista, la disminución fue del 1,8% real frente a diciembre de 2021, pero si se quita la venta de combustibles en gasolineras la caída es del 2,4%. La venta al por menor de electrodomésticos, del que viven cientos de familias por ejemplo en los San Andresitos de la 38 y de San José, en la localidad de los Mártires, cayó a una preocupante cifra del 24%. A esas mercancías le siguieron los productos de aseo, cuyas ventas se redujeron un 17% anual, seguidos de los aparatos de sonido y video con un 15% de caída. Las ferreterías cayeron al 10% mientras que en las ventas de motos y vehículos la reducción fue cercana al 8%. Y todo hay que decirlo. En forma heroica hasta ahora, estos pequeños y medianos empresarios, pertenecientes a las cadenas asociadas al sector comercio, han hecho milagros para que esta incipiente crisis no se traduzca en menores puestos de trabajo. De hecho, en el agregado, y para el mismo mes de diciembre, el personal ocupado en el sector comercio creció 4,2%, y solo se vio una leve caída en la subactividad de venta de enseres domésticos en establecimientos especializados. Pero la foto general es muy preocupante, y hay que hacer algo. Como Concejal de Bogotá, he estado en permanente diálogo con la Secretaría de Desarrollo Económico, para que las ayudas a los pequeños empresarios se aprovechen de la mejor manera y le ayuden a los comerciantes a superar este temporal. Pero se requiere mucho más. Ya es hora de que los gobiernos, nacional y distrital, empiecen a priorizar de verdad a nuestros comerciantes masivos formales.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-02-19

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Queremos transportarnos en bici, pero ¿dónde las parqueamos?

“Bogotá es la capital mundial de la bicicleta”, según ha repetido en muchas ocasiones la administración de la alcaldesa Claudia López. Y aunque no es probable, pues, de acuerdo con el índice global de ciudades de bicicletas 2022, Bogotá ocupó el puesto 81 de 90 ciudades analizadas, el uso de este medio de transporte viene en crecimiento. Y lo cierto es que hoy tiene que ser una alternativa clara frente a sistemas de transporte, como el SITP y Transmilenio, cada vez más llegando a limite de su capacidad. Tiene que servir hoy, más que nunca, como alternativa frente a un metro en veremos por los caprichos e improvisaciones del presidente Petro, y debe ser un sustituto rápido y certero frente a un transporte privado que contamina, está limitado por el pico y placa, y en general colapsa cada vez más a menudo. Según la encuesta Mi voz, mi ciudad publicada hace un año por Bogotá Cómo Vamos un 5,2% de bogotanos utiliza la bicicleta como principal medio de transporte, cifra ligeramente por debajo de la del 2020. Bogotá no es aún una ciudad ciclista, pero, al menos en el discurso, quiere avanzar en ello. Por eso llaman la atención iniciativas como las que tuvo el distrito esta semana: bajarle impuestos a los comerciantes que inviertan en cicloparqueaderos. La idea de la administración es “descontar hasta un 120% del ICA hasta por cinco años, contados a partir del siguiente año gravable al que realicen las inversiones, siempre y cuando cumplan las condiciones de diseño y calidad establecidos por la administración distrital”: el llamado sello de oro. Como Concejal estaré pendiente de la implementación de esta medida, y la impulsaré en todos los comercios formales masivos de la ciudad. Y lo haré por una razón: el reto aún es enorme. Es que para nadie es secreto que, en Colombia, y particularmente en Bogotá, nos fascina la bici. El ciclismo nos apasiona, y llenamos cada ocho días las carreteras de Cundinamarca con filas y filas de ciclistas subiendo altos, tomando fotos en puntos de llegada a rutas icónicas, y comiendo banano, o empanada, con bebidas hidratantes. Nos emocionamos con los triunfos de Nairo, Egan, Rigo o Supermán, y salimos de vez en cuando a la ciclovía. Pero aún nos cuesta utilizarlas para ir al trabajo, que es lo realmente importante, si queremos construir una ciudad sostenible. ¿Por qué nos cuesta tanto? Sí, además de la inseguridad, la imprudencia e intolerancia de los conductores, y el mal estado de la malla vial, montar bici para ir al trabajo es difícil en muy buena medida porque no hay dónde parquearlas. Según cifras de la Secretaría de Movilidad, hoy Bogotá tiene apenas unos 50 mil parqueaderos para bicicletas, en toda la ciudad. Si se tienen en cuenta las cifras del censo 2018 del Dane, y de la participación de la bicicleta como principal medio de transporte, este número, como se dice coloquialmente, no hace ni cosquillas. Necesitamos unos 350 mil cupos, con lo que hoy apenas estamos llegando al 15% de la necesidad. Terrible panorama. De las bicicletas compartidas ya he hablado en otras columnas. Y aunque he dicho que son buena idea, también he resaltado que son insuficientes. Fíjese usted: son apenas 3.300, y faltarían 347 mil para garantizar que cada uno de los biciusuarios actuales vaya todos los días a trabajar o a estudiar en ellas. Claramente no es un objetivo práctico, pero da una dimensión del poquísimo alcance de las Tembici. Así que invito al comercio a sumarse masivamente, e invertir en más cicloparqueaderos. Necesitamos una ciudad sostenible y con conciencia ciudadana, y que más bogotanos, cada día, nos montemos a la bici, y seamos por fin esa capital mundial con la que tanto hemos soñado.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-02-12

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El empleo del sector comercio en Bogotá: un problema de verdad

Esta semana fue tormentosa. Como bien lo vaticinó el actual ministro de educación, la agenda pública en Colombia parece imponerse desde una sola cuenta de Twitter, la de Petro. Además de dedicarse a pelear, y no a gobernar, toda la semana nos distrajo con tormentas inventadas por él mismo, sobre problemas que no estaban en la agenda de nadie: acabar con la salud, acabar con la independencia de las comisiones reguladoras de servicios públicos, acabar con el metro, y de paso, acabar con todas las grandes obras de la ciudad. Pero a quienes en verdad nos duele Bogotá y el país, quienes conocemos en realidad los problemas de las personas, quienes caminamos por los barrios y hablamos con el ciudadano de pie, sabemos que la agenda, que lo verdaderamente urgente, está en el empleo, en el costo de vida y en la seguridad. Y en este primer tema, en el del empleo, nos volvió a ir mal. Es que en diciembre volvió a subir el desempleo en Bogotá según el Dane. Desde el año 2017 la ciudad no llegaba a un dígito en su tasa de desocupación. Y en efecto, esto se logró en octubre del año pasado. Se trató entonces de un resultado que muchos celebramos, pero que, también muchos, intuimos que sería frágil, pues con una desaceleración del comercio, de la industria y de la construcción, acompañada por anuncios gubernamentales erráticos y llenos de incertidumbre, la situación no podía ser diferente. Concretamente, el 2022 cerró con una tasa de desempleo en la ciudad del 9,8%, lo que equivale a 423 mil bogotanos sin trabajo. Para que se haga una idea de la gravedad de este resultado, lo que revela el Dane es que, si se comparan los promedios terminados en diciembre y noviembre de 2022, quienes perdieron el trabajo en la ciudad durante la navidad del año pasado pueden caber dos veces en el Movistar Arena. Es decir, hubo 28 mil desocupados más. Una tragedia. Lo justo sería medir el resultado frente a igual periodo de 2021, y así lo hace la administración, olvidando cándidamente que en diciembre de ese año continuaban vigentes aún muchas ayudas para la reactivación del empleo. Entonces, lo sensato sería comparar contra el mismo mes, pero de 2019; y ahí el resultado fue casi exactamente igual. Es decir, aún seguimos en el mismo punto previo a la pandemia. No ha habido avances en el mercado laboral de la ciudad. ¿Cómo se explica esto? Lo grave es que el sector que está detrás de este desastre, por primera vez en muchos años, es el sector comercio, que empieza a sentir los estragos de una brutal devaluación del peso, de mayores impuestos, fijados por el gobierno Petro, y de las crecientes restricciones a la movilidad que se han implementado en la ciudad. Si usted, lector y amigo, trabaja en el sector comercio, sabrá que es una rama de la economía que me ha preocupado desde siempre como Concejal de Bogotá, como Edil y como empresario. Pues bien, este, nuestro sector, y por culpa de los desastres creados por el gobierno Petro, destruyó en diciembre la impactante cifra de ¡56 mil puestos de trabajo!. Y esto es frente a un mes en el que, como sabemos, se mueve comparativamente menos el sector. Para que se haga una idea, el fatal resultado superó la caída agregada de toda la ocupación de la ciudad, que alcanzó los 52 mil empleos destruidos entre noviembre y diciembre. El crecimiento relativo de la burocracia, y del empleo del sector financiero, en donde se crearon 38 mil empleos adicionales en diciembre, compensó en parte esa reducción agregada. Pero estos nuevos ocupados en su mayoría provienen de familias de clase media y acomodada, y se diferencian mucho del perfil de empleados del sector comercio. Será todo un reto revertir esta situación en lo que resta del año. Y para ello, la campaña a la alcaldía y al Concejo, que ya está comenzando, debe centrarse en eso, y no en las tonterías que salen del Twitter del Presidente. Amanecerá y veremos.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-02-05

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Frentes de seguridad: tardíos pero críticos para enfrentar la extorsión

Esta semana la Alcaldesa nos sorprendió con una de esas medidas típicas de los primeros 100 días de los gobiernos. Pese a que, en este caso, se trata de los primeros 1.119 días, la iniciativa hay que acompañarla. Los frentes especializados de seguridad, anunciados junto a la ciertamente insólita exigencia al gobierno nacional de luchar contra la impunidad de los una vez llamados “muchachos del corazón”, va en el sentido correcto. Son en total 7 frentes que articulan a las autoridades para mejorar la seguridad en Transmilenio, ayudar y cuidar a las mujeres, recuperar el centro, mejorar el entorno de Corabastos, fortalecer la seguridad nocturna, evitar las invasiones en zonas de riesgo y limpiar la ciudad. Suena demasiado ambicioso, y probablemente lo es. Son iniciativas que llegan a una ciudad que en 2022 tuvo incrementos en 7 de los 15 principales delitos que mide la Policía Nacional. Las lidera además un gobierno que, según Planeación Distrital, a estas alturas lleva apenas un avance del 60% en su plan de desarrollo y que, de hecho, ha avanzado menos de un 40% en programas críticos como la red de metros, los programas de salud para la vida y el bienestar, y los de transformación pedagógica para el mejoramiento de la educación. Con todo esto a medias, el gobierno de Claudia López arranca ahora una nueva cruzada, con un secretario nuevo, y en plena curva de aprendizaje. Pero es lo que tenemos. Y del éxito de la labor de esos siete comandos dependerá que la ciudad no se deteriore más en sus indicadores de seguridad. Y de entro de estos hay uno que es de vital importancia: la extorsión. La extorsión es un delito que, pese a su leve reducción, ha seguido en unos niveles demasiado altos. En 2022 se registraron 1.335 casos, con lo que, para lo que va de este gobierno, la cifra ya alcanza las 4.387 extorsiones, la mayoría de ellas afectando establecimientos y comerciantes. Para atender este tema crítico la Alcaldesa hizo también anuncios: habrá un Comando en Corabastos, que llevará a cabo intervenciones integrales para combatir el trabajo infantil, el microtráfico, la extorsión y la invasión del espacio público. Así, la acción de la Policía, la Secretaría de Seguridad y la de Gobierno, podrán organizarse en forma articulada en el entorno de Corabastos y en barrios aledaños como María Paz y Patio Bonito. Otros controles se focalizarán en carreteros y coroteros, y en el Corredor de la Ciudad de Cali, en especial en el sistema Transmilenio. Como Concejal de Bogotá, y como primer interesado en la seguridad de los comerciantes masivos formales, insistiré en que esto no sea solo allá sino en toda la ciudad, y estaré muy pendiente del desarrollo de estas iniciativas. Los anuncios no pueden quedar ahí. Tenemos que evitar que con la seguridad se juegue con el ciudadano, y se incumpla, como presuntamente ocurrió con el hecho previo más parecido: El muy improvisado “Plan de Choque” que prometía tapar 56 mil huecos entre el 25 de diciembre de 2021 y el 22 de enero de 2022. Hay que recordar que, en ese caso, la Personería denunció que no solo no había claridad sobre las cifras finales, con las que aparentemente se sobre cumplió la meta, sino que el episodio en general develó una crítica obsolescencia de los sistemas de información del IDU y la Unidad de Mantenimiento de Malla Vial. Es cierto, el antecedente no da confianza, pero esta vez el amor por la ciudad nos debe llevar a todos a creer, apoyar, y respaldar a la administración en esta nueva cruzada contra la delincuencia, por más improvisada que sea.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-01-29

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¡La justicia por propia mano se nos sale de las manos!

Esta semana a una señora la agarraron del pelo en Transmilenio por haberse colado. Un taxista juzgó que el procedimiento de inmovilización que le estaban aplicando en confusos hechos, estuvo mal implementado, y decidió subirse al carro, ya encima de la grúa, causando una protesta de taxistas que terminó perjudicando a cientos de viajeros. Hace menos de un mes, un ladrón en moto casi es linchado en el barrio Buenos Aires de la localidad de San Cristóbal, y hace menos de dos meses, lo mismo le ocurrió a un presunto delincuente en el barrio La Felicidad de la localidad de Fontibón. La justicia por propia mano se salió de control. Son decenas de casos que uno escucha todas las semanas, videos que se viralizan para el deleite de personas frustradas porque la justicia, sentimos todos, nunca llega. Esto no es nuevo, por supuesto. Desde Roa Sierra, cuyo linchamiento desencadenó el bogotazo en 1948, los ciudadanos nos hemos visto abandonados por una justicia lenta, con una impunidad que, según cifras de la Fiscalía, ronda el 94%. Pero hoy lo peligroso es que, con el avance de las redes sociales, el inmediatismo informativo de la prensa actual, y la permisividad del gobierno nacional, que antepone el bienestar del delincuente por encima del de la víctima, las cosas se pueden salir completamente de control. Que es exactamente lo que estamos empezando a ver. Para contener, o al menos reducir este problema, faltan muchísimas cosas. En esta columna me propongo por lo menos hablar de tres, y recomendarle a la administración un curso de acción urgente. Lo primero es tener información. Si usted es un lector frecuente de esta columna se habrá dado cuenta, quizás con decepción, que a diferencia de las demás, en esta no hay cifras. Pues le cuento que estuvimos buscando por cielo y tierra, y es que no existen. Ni la Policía, ni la Secretaría de Seguridad, ni la de Gobierno, nadie lleva cifras claras y detalladas sobre este fenómeno. Muy grave, porque lo primero para solucionar cualquier problema es entenderlo y dimensionarlo. Y lo más importante esa tarea es tener cifras. La Secretaría de Seguridad y Convivencia debe trabajar con urgencia en esa materia. Lo segundo es la conciencia ciudadana. Como equipo Buena Nota nos hemos caracterizado por ser líderes de este tema en la opinión de la ciudad. Como Concejal he impulsado varias estrategias para que esa palabra, la de conciencia, vaya reemplazando en todos los bogotanos el otro concepto, ya en total desuso, echado a perder por la falta de liderazgo de nuestros políticos, de la famosa cultura ciudadana. Con campañas como “Pitar para Salvar”, que empodera a mujeres y hombres usuarios de Transmilenio, para despertar la solidaridad y, usando silbatos, ahuyentar, disuadir -y jamás maltratar- delincuentes, hemos querido convencer a la ciudadanía que los cambios vienen primero desde nuestra conciencia, y que nos toca dar el primer paso. Lo tercero es quizá lo más estructural. A todos nos quedó claro que la alcaldesa Claudia López fue enemiga declarada del gobierno Duque. La cooperación con ese gobierno, por decisión de la alcaldesa fue muy limitada, aunque éste le hubiera ayudado a impulsar y financiar grandes obras como el metro de Bogotá en su primera y segunda línea. Ahora, en cambio, la alcaldesa tiene un gobierno amigo, al que apoyó decididamente en campaña, y por el que tiene una verdadera y profunda estima. Legítimo y loable, si ello redunda en beneficio para los bogotanos. Por eso es tan importante que se apoye en esa amistad cercana para impulsar desde el gobierno nacional una verdadera reforma a la justicia que aumente las penas para el que roba en moto, para el que hace cosquilleo en Transmilenio, para el que viola y acosa. Que permita sancionar de verdad a los colados del sistema de transporte, evitando así que tanto gestores de convivencia, personal de Transmilenio y hasta la misma policía sean rey de burlas. Y por supuesto, para evitar que a más mujeres las mechoneen en Transmilenio por colarse.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-01-22

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Tenderos a las juntas de las Cámaras de Comercio, un nuevo distractor

Claro que las juntas de las Cámaras de Comercio de todo el país deben tener una mayor representación de los tenderos. Y no sólo de ellos, sino de los comercios masivos formales, de la pequeña industria, de los que participan en las cadenas de valor del sector agropecuario, empezando por los comerciantes de las centrales de abastos. Eso es muy importante, y cuando se ha hecho en el pasado ha sido útil. Pero es apenas un gesto, un distractor más que no le apunta a la solución de problemas que este gobierno, además, ha acentuado. Y es que cuando se disperse la bomba de humo que soltó esta semana el gobierno quedará la realidad. Petro no solo no ha hecho anuncios claves en temas críticos para los microempresarios, sino que ha tomado decisiones que los han perjudicado. Por ejemplo, ¿alguien ha escuchado algún anuncio de esta administración en el que prometan que va a mejorarse el acceso al crédito, y que se piensa siquiera reducir del escandaloso 55% de tasa de interés efectiva anual de microcrédito, que hoy están cobrando las poquísimas entidades financieras que le prestan a ese segmento? Muy bueno el anuncio de alivio a estudiantes del Icetex que salieron a protestar durante casi dos años, pero ¿y se acordó ahí también los 550 mil tenderos quienes, en cambio, se quedaron trabajando durante las protestas, siendo muchas veces víctimas de los desmanes aupados por el ahora Presidente? Otro ejemplo: la seguridad social es cada vez más onerosa. Este año, haciendo una cuenta completa entre salarios y otras cargas, cuyos aumentos se atribuyó como gran logro el gobierno Petro, contratar formalmente un ayudante para una tienda cuesta como mínimo $1’951.522 mensuales. Para que se haga una idea, según la versión 2022 de la encuesta de la Cámara de Comercio de Bogotá, el 40% de las tiendas formales venden menos de $840.000 al mes, igual que el 60% de las informales. No se sabe si estos temas se demoran todavía, o si acaso llegarán alguna vez a la agenda de un gobierno que, por cierto, sigue en campaña. Un gobierno que hace anuncios diarios acerca de todo, menos de los problemas más urgentes de los tenderos. Lo que sí llegó, y muy rápido, fueron mayores cargas tributarias, como lo hemos denunciado en este espacio, incluso desde el mismo inicio de los emprendimientos. Los productos más vendidos en las tiendas de barrio, como gaseosas o embutidos, aumentaron en promedio 12% con la tributaria, mientras que el impuesto al consumo se reactivó. Entonces Petro, que bastante sabe de anuncios grandilocuentes pero vacíos (la paz total, la ciudad universitaria por la ALO, las Empresas Públicas de Bogotá, el metro subterráneo, y un largo etcétera), nos anuncia que, por ejemplo, en el caso de Bogotá, nombrará a 4 tenderos dentro los 12 miembros de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Bogotá. Cuatro personas, por supuesto, cuya verdadera representación a los comerciantes formales masivos (muchos de ellos afines a ideologías opuestas a la del presidente) y a los tenderos afectados por el vandalismo constante de años pasados, está en duda. Todo, bajo una realidad caricaturizada por él y sus seguidores, según la cual las cámaras son una especie de cónclave de ricos gordos y ambiciosos que le hacen daño al resto, cobran en forma inexplicable una matrícula para gastársela en parrandas, y no hacen nada por los más pobres. Claro que las Cámaras deben ajustar muchas cosas, pero su labor ha sido sustancial, no solo como interlocutores y representantes de todas las empresas ante los gobiernos, sino como garantes de la existencia y formalidad de las empresas, el respeto a las reglas de juego, y el arbitramento en caso de conflictos entre empresas y entre ciudadanos. Bienvenidos siempre los tenderos a las juntas, al Concejo de Bogotá, y a todas las instancias, pero justamente frente a ellos, a este gobierno todavía le falta mucho.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-01-15

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Nuevo pico y placa: estrategia necesaria, pero incompleta

Duele. Molesta que, si usted hizo una inversión en un carro con diferente placa, para poder salir todos los días en la comodidad de su carro particular, le cambien ahora las reglas de juego. Incomoda que, si usted ya se había acostumbrado a salir unos días, se los roten. Indigna que, si usted está pagando un año entero del impuesto de vehículos, del Soat, de la revisión técnico mecánica, del seguro, etcétera, le digan ahora que solo puede sacar el carro dos o tres días entre semana. La medida sí es impopular, pero es necesaria. Con 1.166 frentes de obra, todos necesarios, todos aplazados por largo tiempo, se requería hacer algo urgente y desesperado con la movilidad. Y lo cierto es que, a esta administración, que en campaña rechazaba convenientemente el pico y placa inventado por el Alcalde Enrique Peñalosa en 1998, no se le ocurrió otra cosa. Hay que tener mucha paciencia. Pero junto con la paciencia, y el acatamiento juicioso a una medida que, aunque impopular, sí tiene probados efectos en la descongestión de la ciudad, lo que debe venir es una agenda grande de exigencias al distrito. Los ciudadanos debemos exigir que, junto con el pico y placa, se implemente de verdad la estrategia de seguridad en Transmilenio prometida a finales del año pasado por la Alcaldesa. Junto con el Gobierno Nacional, nos prometió que llegarían 1.500 nuevos policías a cuidarnos, y que, de ellos, 1.000 irían a Transmilenio. Es poco, pero es un comienzo. Mejorar la seguridad en Transmilenio es crítico, porque lo que no puede pasar es que se nos impida usar el carro particular todos los días, se nos obligue a montarnos a un bus, y que ahí nos roben. Entre más restringida sea la movilidad particular en Bogotá, mejor tiene que ser el servicio público. Tiene que haber más opciones. Las bicicletas públicas son también un buen comienzo, pero son costosas, y su alcance es absolutamente limitado. De hecho, hoy únicamente operan 3.000 bicicletas en 300 estaciones de 5 localidades del norte de la ciudad. No es una alternativa para ofrecerle a los propietarios de los casi 2,5 millones de vehículos privados. La verdad es que, por ahora, la bicicleta compartida es en esencia una alternativa turística, nada más. Si el objetivo es que la gente se baje del carro y se suba a la bici, hay que masificar los parqueaderos. Como Concejal, propondré este semestre que el parqueo en vía tenga espacio para las bicicletas, garantizando en forma eficiente su seguridad. La administración tiene que tener muchísimo cuidado en que el remedio no sea peor que la enfermedad y que, en ausencia de alternativas de movilidad, con Transmilenio y el SITP en las pésimas condiciones actuales, la gente termine comprando masivamente motos. Eso ya está ocurriendo. Hace un año, cuando se implementó el pico y placa todo el día, las ventas de motos subieron un 37%, según Fenalco. Nos llenamos de motos, pero circulan por una malla vial en creciente deterioro, con una inseguridad que no cede y con una conciencia ciudadana sobre la que se trabaja muy poco. Se le debe meter todo el acelerador a las obras, que, aunque pudieron arrancar antes, se dejaron para el final, todas juntas, y al tiempo. Se requiere que además se brinde seguridad a los nuevos usuarios de SITP y Transmilenio. Y se debe hacer mucha pedagogía para que el pico y placa solidario pueda volver a funcionar rápidamente. En esencia, lo que se necesita es que se piense en  soluciones integrales, se tenga una verdadera gerencia del tema, y se tomen decisiones más allá de la urgencia, pues cuando eso pasa, es inevitable que terminen siendo dolorosas.

Posteado por: Javier Ospina el 2023-01-08

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Una navidad agridulce para nuestra infancia

Hoy es navidad. Y como Concejal de Bogotá quiero desearle a usted, a su familia, y sobre todo a los más pequeñitos, toda la felicidad de esta bella época, esperando además que haya estado acompañado de los suyos en unión con Dios. Pasadas estas fiestas, quiero invitarle a una reflexión y a un reto colectivo que tenemos todos como bogotanos, y como colombianos. Una navidad como la que ha sido esta de 2022 para miles de niños no puede volver a ocurrir. A pesar de los progresos de los últimos años, la situación de la infancia hoy es crítica. Esta semana, el DANE publicó en sus estadísticas vitales una cifra terrible: 3.500 niñas colombianas de 10 a 14 años fueron madres en 2022. De ellas, 115 estaban en Bogotá, lo que corresponde a una tendencia que no cede, y que debe disparar todas las alarmas. Mientras en el gobierno pasado la cifra mensual de este delito pasó de 33 a 17 casos en promedio, en este, el de la Bogotá cuidadora, apenas ha cedido 5 casos promedio mensual en 3 años. Y digo delito, porque para cualquier efecto, las relaciones sexuales con menores de 14 años son un delito. Hay que hacer algo ya, y la entidad rectora de la política de infancia y adolescencia en el distrito, la Secretaría de Integración Social, debe liderar y actuar con todo el sentido de urgencia. ¿Podemos esperar de la administración que responda con la contundencia que se requiere?, pues para que se haga una idea, y no esperemos mucho, la entidad tristemente no está hoy en manos idóneas. De hecho, además de que durante este año esta secretaría dejó vencer varios contratos de alimentación, cerró varios centros transitorios de apoyo al adulto mayor y habitantes de calle, llevando además a aguantar hambre a más de 18 mil personas durante varios meses, la entidad dejó pasar un año más sin siquiera tener una política de infancia actualizada. La anterior, creada mediante el Decreto 520 de 2011, terminaba su vigencia en 2021. En una semana ya nos cogió el 2023, y nada. No hay política. Bogotá no tiene hoy una hoja de ruta actualizada y vigente para la infancia. En suma, al sector, y a la administración, parece interesarle muy poco la infancia. Tal vez por eso, los embarazos en menores de 14 años no han sido la única cifra dolorosa. Este año 1.570 niños, niñas y adolescentes, según Medcina Legal, fueron víctimas de maltrato intrafamiliar, 22,5% más que al comienzo de gobierno, totalizando así la escandalosa cifra de 4.766 niños y niñas maltratados desde que arrancó la administración. Y en cuanto al trabajo infantil, la situación se volvió insostenible. Con corte a noviembre, 3.688 niños y niñas en Bogotá se reportaron en trabajo infantil según Saludata, el sistema de información de la Secretaría de Salud. Esto es, 27% más que lo registrado en la pasada administración distrital. Como si fuera poco, el ICBF registró este año 46 denuncias de explotación sexual en la ciudad, que se suman a las 235 del país. Parece pequeña la cifra, pero es la oficial, en una entidad como el ICBF, cuya capacidad luce menguada. De hecho, lo que sabemos de la administración Petro es que nombró la vecina de su esposa, sin ningún conocimiento en temas de infancia, como responsable máxima de las políticas y programas de ese delicado tema, al frente del ICBF. ¿El resultado? Van más de 20 días de atraso en pagos en varias regionales. Con dolor hay que decir que esta fue una navidad muy triste para miles de niños que hoy esperan que a la infancia se le dé la máxima prioridad. Ojalá ambos gobiernos, distrital y nacional, cambien de rumbo rápido, y podamos tener unas próximas navidades felices para nuestros niños y niñas. Que así sea por el bien de ellos. Feliz navidad.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-12-25

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Diciembre en vilo: los problemas pospuestos del 2022

El 2022 ya se está acabando, y varios temas en los que se esperaba tener certidumbre este año quedan el vilo. En esta columna hablaremos de tres de ellos, que fueron noticia esta semana: el aún incierto futuro del llamado corredor verde de la séptima, la reforma política y la recuperación de la economía bogotana. Sobre el primero hay que decir que la administración aún no tiene claro qué hacer con la séptima. Aunque se había prometido que saldrían a licitación en marzo de 2022, la fecha se corrió para septiembre, luego para diciembre, y luego quedó en veremos. Esta semana, tras un debate de control político en el Concejo de Bogotá, esa licitación, que según la administración ya estaba lista, se echó abajo, aduciendo que aún no se cumplían requisitos, y que el Concejo tenía toda la razón. Por supuesto que alegra que la administración dé un mensaje a la ciudadanía de que el control político del Concejo de Bogotá sí sirve, y que no somos convidados de piedra. Pero preocupa lo de fondo: el corredor de la séptima sigue envolatado. Este es un tema complejo. Hay casi 50 mil comerciantes y residentes de las UPZ Chapinero y Chicó Lago a quienes les afectará mucho en el corto plazo la construcción de esas obras. Pero este corredor no es solo un atractivo turístico por el que deben pasar bicicletas en días soleados bajo hermosas palmeras. Es importante que sea así, que privilegie la movilidad sostenible y le dé a la ciudad una cara atractiva, y por eso según la administración en varios tramos ese objetivo puede lograrse. Pero lo realmente urgente es solucionarle la vida a las 221 mil personas que viven en UPZ como San Cristóbal Norte, Toberín y Verbenal, que actualmente se demoran casi dos horas por trayecto todos los días para llegar a sus trabajos en el centro, y en general a las más de 461 mil personas que habitan en la localidad de Usaquén. Es lo importante, y debe resolverse cuanto antes. Ojalá el 2023 sí sea el año definitivo. La segunda incertidumbre la genera ahora la conciliación lograda en la Cámara de Representantes esta semana de la llamada reforma política. El proyecto esencialmente obliga a presentar listas cerradas paritarias para todas las corporaciones públicas, habilita organizar coaliciones de partidos grandes, permite transitoriamente una puerta giratoria para beneficiar funcionarios del gobierno Petro y el llamado transfuguismo político. Más allá de si hay cosas convenientes, otras muy inconvenientes y otras tantas incluso abiertamente tramposas, lo cierto es que, a 10 meses de las siguientes elecciones, estos cambios estructurales improvisados crean un piso demasiado endeble para construir propuestas políticas serias, transparentes y de cara a los ciudadanos. Ojalá el 2023 aclare también este tema rápidamente. Faltan 4 debates en los que se espera no haya sorpresas, pues el proyecto actual acoge muchas propuestas del Senado. Esperamos que hayan reglas claras para el ejercicio político. Y finalmente, salió esta semana una cifra agridulce, que genera gran incertidumbre. El DANE publicó la encuesta mensual manufacturera, mostrando una expansión de la producción industrial en Bogotá del 5,3% y de las ventas y empleo del 5%. Cifras positivas que no pueden ocultar algo preocupante. Cuando se detallan los subsectores, se encuentra que los textiles, gran generador de empleo formal, están cayendo 8,2% anual. Ojalá no esté anticipando eso la desaceleración que todos los analistas anticipan para la economía de la ciudad. Esperaremos ansiosos el 2023.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-12-18

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¿En qué van las empresas bogotanas?

El crecimiento económico es sin duda la mejor herramienta para el progreso de un país. Acompañado de una política social que iguale oportunidades con criterios de progresividad y justicia, el crecimiento de la producción permite generar puestos de trabajo, aumenta el bienestar de los consumidores de bienes y servicios, y mejora el recaudo tributario, aliviando así presiones fiscales para entregar bienes públicos. En Bogotá este crecimiento está explicado por las más de 404 mil empresas que operan en la ciudad, y que se suman a las más de 66 mil que existen en la región. En ese contexto, el esfuerzo que hace la Cámara de Comercio de Bogotá es crucial, si se quiere evaluar cada cierto tiempo el avance de las empresas de la ciudad, y proponer alternativas de atención para los múltiples retos que enfrentan. Esta semana, en efecto, la agremiación publicó por segunda vez la Gran Encuesta del Empresariado, justamente con ese fin: conocer en dónde estamos y qué sigue. En esta columna veremos qué datos clave nos deja, y qué tipo de elementos se deberán tener en cuenta para la construcción de políticas, programas y proyectos de ciudad, en especial durante el último año del gobierno distrital que está por comenzar. En términos generales, la encuesta confirma una vez más que las mipymes siguen constituyendo el 97% del tejido empresarial bogotano, la mayoría de ellas microempresas (92% del total). Se dedican en forma significativa a servicios, actividad que concentra el 54% de las empresas. El comercio concentra el 33% y la industria 13%, confirmando esa dinámica de expulsión a la sabana que denunciamos esta semana en debate de control político. Aunque hay un número importante de personas jurídicas, aún una mayoría de empresas es persona natural, con un 56% del total. Entre las características de las empresas hay varias comparaciones que sobresalen, tanto si se analiza el año anterior, como si se comparan las dos clasificaciones utilizadas en la encuesta: con y sin registro mercantil, lo que es una buena aproximación de la formalidad. Así, por ejemplo, entre las empresas que cuentan con registro mercantil, sobresale que en promedio tienen 3 años de antigüedad, fueron creadas en su mayoría por mujeres para ejercer su oficio o profesión y se inició con recursos propios. Estas empresas funcionan generalmente en locales arrendados, y usan transacciones bancarias y efectivo. Usan redes sociales como medio de venta, tienen deudas cercanas a los $10 millones, manejan su contabilidad mediante software y tienen ventas de entre $10 y $50 millones de pesos. Las empresas sin registro mercantil, por su parte, están generalmente dirigidas por hombres, cuentan en promedio con 2 años de antigüedad, se financiaron con préstamos familiares y propios, tienen un único propietario, un empleado y también divulga su publicidad con redes sociales, llevan la contabilidad en un cuaderno, y tienen ingresos inferiores a los $10 millones. A partir de ese diagnóstico, la Cámara de Comercio concluye que entre 2021 y 2022 las empresas de Bogotá han avanzado mucho en términos de formalización laboral. De hecho, mientras el año pasado 41% de las empresas pagaron aportes de salud a sus empleados, este año la proporción se ubicó en 62%, lo que representa una mejora ostensible. Pero también la Cámara revela que existe una diferencia muy importante en el nivel de desarrollo empresarial en los negocios que cuentan registro mercantil frente a los que no lo tienen, especialmente en aspectos como el personal ocupado, los motivos de creación, los medios de pagos utilizados, entre otros. La agenda pública liderada por las autoridades distritales deberá concentrarse en formalización empresarial y laboral, en mejorar la educación, la profundización financiera, y en impulsar las ventas. En todo eso nos concentraremos en este 2023 que comienza.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-12-11

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El salario mínimo de los informales

Cero. Ese es el salario mínimo que, por definición, tienen quienes trabajan en la informalidad. Al no ser regulados, ni vigilados, ni obligados a pagar seguridad social, en los mercados informales los dueños de un capital (un puesto callejero de perros, de arreglos navideños o de juguetes de contrabando, un taller mecánico en un garaje, o un torno para hacer artesanías) pueden pagarle lo que quieran a sus trabajadores. Incluso, en casos extremos, pueden engañarlos; utilizar sus servicios y al final no pagarles, con lo que el salario, en la práctica, se hace igual a cero. Todo es permitido en la informalidad. Y a ella pertenece el 36% de los trabajadores bogotanos, algo cercano a 1,4 millones de personas. Esta semana, además, el DANE publicó el dato de desempleo en Bogotá. Según esa entidad, para octubre había en Bogotá 411 mil personas sin trabajo y, por supuesto, sin salario. Por ese dato la Alcaldesa sacó pecho. El 9,6% de tasa de desempleo que corresponde a ese número de desempleados es, en efecto, el menor desde finales de 2017, pero aún son muchas familias afectadas por el flagelo de no tener una ocupación. Es por eso que la discusión de estos días, sobre salario mínimo, es crítica, tanto para los trabajadores formales, sus sindicatos y los empleadores formales de la ciudad, como para quienes actualmente están en la informalidad y en el desempleo. Si el incremento es muy alto, hay menos incentivos y se vuelve más difícil formalizarse y contratar más, así de simple. Un salario muy alto, ayuda a quienes hoy lo ganan, pero perjudica a quienes no lo tienen, que son además voces silenciosas sin participación alguna en la comisión que define el mínimo. Pero para saber qué salario sería muy alto en este caso, y sobre todo en esta coyuntura, lo primero es entender cómo se discute el mínimo. La Ley establece que para la concertación del salario mínimo se deben sentar varios interesados en un comité: gremios, sindicatos y gobierno. Y deben tener en cuenta cinco elementos: la meta de inflación del Banco de la República para el siguiente año (que sigue en un  inaudito 3%), el crecimiento de la productividad de 2022 acordada por un subcomité adicional que coordina el gobierno Petro (y que esta semana dijo que había sido apenas del 1,2% anual), la contribución de los salarios al ingreso nacional, el incremento de la producción (ambos en franco deterioro) y, por último, la inflación, un dato que saldrá mañana, pero que estará cerca del 12% en donde se ha mantenido todos estos meses. Nada más. De los cinco indicadores, cuatro jalan para abajo, y uno solo para arriba. ¡Para muy arriba!: con una inflación del 12%, sería inexplicable un crecimiento del mínimo que promueva el empleo formal, y que aligere las cargas de los pequeños empresarios, para que puedan seguir contratando y seguir creciendo. Si el mínimo aumenta el 12%, o más, como con seguridad ocurrirá, se necesitará, con aún más urgencia, que se apoye a los pequeños comerciantes formales, a los pequeños industriales bogotanos y, en general, a todos las mipymes y emprendedores de la ciudad. Esta tarea crítica deberá liderarla la Secretaría de Desarrollo Económico, con mayor presupuesto, y sobre todo con mayor ejecución. En mi trabajo como Concejal de Bogotá me estoy concentrando en garantizar que ello ocurra. Solo así se podrá impulsar el empleo, y el crecimiento empresarial, que es la única forma de superar la pobreza y lograr el desarrollo de todos.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-12-04

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La navidad: alegría de todos e impulso a nuestros comercios masivos formales

El jueves de esta semana empieza la que, para muchos, es la época más bonita y memorable del año: la navidad. Para la mayoría de nosotros, estas fechas entrañan recuerdos, alegrías, diversión y reflexión espiritual. Pero junto con todo ello, y desde este fin de semana, empieza en Bogotá un periodo que es crítico para los comercios formales masivos: las ventas navideñas. En esta columna vamos a ver por qué es tan importante, y por qué será una nueva oportunidad para apoyar nuestra economía local, a nuestros micro y pequeños empresarios, junto con todo el empleo que ellos generan. Reflexionaremos además sobre aquellos impulsos que requiere el sector por parte de autoridades distritales y nacionales, para convertir estas fechas en una verdadera oportunidad de reactivación y generación de puestos de trabajo. Según datos de Fenalco las navidades suelen aumentar el volumen de ventas entre 30% y 70%, frente a un mes normal. Si el comerciante se dedica específicamente a productos como licores, juguetes, restaurantes o regalos, el crecimiento promedio puede ser del 50% frente a un mes normal, según cifras de la firma Raddar. Dicen además estos estudios que una tercera parte de comerciantes suele contratar entre 1 y 3 empleados adicionales, con lo que ese impulso mejora la vida de miles de familias. Actualmente, y según cifras del DANE, el sector de comercio en Bogotá emplea más de 726 mil personas, una cifra que aún se ubica 3% por debajo del comportamiento de antes de la pandemia, con lo que la navidad podría ser la oportunidad definitiva de reactivación. Y los consumidores también disfrutarán. Una encuesta realizada hace un año por la Federación de Comerciantes mostró que un 36% de hogares gasta más de $500.000 en estas festividades, 25% entre $300 y $500 mil, y 28% entre $100 mil y $300 mil. Un 11% gastan menos de $100 mil, pero casi nadie desaprovecha la oportunidad para estrenar. Es por todo esto que sorprenden los anuncios de acabar con el día sin IVA, que el año pasado, el 3 de diciembre exactamente, concentró el 45% de las ventas decembrinas. No se entiende siquiera por qué no se metió eso en la tributaria, se dejó para última hora y nos aguó la fiesta, literalmente, a todos los colombianos. El Comité Autónomo de Regla Fiscal, responsable del visto bueno técnico a las finanzas públicas, reveló que ese día, creado por iniciativa del Centro Democrático e impulsado por el gobierno del expresidente Duque, no costaba fiscalmente ni 0,01% del PIB y en cambio sí aumentaba el recaudo en IVA de artículos no cubiertos por la exención de ese día; como muebles, para sentarse a ver películas en el televisor nuevo, o comida hecha en Colombia, para estrenar la estufa, o el microondas. Pero más allá de esa inexplicable decisión, aún es mucho lo que se puede hacer. Es necesario que en estas fechas el distrito acompañe los comercios formales con jornadas como Bogotá despierta. Puede reactivar, en ciertas zonas, como el Gran San, los centros comerciales de la localidad de los Mártires como el Visto, Neos, o como los San Andresitos, iniciativas como Bogotá a cielo abierto, en donde confluyen varias entidades distritales, brindando seguridad, recuperación del espacio público, orden y aseo. La Secretaría de Desarrollo Económico, con el apoyo de líderes Buena Nota como los que he liderado desde el Concejo de Bogotá, dispone de recursos destinados a potenciar en esta navidad a esas micro y pequeñas empresas que lo necesiten. Todo esto, sumado a una conciencia ciudadana, hará que las compras navideñas se den en paz, y ayuden a crecer a nuestros comercios masivos formales. ¡Felices y prósperas compras navideñas para todos!

Posteado por: Javier Ospina el 2022-11-27

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Vía a La Calera: una emergencia anunciada

Hace apenas ocho días la vía a La Calera estaba sumergida. Ríos de lodo y piedras cruzaban la famosa subida a Patios, e inundaban viviendas y calles de San Luis y otros barrios de la localidad de Chapinero, en los cerros orientales. Con angustia y dolor todos vimos cómo el agua se llevaba la vida de Ángela Patricia Peñarete, una motociclista de 29 años, y la de Alejandro Rodríguez de 33 años. Aún incluso las autoridades buscan a Javier Velilla, un vigilante de la zona todavía desaparecido. En esta columna vamos a entender lo que pasó, en qué se ha fallado, qué daños estructurales han causado estas consecuencias de fenómenos climáticos, y cómo evitamos que estos problemas se repitan en el futuro. ¿Por qué sigue siendo tan urgente el tema? Según el IDEAM las lluvias se extenderán por lo menos hasta febrero de 2023, incluso con una probabilidad del 55% que continúen hasta marzo, lo que configura uno de los fenómenos de la niña más largo de la historia reciente. La ubicación del problema está en los cerros orientales de Bogotá que hacen parte del corredor de conservación Chingaza, Sumapaz y el páramo de Guerrero, los cuales pertenecen a la cordillera oriental de nuestro país. La reserva se extiende de sur a norte formando parte del suelo rural de las localidades de Usme, San Cristóbal, Santa Fé, Chapinero y Usaquén, y constituyen un área de reserva forestal que colinda con los municipios de Chía, Sopó, La Calera, Choachí, Ubaque y Chipaque. ¿Qué los amenaza al punto de ver los sucesos de hoy? Además de fenómenos geológicos, esta zona enfrenta consecuencias de lo que ha sido la intervención humana por siglos, denominadas técnicamente como efectos antrópicos. Sobresale allí el llenado de escombros y residuos de construcción, así como un lento fenómeno de urbanización. Todo este proceso ha hecho que exista acumulación de agua, que prolifere la deforestación y que en zonas de riesgo se agudice la erosión, que es lo que conduce a tragedias como la actual. El urbanismo ilegal dentro de la reserva se localiza en cinco asentamientos informales: Bosque Sur Oriental, Lomitas, La Capilla, Altos de Serrezuela y Mirador del Norte. Desde los años 70 comenzó un proceso de ocupación de esos predios, especialmente en los sectores de la Capilla, la Sureña y San isidro, en donde ocurrió la tragedia. A lo anterior se sumó que en los últimos 20 años se vieron grandes depósitos de tierras y escombros de construcción en las cuencas del rio Salitre del que hace parte las quebradas Delicias, La Vieja, La Chorrera, Cataluña, La Canadá, Luce, Moraji, Chico, Los Cerros, Los Rosales, entre otras. Fue justamente uno de estos afluentes el que se desbordó fatalmente hace ocho días. La zona se conoce como San Isidro y cuentan los vecinos cómo se llevaron innumerables volquetadas de escombros arrojados sobre la zona de ronda de la quebrada -30 metros a lado y lado del centro de la corriente de agua- donde posteriormente se construyeron viviendas informales. Para compensar la urbanización los cerros se han reforestado, pero utilizando para ello especies foráneas como el pino, que en su parte radicular es muy débil, pues no es de raíz profunda y son objeto de fácil volcamiento. El remedio fue peor que la enfermedad. En el 2005 el Consejo de Estado ordenó formular el “Plan de manejo del área de canteras, vegetación natural, pastos, plantaciones de bosques y agricultura, de la franja de adecuación”. Cumplirlo con rigor es nuestra esperanza de que esto no vuelva a pasar, y tendrá que ser la prioridad del gobierno que termina, y del que sigue. Esperamos, por el bien de Bogotá, que así sea.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-11-20

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Más metro y menos carreta

Uno no debería perder demasiado tiempo discutiendo las ideas del presidente-candidato Petro. Nos tiene acostumbrados a que lanza ocurrencias insensatas y, después de un tiempo de total inacción, la idea se acaba, se cambia, y se hace algo opuesto. Pero como es nuestro deber ciudadano cuestionarle al Presidente de la República, cualquiera que sea, iniciativas que nos perjudiquen potencialmente, nos referiremos en esta columna a la propuesta de parar la primera línea de metro de Bogotá. El 27 de octubre el Ministro de Transporte, Guillermo Reyes dijo que no, que Petro no había hablado con el consorcio chino sobre cambios en la línea 1. El 4 de noviembre, Claudia López, en rueda de prensa junto al ministro confirmó que sí, que Petro sí había hablado con el consorcio, y que les pidió evaluar convertir en subterráneo el tramo de la Caracas, de la calle primera a la 72. El 11 de noviembre es el mismo presidente el que declara en Twitter que no le gusta que sea elevado y que se va a evaluar. Quedamos los ciudadanos en la mitad, sin saber para dónde va el país, y la ciudad. Pero entonces supongamos por un momento que el tema va a en serio, y que no se trata ya del perpetuo candidato, sino de un mandatario serio en funciones. En esta columna, analizaremos la idea de quien hoy es responsable de lograr la cofinanciación de la obra, a través de vigencias futuras, de sus sobrecostos, de aprobar los ajustes al proyecto, entre otras tareas del gobierno nacional. El cambio que presuntamente se le pidió evaluar al consorcio Apca Transmetro, integrado por Harbour Engineering Company y Xi’an Metro Company, es que el tramo de la Caracas, que se extiende más o menos por 8,7 kilómetros, y cubre desde la calle primera hasta la terminal de la calle 72, sea subterráneo. Dicho de otra forma, presuntamente les pidió que le dejen ganar una. Que, si no se puede dañar todo el metro, al menos le digan que se puede dañar un pedazo. Por supuesto no se conoce aún la respuesta del consorcio, pero la sola consulta es inconveniente por varias razones. En primer lugar, porque la obra ha avanzado en un 17%, con una ejecución del 9% de los $13 billones presupuestados; los predios que se requerían comprar para obras de un metro completamente elevado se han entregado en un 83%, y hoy están completamente listos, demolidos y entregados al concesionario 759 de los 1.439 predios que se requieren. En segundo lugar, porque el costo de ese cambio sería enorme. Bogotá tiene hoy una cifra aproximada, quizá incluso conservadora, de lo que valdría el ajuste solicitado por Petro. Y es que el costo promedio por kilómetro de metro elevado, calculado según el presupuesto de la obra actual, asciende a $0,6 billones. Para saber cuánto valdría ese mismo kilómetro promedio subterráneo tenemos una referencia realista: la segunda línea de metro tiene hoy 15,5 km, irá bajo tierra y, según la administración distrital se proyecta con un valor total de $34,9 billones, lo que equivale a $2,25 billones por km. Casi cuatro veces el costo promedio por km de la línea elevada. Suponiendo que la innovación del gobierno del cambio no daña el resto de la obra (y que la propuesta en sí misma resulte factible), el nuevo metro semi-subterráneo, costaría $28 billones, y ya no los $13 billones actuales, o sea 100% más: el doble. La verdad es que esta es una discusión que ya no deberíamos tener. Si el gobierno quiere metro subterráneo, que lo financie. Que haga tranquilo una tercera línea humana, subterránea y del Cambio, pero que nos deje seguir avanzando a los bogotanos hacia una ciudad con más obras, mejor desarrollo, y menos carreta. Con cortinas de humo a otro lado.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-11-13

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Presupuesto distrital 2023: Una alerta por las mipymes de Bogotá

El proyecto de presupuesto que se presenta por estos días para aprobación del Concejo de Bogotá resulta ser siempre una foto bien nítida, y sin carreta, de las prioridades de las administraciones. Los gobernantes pueden echar discursos, comprometerse con alma y corazón a ciertos temas, pero si al sector responsable no se le asignan recursos, o si se les reducen frente al año anterior, no pasa mucho. ¿Cómo quedará en 2023 esa foto? ¿qué prioridades tiene Claudia López en su último año de gobierno? ¿priorizó a las pymes, y el apoyo que tanto necesitan después de que a algunas se les obligó a cerrar varios meses en la pandemia? ¿van a tener alguna atención especial por parte del distrito el próximo año, durante la grave crisis económica que se aproxima, causada por el gobierno Petro? La respuesta a la primera y segunda pregunta es compleja. La foto de la promesa de un cierre de año con grandes entregas y gran despliegue de la administración no es muy nítida. En el proyecto de Acuerdo que se discutirá este mes, el presupuesto de gastos para 2023 apenas crecerá en 3,2% llegando así a los $31,5 billones. Esto puede ser prudente con una economía bogotana que, para este año 2022, según estimaciones de la Secretaría de Hacienda se expandirá a una tasa de 8,2%, pero en 2023 apenas lo hará al 2,8%. Pero cuando uno amplía la foto encuentra algo decepcionante para un cierre de gobierno, y es que el crecimiento en el presupuesto está explicado fundamentalmente por el mayor servicio de la deuda, que crece 117% anual. La inversión, entre tanto, apenas aumenta 0,38%. Es decir, 21 veces menos que el crecimiento de la economía bogotana en 2022. Todo un frenazo. Algo que los economistas suelen llamar política contracíclica; es decir, un crecimiento del gasto que contrarresta el aumento del resto de la producción. El gobierno distrital frenó la economía en pandemia. Y lo hace, y muy fuerte, en su último año. El keynesianismo grandilocuente del “Plan Marshall” fue finalmente solo un discurso. La respuesta a la tercera pregunta, sobre si se priorizaron las pymes, lamentablemente, y por ahora, no es positiva. Al sector de Desarrollo Económico, que incluye la Secretaría de Desarrollo Económico, el IPES, responsable de atender la población dedicada a la economía informal y el IDT, encargada de promover el sector turismo, se le asignó un presupuesto de inversión para 2023 de $276 mil millones, lo que representa una caída del 22% frente a lo asignado este año. O sea que, si usted es un microempresario, y no lo ayudaron en 2022, el próximo va a ser más difícil. Veinte por ciento más difícil. Así de claro. Los proyectos de inversión de apoyo a mipymes caen aún más. El más grande, dedicado a “fortalecer el crecimiento empresarial en los emprendedores y las pymes”, se descuelga más de 37%, asignándosele apenas $32 mil millones frente a los $50 mil de este año. El que se destinaba a inclusión financiera y ayudaba con capital semilla a empresarios afectados durante los cierres ordenados por la Alcaldesa durante la pandemia, cae 24%, y se le asigna tan solo $7 mil millones. Mi labor estos días en el Concejo será revertir esta situación. Defender los pequeños empresarios y procurar que esos recursos, si no pueden aumentar, al menos sean los mismos que los del 2022. Hay que apostarle a la micro y pequeña empresa, solo así vamos a tener un país más justo y con mejor empleo.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-11-06

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El fútbol femenino, una parábola del emprendimiento

Hoy estamos dichosos. Aunque escribo esta columna pocas horas antes de conocer el resultado de la final del mundial de fútbol femenino sub-17 en Mumbai, nuestras deportistas ya hicieron historia. Nunca antes una selección nacional había llegado tan lejos. Ni hombres ni mujeres de selección nacional alguna, habían logrado ser finalistas de una copa mundial. Tristemente, sólo después de llegar a ese punto, las seleccionadas capturaron la atención pública. Este es un tema difícil de medir, pero, para poner solo un ejemplo, el sistema Google trends, que mide la popularidad regional de una búsqueda en esa plataforma, reveló que antes del 11 de octubre la sub-17 femenina apenas marcaba 1 de 100 puntos de popularidad. El registro de la semana del 16 al 22 se ubicó en 100. Pudimos haber apostado por ellas desde el comienzo y nadie lo hizo. Este fenómeno me trajo a la mente el camino que transitamos los emprendedores, los hoy pequeños y medianos empresarios que arrancamos con las uñas. El éxito de nuestras futbolistas sin duda se debió a su talento, pero igual que el de los empresarios, fue forjado a punta de sudor, lágrimas, esfuerzo, madrugadas y mucho sacrificio. Sin duda ellas, al principio, también lograron el apoyo de sus familiares y alguna que otra amiga de infancia, pero de nadie más. Ahora todos las reconocen y sacan pecho. Hoy la Federación Colombiana de Fútbol, en cabeza de su Presidente Ramón Jesurúm, saca pecho. Pero antes, hizo muy poco por ellas. Y es que, por ejemplo, según un análisis de Blu Radio, las jugadoras de Colombia ganan 28 veces menos que los hombres. Al empresario le pasa igual. Ni las entidades gubernamentales, ni el sistema financiero, ni las Cámaras de Comercio, ni los medios, nadie, apoya con contundencia desde un inicio a quien con esfuerzo lucha por sacar su negocio. Pero cuando empieza a prosperar aterrizan todos: los gobiernos buscan sacar impuestos, los bancos comienzan a ofrecer créditos para ganarse clientes sólidos, y con bajo riesgo, y las cámaras, que hacen que el camino sea tortuoso desde el inicio, llegan a pedir trámites y plata para la renovación de la matrícula mercantil, cuando las cosas empiezan a prosperar. A Eliana, Jimena, Juanita, Karla, Laura, Luisa, Maria Camila, Maria Fernanda, Martina, Oriana, Paula, Sofía, Stefanía, Yésica y a nuestra gran Linda Caicedo, les ha tocado duro a su corta edad. Son unas duras, pero el apoyo que les dimos como sociedad fue limitado. Incluso cuando llegó la hora de los premios, la Federación casi ni siquiera se los da, porque el reglamento no dejaba. Al empresario le toca duro, y celebramos los éxitos de los unicornios, el empleo que generan las pequeñas industrias, la innovación y creatividad de los emprendedores, pero luego no nos importa, por ejemplo, que este gobierno vaya subir impuestos a los dividendos, o a cobrar un lesivo impuesto al patrimonio, como he denunciado ya en este espacio. Subámonos a tiempo, creamos en nuestros deportistas y en nuestros empresarios. Apoyemos el talento empresarial y los emprendimientos para que entre todos construyamos una sociedad mejor, de gente que le mete el alma, triunfa con su negocio, y también triunfa en Mumbai. Felicidades selección Femenina Sub-17.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-10-30

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Dólar a $5.000, ¿y los empresarios?

Aunque el presidente Petro niegue el problema como siempre lo hace, el dólar costó el viernes pasado, 21 de octubre, $548 pesos más que lo que valía el 7 de agosto, día de la posesión, y amenaza con superar los $5.000 esta semana. Dicho de otra forma, nuestro peso cuesta en el mundo 12% menos que solo 76 días atrás; 53 días hábiles, menos de dos meses. ¿Qué significa eso? ¿por qué se da?, y sobre todo, ¿qué efecto tiene esto sobre los comerciantes y los micro y pequeños empresarios?. En esta columna lo vamos a ver. Primero, ¿es cierto que no es culpa del presidente?: Petro y toda una legión de defensores del petrismo nos han intentado convencer que es culpa de Duque, de los banqueros, de la guerra, del capitalismo internacional y hasta del sospechoso de siempre: Estados Unidos. Pero basta ver que, durante los mismos 76 días anteriores al 7 de agosto, la devaluación apenas fue del 7%. Petro, en el mismo número de días, duplicó la velocidad de la caída del peso. ¿Cómo lo hizo? Aquí hay que decir que, a diferencia de lo que hemos denunciado en otras columnas, en este tema sí ha habido coordinación dentro del gobierno. Muy alineados, la Ministra de Minas, su Viceministra, la Ministra de Ambiente, los congresistas de la bancada del Pacto Histórico, y el mismo Presidente, han hecho anuncios destructivos: que se va a parar la actividad petrolera, que se va a importar gas de Venezuela, que se le van a clavar impuestos excesivos a los empresarios, a los patrimonios, al sector financiero y al sector minero. Esto quizás suene bien, y muy justo, pero por supuesto que logra algo muy concreto: que esos empresarios, esos patrimonios, esos inversionistas financieros y mineros se vayan. Y como a nadie le sirven los pesos colombianos en Estados Unidos, ni en Holanda, ni en China, ni en Sri Lanka, en ningún lado, lo que se va no son pesos colombianos, sino dólares. Y ante menos dólares, el precio ha subido. Es todo lo que ha pasado. Incertidumbre, inflación y riesgo de crisis externa hay en todas partes, pero solo aquí se aceleró desde el 7 de agosto. No ha habido Petros al frente de otras economías desde ese día. Solo aquí. Segundo, ¿cómo se afectan los comerciantes, micro y pequeños empresarios?. De acuerdo con el Dane, Bogotá ha importado en lo que va del año US$24 mil millones. Más de una tercera parte de lo que llegó a la ciudad fueron aparatos electrónicos, combustibles y maquinaria usada en actividades comerciales. Toda esa estructura de costos va a subir al menos 12%, en caso en que el gobierno decida empezar a dar mensajes de confianza, perjudicando así a los más de 160 mil comerciantes bogotanos. Pero si a esto se le suman los nuevos impuestos la situación se vuelve crítica. Un estudio del Banco de la República, probó hace unos años que la volatilidad del dólar si bien no tiene efectos inmediatos sobre ventas, productividad, e inversión, sí deteriora en forma importante las utilidades, y con ello las posibilidades de crecimiento y sostenibilidad de los pequeños negocios. La irresponsabilidad del gobierno Petro, con sus anuncios desordenados, desatinados y a medio cocinar, van a terminar incrementando la mortalidad de empresas. Según la Cámara de Comercio de Bogotá, este indicador iba bien. Entre enero y septiembre de 2022 16.529 empresas fueron canceladas, la mayoría de ellas mipymes. Esta cifra, si bien preocupante, fue 2,3% menos que el año anterior. Esta dinámica se puede revertir. Cada 1% de incremento en este indicador son 165 empresas, y en promedio más de 300 personas las que se perjudican. Ojalá la administración Petro cambie, y en esencia se transforme en un gobierno serio. Los comerciantes y pequeños empresarios lo necesitan.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-10-23

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Ni un niño muerto más en Transmilenio

¿Es usted usuario cotidiano de Transmilenio?, o si no ¿lo ha usado recientemente?. Si es así, sobrarán las palabras de esta columna.Sabrá entonces que no se trata de un reto cualquiera, sino de una crisis que ya estalló. Basta con que recuerde el estado de deterioro que, en general, tiene el sistema, y la dolorosa y absoluta falta de Conciencia. La semana pasada, esa ausencia, tanto de Conciencia Ciudadana como de autoridad, tuvo un desenlace fatal, con nombres y apellidos. Un niño: Juan Esteban Alzate, de 15 años, estudiante del Colegio Fernando Mazuera en Bosa, fue asesinado en un brutal e inexplicable acto de intolerancia dentro de un bus del sistema. Pocos días después, las redes se inundaron con el video de una riña, igualmente inaudita. Al parecer una persona no cedió la silla azulen que se encontraba y se desató una gresca. Dos hechos, con consecuencias muy diferentes, pero síntomas de lo mismo. La situación de convivencia en Transmilenio es crítica, intolerable, insoportable. Y debería concentrar toda la atención de su principal responsable: la administración distrital. El problema es estructural. Según cifras de la Secretaría de Seguridad, con corte a septiembre, los delitos en el sistema explotaron frente al 2021. El hurto a personas en los buses se duplicó, hasta llegar a 4.458; en estaciones fueron 3.482, 50% más que el año pasado. Y aquí, hay que decirlo, los informes oficiales confunden, pues se desagregan demasiado. En números redondos, sumando lo ocurrido en estaciones, buses de Transmilenio y alimentadores de todo el sistema, es decir sin incluir el SITP, los robos superaron las 10 mil víctimas, 60% más que el año pasado. Entre tanto, las riñas, como las del video del asiento azul, crecieron 26% y sumaron 43. Otro tema es el de los colados. Por ahí empieza todo. Según cifras de esa entidad, con corte al primer semestre de este año, el sistema registró más de $260 mil millones en pérdidas por personas, ladrones todos lamento utilizar es palabra que se roban el pasaje esa la realidad. y si queremos derrotar la corrupción el ejemplo empieza por cada uno de nosotros. Esto ya representan unos dudosos 30% de viajes no pagos, según la cifra oficial. De nuevo, si usted usuario cotidiano del sistema lo dudará. Basta pararse 3 minutos frente a cualquier torniquete, mirando además las puertas ya desmanteladas, para concluir que por el 30% se pasó hace rato. En este punto usted se preguntará ¿y la administración?. Pues Planeación Distrital mostró que para primer semestre, la “estrategia integral para mejorar la calidad del transporte público”, meta del plan de desarrollo gerenciada por Transmilenio, ¡apenas iba en el 11%! ¡en dos años y medio! Y, atención a esta cifra: 0,025% de ejecución presupuestal. Estas cifras, aunque preocupan, nos dan a entender que aún se puede hacer mucho para mejorar. Falta conciencia ciudadana, y parece muy lenta y desenfocada la acción pública. Como siempre, solo nos tenemos a nosotros. Solo la acción ciudadana colectiva podrá mejorar nuestra convivencia. Le propongo algo para empezar: Pitar para Salvar en otra columna les contaré de que se trata. Todos tenemos que ser gestores de cambio unidos con la administración en este caso representada en TRANSMILENIO que es de todos.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-10-16

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¡Cómo está de caro el corrientazo!

Hacer sopa se volvió caro. Los restaurantes que la venden, como elemento indispensable del famoso almuerzo corriente ahora ganan menos, o la hacen rendir más, perdiendo clientes. Y entonces también ganan menos. En Corabastos el kilo de papa subió en octubre 172% frente al mismo mes de 2021. La yuca, creció 158% y ahora cuesta más de $4.000 el kilo. Lo mismo pasó con la cebolla junca, que ahora vale $2.200, cuando hasta hace apenas un año costaba $1.200 kilo. Más de 50% ha subido la habichuela, la remolacha, la arveja verde, la ahuyama y el plátano hartón, indispensable para el seco. Según el Dane, los precios en restaurantes de Bogotá han crecido 12,6% porque los alimentos, en promedio, han crecido casi 20%. Y como el sueldo creció apenas 10%, pues alcanza para menos corrientazos. Así de simple. Y no es lo único que sube. El Dane alarma con los precios, y dice que la inflación va a en 11,4%, porque merca donde es: en las plazas, los supermercados, y en las tiendas de barrio. Y además recorre toda la ciudad mirando precios de transportes, arriendos, muebles, ropa, calzado, colegios. Por eso nos cuenta que, para septiembre, los precios de los muebles, los artículos del hogar y de limpieza crecieron también a ritmos nunca vistos, cercanos al 13%. Creció también la ropa un 8% anual, mientras que los servicios de peluquerías, arreglos de celulares, mantenimientos y diagnósticos de carros crecieron a ese mismo ritmo. ¿A quién afecta esto? Pues a todos. Pero mientras la mediana y gran empresa se cubre, vende activos, y se dedica a otros negocios, las empresas pequeñas, las entrañables tiendas de barrio (peluquerías, papelerías, cafeterías, ferreterías y peleterías) sufren. Las microempresas sufren, y las más pequeñitas, los emprendimientos de una sola persona que con mucho esfuerzo levanta su local, sufren más. Y sufrimos además todos los consumidores. El Banco de la República reacciona, sube la tasa de interés a un histórico 10%, y Petro protesta. Lo que ignora el presidente, que sabe aún menos de crear empresa que de economía, es que, en momentos como este, sí sirve hacer el crédito más caro para grandes empresas, importadores de agroinsumos, y para los relativamente pocos consumidores que se pueden endeudar para hacer compras. Más temprano que tarde, estas grandes firmas adquieren menos crédito, gastan menos y mejor, y se fuerzan a bajar los precios, desahogando así a los más pequeños, que igual no tenían acceso fácil al crédito formal. Es duro, pero es lo que hay que hacer. Y es lo que hacen otros países, con el mismo contexto internacional con el que Petro, fiel a su estilo de culpar siempre a otros, explica la inflación. Hay que dejar que el Banco de la República haga su tarea. A diferencia de este gobierno, el Banrep sí tiene tradición de dar resultados. Si no acaban con su independencia, como se ha anunciado, también logrará esta vez reducir la inflación, por el bien de los pequeños empresarios, de los micro, de los emprendedores, y de nosotros todos, los consumidores de corrientazo.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-10-09

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Lo bueno, lo malo y lo feo de la Región Metropolitana

Bogotá es una región metropolitana desde hace años, salvo para el Estado. Quienes nos leen desde las localidades fronterizas, quienes viven y trabajan en la sabana, quienes compran en plazas de mercado, o quienes simplemente disfrutan de un paseo dominical a municipios cercanos, saben bien que la ciudad región ya existe. Son 116 municipios del departamento de Cundinamarca, 8 solo en el primer anillo (Cajicá, Chía, Cota, Funza, Mosquera, Madrid, Soacha y La Calera). En ellos vivimos, trabajamos o consumimos todos, sin fronteras. Lo que faltaba era una figura institucional funcionando. Hasta el 2020 no teníamos mecanismo asociativo de verdad, en la que tratáramos a esos municipios como iguales. Una figura en la que los planes, programas y proyectos no fueran saludos a la bandera, sino que se materializaran a través de un sistema de decisiones vinculantes. Por el tamaño de Bogotá, nunca se logró poner de acuerdo los municipios alrededor de un área metropolitana, contemplada hasta entonces en la Ley. Siempre se vio desventajoso y peligroso. Era una amenaza real volverse al final localidad. Por eso una institucionalidad innovadora, como la que construyó en coautoría la bancada del Centro Democrático en el Congreso durante el periodo anterior, era tan necesaria. Solucionó administrativamente el problema al crear una instancia, llamada Consejo Regional, a la que pertenecerían, en calidad de iguales, Bogotá, el departamento y los municipios que decidan entrar. Y lo hacen a partir de unos temas llamados hechos metropolitanos, pensados para enfocar el esfuerzo regional no en todos los temas, sino en aquellos en los que se requiera pensar más allá de las fronteras: movilidad, infraestructura, seguridad, servicios públicos, distribución de alimentos, medio ambiente y ordenamiento territorial. Pero vamos a lo concreto. En plata blanca, se nos simplificará la vida a los ciudadanos, rendirá más el recurso público, y las soluciones de transporte y servicios serán mejores y más grandes. Lo bueno: podremos, por ejemplo, viajar en sistemas integrados con pagos y tarifas unificadas, la policía podrá coordinar operativos, inteligencia y programas de promoción de la convivencia dirigidos a bogotanos y cundinamarqueses por igual. Podremos tener una sola empresa de acueducto y alcantarillado, con mayor infraestructura y mejores tarifas, y lograremos que los alimentos de la región lleguen a mejores precios a nuestras mesas, sobre todo a las de los más vulnerables. Lo malo es que falta mucho, y como siempre pasa en estos temas, una cosa es la idea, y otra como se implementa. El diablo está en los detalles, y lo que se aprobará en el Concejo es un cheque en blanco para que entre alcaldes y el gobernador decidan todo, y detallen todo. Malo además que no se haya podido ajustar el funcionamiento de las corporaciones autónomas, lo que dificultará la implementación de las iniciativas ambientales. Feo, y muy feo: que nos reduce la participación en las decisiones de nuestra ciudad. Es cierto que la corte solucionó el tema al explicar que los miembros del Consejo Regional fueron elegidos popularmente. Pero la democracia representativa queda herida de muerte. Este Concejo de Bogotá, será casi inane en los temas de competencia regional, y los planes de desarrollo estarán pintados en la pared. Como Concejal enmendaré esa plana, quizás aprobaremos la entrada de Bogotá a la Región Metropolitana,si es así defenderé la corporación y el voto ciudadano, proponiendo con toda firmeza que las decisiones del Consejo Regional nos tengan siempre en cuenta.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-10-02

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PAZ TOTAL ¿Del vacío a la impunidad?

La paz total parece un concepto sencillo. Son dos palabras, tres sílabas, no hay tildes, no hay palabras complejas, es fácil. Tiene todo para convertirse en slogan político, como el de una campaña de cuatro años. Paz, a la que, por mínimo principio de sobrevivencia, nadie nunca se puede oponer. Y total, palabra contundente, usada por igual en publicidad de detergentes y en muletillas juveniles. Total. Paz total. Dice todo, y dice nada. Como todo en este gobierno, el anuncio es grandilocuente, pero vacío. Se hará la paz con todos los violentos. Se negociará todo, se otorgará todo, y se empezará por el final, por el desarme. ¿Qué se tendrá a cambio?, ¿cómo asegura el Estado seguir teniendo el control de la fuerza, una vez renuncie temporalmente a ella? ¿participaremos los colombianos de los diálogos? ¿ratificaremos al final? ¿si no nos gusta lo acordado, respetarán que democráticamente lo manifestemos? ¿también nos impondrán resultados opuestos de eventuales plebiscitos, como ocurrió en el 2016? Si ya se incumplieron por parte de las Farc los acuerdos que llevaron a un puñado de cabecillas al Congreso, manteniendo los negocios, los bienes, y una fuerza armada ilegal binacional, ¿cómo se garantizará esta vez que se cumplan los nuevos y múltiples acuerdos? No lo sabemos. No sabemos nada. Pero vamos por partes. Es natural que el gobierno tenga la idea a medio cocinar, pues apenas lleva mes y medio. Y justamente por eso, para quienes estamos atentos a la agenda pública, fue de gran interés el lanzamiento, el jueves de esta semana, de la prometida Estrategia Integral e Interinstitucional para la Paz y la Vida. Puede juzgar usted mismo, pero para mí esa rueda de prensa no solo fue lacónica, burocrática y aburrida, sino muy decepcionante. No hubo nada nuevo. No se anunció ni un solo proyecto de Ley. No se crearon nuevos grupos de tarea. No se anunciaron mayores recursos, nuevas competencias, o arreglos institucionales diferentes a los que funcionan hoy. No se priorizaron territorios. Ni siquiera se empezó por el mínimo inicio: saber con quién se va a hacer la paz. Intente el lector encontrar una cifra concreta sobre cuántos grupos organizados ilegales hay. No se sabe, nadie lo sabe. Ariel Ávila, senador amigo del gobierno, exgerente de la campaña fajardista anti-oposición a Petro, sacó del sombrero una cifra, la única cifra: 50. Aparentemente, hay cincuenta organizaciones, que involucran en total entre 10 mil y 15 mil combatientes ilegales, según información de inteligencia. ¿Cómo se planea una mesa de diálogo total cuando se desconoce siquiera quién se ubicará del otro lado? y si sí son 50, ¿haremos 50 mesas? ¿nos alcanzará esta vida y la otra? Y del resto solo hay anuncios y filtraciones. Daniel Coronel dijo el viernes que le había llegado un borrador de la, esta sí, verdadera agenda de reformas para la paz, y que dicha información la “corroboró” de reojo –como siempre- con Laura Sanabria, jefe de gabinete de Petro. A diferencia del deslucido lanzamiento, lo de estas filtraciones sí es preocupante. Jefes pagarán muy poco, casi nada, a cambio de su sometimiento, y la tropa nada. Tendrán que entregar bienes ilícitos, pero no todos. Podrán conservar parte del botín. El crimen, en esencia, va a pagar. Como era previsible, el anuncio díscolo e irresponsable de regalarles plata a los delincuentes aúnno aparece. Un alivio, pero la impunidad de delincuentes va porque va. Santos nos había amenazado: la guerra se trasladaría a las ciudades si no había acuerdo. Hubo acuerdo y hoy tenemos cada vez más cadáveres en bolsas en Bogotá, casas de tortura y de pique, y 282 casos de sicariato en nuestras localidades, ocurridos solo en lo que va de este año. Ya estamos en guerra. Ojalá esta nueva ola de impunidad, no termine en 6 años como la anterior, pero esta vez a escala total.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-09-25

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Bandas multicrímen trasnacionales: ¡hay que actuar ya!.

Bogotá parece una película de terror en la que cada escena se va volviendo más sangrienta. Desmembramientos, cuerpos en bolsas, masacres, extorsiones, “casas de pique” y desalojos masivos en barrios. Todo parece tener un mismo origen que con mucha alerta he venido denunciando. Tristemente las bandas delincuenciales, locales y extranjeras, han trasladado su guerra a las calles de la ciudad, dejando en el medio a niños, niñas y familias vulnerables. Claro que hay bandas locales de crimen organizado cuyas estructuras hay que desarticular con inteligencia y un trabajo armónico entre la policía, las demás instituciones, y las denuncias ciudadanas. En esto la ciudad lleva años, y ha habido progresos. Pero es crucial entender que este problema está teniendo unos muy peligrosos matices trasnacionales que lo hacen todo más difícil esta vez. En días pasados, denuncié en todos los medios que el denominado “Tren de Aragua”, estructura criminal que, según informes de inteligencia, opera desde una cárcel de Tocorón, localidad del Estado de Aragua en Venezuela, está amenazando impunemente a familias en Bogotá. Mi alerta, que en buena hora llamó la atención de la opinión pública, respondía a un llamado de la comunidad, en la localidad de Los Mártires: padres de familia amedrentados por delincuentes que llegaban a los pagadiarios (arrendamiento de habitaciones por dias) con armas de alto alcance a amenazarlos, motivo por el que, hasta la semana pasada, 8 niños tuvieron que ser retirados de las instituciones educativas. Meterse con la niñez tiene que ser la gota que rebosó cualquier vaso. Lo que nos haga reaccionar como sociedad, elevar la voz de rechazo y exigir medidas a la administración para que proteja a nuestra niñez. Aunque la Alcaldesa anunció un golpe contra Los Maracuchos, estructura cuyos integrantes provienen del estado Zulia, también en Venezuela, son tres grandes bandas delincuenciales las que están detrás de esta nueva ola de crímenes, seguimos sin saber la identidad de una de ellas. Es cierto que la administración no puede sola. El Gobierno Nacional, en lugar de estar enviando mensajes desarticulados, incompletos, improvisados y equivocados, como el anuncio de esta semana de Petro de regalarle $800 mil mensuales a jóvenes que integren bandas delincuenciales, debe apoyar con determinación la seguridad de la ciudad, y ponerla como una de sus grandes prioridades, siquiera para los primeros cien días. El Presidente debe reconocer que Bogotá no es el paraíso de tranquilidad que describió con cinismo y desconexión en la rueda de prensa de la gran cumbre de Seguridad, debe también materializar el aumento del pie de fuerza, mejorar la inteligencia, poner a disposición de la ciudad a Migración Colombia, para que trabaje en tareas orientadas a desarticular estas bandas trasnacionales. Debe liderar rápidamente y con mensaje de urgencia una reforma a la justicia que le dé herramientas a los jueces para procesar a estos delincuentes y a sus colaboradores locales, dotar a la Fiscalía para su labor investigativa y, en suma, debe entender que el tema de seguridad en Bogotá es un asunto de la mayor gravedad y prioridad.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-09-18

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La tributaria de Petro: Emprendimientos exitosos bajo amenaza.

Un campesino tiene una gallina, y su vecino tiene dos. Si los colombianos trabajadores, que somos la mayoría, fuésemos ese primer campesino, se nos antojaría también tener nosotros una gallina más. Jamás se nos ocurriría que el vecino mate la suya, ¿verdad?. Pues la reforma tributaria tiene ese espíritu, matar la gallina ajena, y por eso hay que rechazarla. Un ejemplo claro, está en la forma como se propone esta vez el impuesto al patrimonio. En estos cortos párrafos explicaré por qué. Rappi, Habi, Laika y Platzi tienen una historia en común: son empresas que crecieron porque algún inversionista arriesgado creyó en ellas cuando sólo eran una idea de algún emprendedor ingenioso. Hoy son grandes multilatinas que generan miles de empleos y mueven multiplicidad de actividades en comercio, industria, construcción y servicios. El estudio Colombia Tech Report 2021 mostró que la inversión en tecnología e innovación creció 112% entre 2010 y 2021. No tiene ningún sentido frenar con impuestos esa trayectoria, cuando los logros francamente no fueron fruto del apoyo gubernamental recibido estos años. Y el riesgo, además, sigue siendo el mismo en esos nuevos emprendimientos. Cualquier gobernante con visión quisiera que fueran más empresas. La semana pasada, por ejemplo, el Concejo de Bogotá aprobó en primer debate un proyecto del Centro Democrático que impulsa la educación financiera y promueve el emprendimiento. Pero, al mismo tiempo, el gobierno Petro parece apostar en el sentido contrario y frenar esa dinámica con un impuesto absurdo. La reforma tributaria que está en trámite en el Congreso pretende que desde el inicio esas empresas tributen el impuesto al patrimonio. La inyección de capital que reciben estos innovadores para desarrollar su negocio entra a formar parte de su propio patrimonio; sin importar que la empresa sea o no rentable en los primeros años, debe darle el 1% al Estado. Parece poco, pero todo recurso es crucial en los primeros años y lo más común es que los emprendimientos no generen utilidades al inicio de su creación. Con el impuesto de renta, el empresario sufre también, pues no solo tiene que pagarlo junto con el IVA del 19%, sino que deberá pagar ahora una doble tributación, cuando las utilidades que reparte entre los socios de la empresa, llamadas dividendos, hagan parte de sus ingresos anuales. Ahí puede terminar pagando hasta el 39%, dependiendo del nivel de ingresos. Pero al menos eso depende de si le va bien. Si le va mal, o si se demora en despegar los primeros años, paga impuestos proporcionalmente bajos. En Bogotá debemos estar especialmente alerta. Según Invest in Bogotá, en la ciudad se han movilizado más de mil millones de dólares en financiamiento a emprendimientos, solo en el primer semestre de este año. Estamos en un auge dentro de ese ecosistema, explicable por la llegada de nuevos actores, y por una promoción dinámica que lideró el gobierno anterior. No podemos arriesgar perder lo labrado en ese camino. En Bogotá debemos rechazar ese punto de la reforma, y evitar así matar la gallina del vecino.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-09-11

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Crisis de seguridad en Bogotá ¿y la alcaldesa?

y lo exigen los miles de ciudadanos víctimas de la delincuencia. Se necesita, digo, aunque tristemente se sepa de antemano la respuesta de la administración. Que todo va bien, que es un tema de un par de noticias del “amarillismo rentable”, como lo llamó la alcaldesa en entrevista hace unos días para Blu Radio. Quizá haya sido esa convicción la que le permitió a la conciencia de Claudia López irse de rumba un jueves a celebrar que unos magistrados le hayan confirmado lo que ya sabíamos que sucedería con su POT: que la administración puede saltarse impunemente al Concejo de Bogotá, incluso cuando es mayoritariamente afín, cuando le plazca. Puede hacerlo, puede irse de rumba, porque las dos masacres de la semana pasada, los dos feminicidios ocurridos el viernes, las balaceras en el centro, son eso, puro amarillismo. El secretario de Seguridad habrá de mostrarnos lo mismo de siempre, que la administración ha sido refulgente en resultados. Que el homicidio ha caído este año 14%, la extorsión 11%, los hurtos a automotores un 3%, a motos 3,8% y a celulares la impresionante cifra de 2,4%. Dirá, sin duda, que es un tema menor el que las lesiones personales, por el contrario, hayan aumentado 3,4%, afectando a 14 mil ciudadanos; que el hurto a personas, lo que afecta en forma más directa a la gente, lo más que genera el miedo y lo que hace que nos sintamos presos en nuestra propia ciudad, ¡haya afectado a 65.777 personas lo que va de este año!, y haya crecido 4,5%, frente a igual periodo del año anterior. Posiblemente también nos mostrarán como impresionantes logros haber hecho apenas 310 capturas agrupadas en 79 organizaciones desarticuladas, en el marco de 649 acciones para interrumpir mercados ilegales. Sí, 649 en toda la ciudad y sus 20 localidades, durante las 35 semanas que llevamos de este año. Poco o nada, pero se le presentará al Concejo como todo un éxito. Ojalá me equivoque, por supuesto, no desearía más que estarlo, pero anticipo que no habrá el acto de contrición que requiere con urgencia la ciudad. Los bogotanos necesitamos que al menos, como cuando se enfrenta una crisis, se empiece por reconocer sin ambigüedad que existe. Que los funcionarios que lideran este grave tema de la ciudad han fracasado, y que hay que cambiarlos. Pero es que además se requiere acción. Se requiere que el Gobierno Nacional deje de presentarnos ideas sueltas y descabelladas, y pase a las propuestas concretas para acabar con la delincuencia y fortalecer, de verdad, la justicia. Se necesita elevar la moral de la fuerza pública con apoyo, con gestión, con gerencia y con autoridad. Nada de eso pasa hoy. Se requiere que se articulen las autoridades, que se integre a la ciudadanía, con confianza y respaldo hacia la policía. Y se requiere, sobre todo, cumplir las metas. Como lo mostraremos esta semana en el debate, la Secretaría de Seguridad va mal en metas del Plan de Desarrollo, el 40% de las metas está igual o por debajo del 50%, a un año y medio de terminar el gobierno. No hay articulación interinstitucional, porque no hay gerencia, y los pocos resultados positivos que hay son inferiores al resto de las ciudades colombianas. Alcaldesa, Secretario: la ciudad necesita acciones ya, reconozcan el problema y empiecen a trabajar.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-08-28

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Lista una tributaria excesiva, pero ¿y la reforma al gasto?.

Los colombianos enfrentamos dos problemas grandes este año: el desempleo y la inflación. El gobierno Duque supo reactivar la economía mucho más rápido que el resto de países de la región, y esto llevó a una tasa de desempleo del 11,4%, igual a la registrada antes de la pandemia, pero aún elevada y preocupante. La inflación es mucho menor que el promedio suramericano, pero aún no cede. El trabajo del nuevo gobierno era simple: seguir atacando la inflación y aumentar el empleo formal. Esa debía haber sido la prioridad. Es por eso que ha generado tanta sorpresa el proyecto de reforma tributaria presentado al país la semana pasada. En forma inexplicable, el gobierno planea una reforma que genera más inflación y destruye empleo. Lo primero, porque además de incrementar precios en bienes de consumo básico, sobre todo para las familias más pobres, encarece los combustibles, que hacen parte de la estructura de costos de todos los sectores de la economía, con lo que previsiblemente habrá más inflación. Lo segundo, porque al poner unos impuestos que se traducen en lo que sería una de las tasas de tributación efectivas para empresas más altas del mundo, según la ANDI y diversos analistas, se generaría más desempleo. Siempre ha sido claro que, para mantener la rentabilidad de las empresas, y con ello la generación de empleo formal, los impuestos deben ser competitivos frente al mundo. Hoy en día casi nadie reclama que sean bajos, lo que se necesita es que no sean excesivos, como se pretende. La ANDI calcula que la tasa efectiva para comercio e industria aumentaría más de 5 puntos porcentuales. Para que se haga una idea de lo que eso significa, imagine que el IVA de un día para otro ya no es 19% sino 24%. Imposible generar empleo. Es paradójico que muchas de las explicaciones del estallido social que vivió el país hace más de año, señalaban una indignación general, atribuida a que, en momentos de crisis, se prefiriera subir impuestos y no reducir gastos. A la gente le disgusta que el gobierno pida plata para derrochar. Pero al menos en el anterior gobierno se pedían recursos para dar apoyos a familias vulnerables. Ahora la nueva plata es para pagar la creación de dos nuevos ministerios, y dar muchos contratos para pagar favores políticos. No se escuchan proyectos de nuevas vías, ni de transporte, ni de distritos de riego, ni de nuevos hospitales. Fiel a su estilo, Petro le exigió a los alcaldes lotes para Universidades, pero de eso nada, y del resto de sectores, mucho menos. Por si fuera poco, el gobierno Petro no ha propuesto un solo proyecto de Ley para recortar gasto, y ni siquiera es claro su apoyo a la reducción de salario de congresistas, a lo que bien pudo haber añadido una reducción de salarios de altos funcionarios, empezando por él. Eso ni siquiera lo ha mencionado. Pero además no hay nada que muestre cómo se van a recortar los $251 billones que el país se gasta hoy en funcionamiento, dentro de lo que $44 billones son gastos de personal y $11,5 billones adquisición de bienes y servicios. No ha mencionado ni una palabra sobre cómo se van a acabar los subsidios inoficiosos y mal focalizados. Nada. Salvo un trino escueto, gaseoso e impreciso, que desmantela lo que ya está prohibido, las nóminas paralelas, no hay nada. Petro nos pide que paguemos más impuestos profundizando la inflación y el desempleo, sin meterse siquiera la mano al dril. Muy mal comienzo.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-08-21

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¿Cómo le fue a Bogotá con Duque y qué esperar bajo la administración Petro?

Dice el refrán popular que las obras son amores y no buenas razones. Una frase para analizar el gobierno entrante y saliente y su relación con la capital del país. Durante los cuatro años del gobierno de Iván Duque, Bogotá recibió del Gobierno Nacional recursos de inversión cercanos a los $38 billones de pesos, que se sumaron a contrapartidas incorporadas en los presupuestos distritales, o que en algunos casos financiaron directamente obras y programas de beneficio para la ciudad. Con la pandemia, a través de la estrategia Compromiso por Colombia, la Nación se comprometió y cumplió con la ejecución de 6 proyectos por valor de $11 billones de pesos. La ejecución del resto de recursos, es decir, lo que fue efectivamente entregado durante la administración Duque, alcanzó los $16 billones en 26 proyectos y 39 programas. Los restantes $11 billones continúan ejecutándose y se entregarán en el Gobierno que ahora arranca. Toda esta inversión se vio reflejada en hechos que benefician a los bogotanos. Por el lado de los programas que se ejecutaron para atender los efectos de la pandemia, los recursos del Gobierno Nacional asignados a nuestra ciudad alcanzaron los $5 billones, beneficiando a 2,3 millones de personas. De ahí se destaca el apoyo al empleo formal que en la ciudad benefició casi 1,7 millones de empleados en 48 mil empresas, y los cerca de 36 mil jóvenes de 2.500 empresas beneficiaras del Programa de Empleo Joven. La Nación, bajo el liderazgo del hoy expresidente Duque, también respaldó la firma de casi 200 contratos entre productores agropecuarios de la ciudad y empresas, lo que mejora su sostenibilidad y amplía su margen de ganancia. Así mismo, en la ciudad fueron beneficiados 93 mil jóvenes con acceso gratuito a la educación superior y también más de 533 mil personas se atendieron en toda la ciudad con $1,8 billones en transferencias directas. En infraestructura hubo avances sin precedentes: además de haber sido el gobierno Nacional que, en alianza con el gobierno de Enrique Peñalosa, financió, contrató y empezó a ejecutar la primera línea de Metro de Bogotá, este gobierno, el del Centro Democrático, financió y dejó asegurado los recursos para la segunda línea de metro subterráneo. Pero además se adjudicó la ALO sur, los accesos al norte con las concesiones del bicentenario, se inició la construcción de la Perimetral de Oriente, se cofinanciaron los Regiotram Tren de Occidente y del Norte, la infraestructura hospitalaria de la ciudad, y el maravilloso nuevo edificio del Concejo, inaugurado la semana pasada. Se subsidiaron 1.500 viviendas en 8 proyectos, y se invirtieron $186 mil millones en un proyecto de agua saneamiento que beneficiará 5,6 millones de habitantes. Todo esto lo hizo un gobierno que antecedió a uno que promete hacerlo mucho mejor. Y eso está bien para la ciudad. A Petro le corresponderá beneficiar más personas, atender más estudiantes, construir más líneas del metro, y muchas más vías para una ciudad con una movilidad caótica. El gobierno del Centro Democrático le dejó en estructuración a su sucesor más de $45 billones en obras y proyectos para la ciudad. Lo único que tendrá que hacer ahí es gerenciar su culminación, y dedicarse a cosechar los frutos de un gobierno que hizo mucho más que cualquier otro gobierno por esta ciudad. Esperemos que así sea.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-08-09

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Impuesto de ganancia ocasional, el próximo dolor de cabeza para los bogotanos

Petro no hizo un buen gobierno en Bogotá, y ahora, si se cumplen los anuncios de sus funcionarios, nos perjudicará a los bogotanos una vez más, aún peor que al resto del país. Veamos cómo. Recuerdo que a dos meses de radicar la primera reforma tributaria de 2021 la opinión nacional, se rasgaba las vestiduras entre la intranquilidad, la ansiedad y la incertidumbre, al desconocer un proyecto de texto y los cambios propuestos. Ya el tema genera intranquilidad. Hoy nos pasa algo mucho peor. Estamos llenos de anuncios erráticos por parte de la administración que radicará en menos de una semana -sí, menos de una semana-, la reforma tributaria más profunda de la historia reciente, según el presidente electo. Lo único que conocemos son las promesas de campaña, consignadas con firmeza y heroísmo en el programa de gobierno, así como uno que otro anuncio del ministro de Hacienda entrante, y del designado director de la Dian. El último aviso, muy en la línea de los gobiernos de izquierda, fue que, a partir del 2023, los colombianos pagaríamos más impuesto de ganancia ocasional. Mucho, mucho más. El tema afecta a los Bogotanos de clase media de forma sustancial. Para explicarlo pondré un ejemplo, una historia supuesta para entender el tema y para que nos hagamos una idea correcta de la dirección en la que iría el país. Suponga que usted, que vive en Bogotá, comparte la desgracia de un familiar fallecido con un amigo cartagenero. Suponga que, con el esfuerzo de una vida próspera, ambos fallecidos hayan construido un patrimonio modesto, un par de apartamentos, uno en Bogotá y otro en Cartagena, de $500 millones cada uno. Los dos heredan al tiempo. Suponga que, cargando su dolor, ambos recorren el dispendioso trámite de sucesión. Resulta que en medio del proceso usted empieza a observar que mientras su futuro inmueble tenía en 2020 un valor catastral de $350 millones (70% del valor comercial), el de su amigo cartagenero tenía un valor de $200 millones (40% del comercial). Y mientras a usted se le actualizó en 2021 por última vez, al de su amigo, el IGAC lo hizo en 2014, y no se prevé que cambie para este año. A usted en cambio le podría llegar, por la actualización que a usted sí le harán, sumado al cambio en tarifas que se reactivó en 2022, a casi $370 millones. Su amigo, probablemente, se quedará en los mismos $200 millones. Petro, en la voz de su ministro Ocampo, le anuncia ahora que, por recibir ese inmueble a usted le van a quitar, ya no los $15’000.000 que debe tributar hoy (teniendo ya en cuenta el mismo tramo exento de hoy, que, quiera Dios, no se les ocurra tocar), ¡sino más de $26’200.000! Su amigo cartagenero, por su parte, no pagará un peso. Léalo bien. Ni un peso, pues el tramo exento de ese impuesto para una vivienda urbana heredada, hoy vigente, superaría el valor catastral. Presidente Petro: buena parte de Bogotá decidió perdonarle su mal gobierno y volvió a votar por usted. Téngalo en cuenta y trate de no dañar más esta ciudad.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-08-02

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Los Retos de un Mindefensa mal escogido.

El designado ministro de educación Alejandro Gaviria lo predijo con claridad. Petro está creando un gabinete de unidad, en el que habrá una mayoría de ministros de los partidos tradicionales, posiblemente conocedores de sus temas, como el mismo Gaviria, y otros de línea más dura. En seis meses, pronosticó Gaviria, poco antes de la resurrección política que lo convirtió al petrismo, desaparecerán los primeros y quedarán los últimos. Así pasó en Bogotá, y así pasará en Colombia. Dentro de estos últimos, los de la línea dura, los que no buscan consenso sino venganza, los que no son guiados por la razón sino por la emoción, está el nuevo Mindefensa, Iván Velásquez. Al igual que el resto de los ministros de esta minoría, se espera que este al menos dure un poco más de tiempo. Este va ser el gobierno de quien, como alcalde, hizo 65 cambios en altos funcionarios de 19 entidades, en 4 años. El designado Ministro Velásquez es conocido por los colombianos por sus ataques permanentes a nuestro partido Centro Democrático en especial al Presidente Álvaro Uribe, y por haber protagonizado controversias que llevaron a su expulsión en Guatemala hace unos años. Este ministro, de orientación académica en temas de justicia y derecho, enfrenta dos viapublicacolombia@gmail.comviapublicacolombia@gmail.comretos importantes, y habrá que ver si con prácticamente ninguna experiencia administrativa ni gerencial, los vaya a sacar adelante. Primero, administrar el sector más grande del país en personal, recursos del Gobierno Nacional, y en número de empresas adscritas y vinculadas. Segundo, y más importante aún, atender con eficiencia el tema de seguridad y el respeto a los derechos humanos sin sesgo alguno. El primer reto, el de gerencia, es enorme. Contando que la policía, a pesar de la cuestionable propuesta de trasladarla a un despacho de orientación política, no saldrá del sector Defensa en el corto plazo, la fuerza pública la componen hoy 452 mil hombres y mujeres. Allí más que persecución se requiere liderazgo, estrategia y autoridad. Se requiere además un administrador experto, que oriente el destino de las más de 19 empresas y los más de $40 billones que tiene de presupuesto anual en este sector. El segundo reto, es el de garantizar la seguridad, este es todavía más crítico. La más reciente encuesta de Invamer reveló que, aunque en el último año la preocupación ciudadana por la seguridad ha disminuido, para ubicarse en 14%, sigue estando en el tercer lugar de prioridad pública. Garantizar la continuidad de esta disminución implica seguir reduciendo el homicidio, los atracos callejeros, el fleteo, los robos en comercios y apartamentos. Deberá enfrentar el secuestro con que el ELN, y los GAOR (Grupos Armados Organizados Residuales) que tienen sometido al Catatumbo y el sur del país. Deberá además garantizar el proceso electoral del próximo año que, al ser regional, supondrá desafíos importantes en materia de seguridad. Los colombianos sabemos hoy, que, si el ministro designado no cambia su postura ideológica frente a problemas graves del país, no tendremos sobre ellos ningún avance y sí peligrosos retrocesos. El país debe seguir buscando la captura, y su extradición en donde haya lugar, de los cabecillas de grupos armados organizados que matan líderes sociales, policías, militares, extorsionan, trafican y amedrentan a la gente en las ciudades y en el campo. Debe poder implementar un plan comprehensivo e integral para erradicar las casi 250 mil hectáreas de coca, sin dejar por fuera de la discusión, ninguna alternativa. Por ahora la verdad es que no se ve el nuevo Mindefensa apto para un cargo con tan grandes desafíos. Esperemos que cambie su rumbo ideológico, otorgue completas garantías a la oposición del Centro Democrático, y evite que el país se salga del cauce de la seguridad que se ha logrado hasta ahora con gran dificultad en todo el país.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-07-24

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Bogotá: los líos ciudadanos para pagar, teniendo con qué.

Imagine que necesita tomar un taxi estando de afán. Imagine que efectivamente le prestan el servicio, lo recogen en un sitio y lo llevan a su destino en un tiempo razonable. Ahora imagine que va a pagar. Saca su dinero y quiere cancelar el servicio. Con toda sinceridad, ¿qué cree que pasaría con su paciencia, si el conductor no le recibiera sus billetes, o le insistiera en que usará una aplicación para el pago? ¿Qué pasaría si usted simplemente accediera a la petición sin molestarse y luego encontrará que la opción no funciona? Imagine que a continuación el conductor, minimizando la situación, le diga que no hay problema, que usted se puede acercar a la sede de la empresa de taxis a hacer el pago. Imagine, solo imagine, que usted, ya habiendo perdido la cita a la que acudía, decida ser gentil ante semejante solicitud, y –esta vez, por supuesto, se dirija a la oficina, pero allá le digan que debe esperar, al sol y al agua, por varias horas, para poder pagar su carrera de taxi y estar en paz y salvo con su obligación. A estas situaciones absurdas nos estamos acostumbrando en Bogotá. Los ciudadanos queremos pagar impuestos, comprar pasajes de Transmilenio y del SITP, calcular y cancelar tiempos de parqueo en vía y liquidar sanciones, y la Administración Distrital nos la pone sistemáticamente difícil. Pagar el estacionamiento en vía pública es quizás lo más fácil y flexible; si uno tiene la suerte de encontrar al encargado, una vez llegue al lugar. De lo contrario debe esperarlo durante un tiempo lo cual hará que al final su factura sea más cara. Ahora bien, recargar la tarjeta del SITP, fuera de las estaciones de Transmilenio es una tarea difícil, ya que no hay puntos de fácil acceso o incluso se hace mucho más complicado cuando se debe inscribir la tarjeta para realizar pagos virtuales. Lastimosamente no resulta ser amigable para algunas poblaciones como los adultos mayores, que no están acostumbrados a la tecnología y a los procesos que la época actual que las aplicaciones demanda. Se han disminuido las tiendas que prestaban el servicio de recarga; de acuerdo con los tenderos no es un negocio conveniente ni rentable. Así que, no queda otro remedio que llegar a una estación, esperar las enormes colas, llegar a turno para agregar saldo a la cuenta y poder viajar. Ahora, pagar impuestos, un ejercicio que hasta hace dos años era un asunto de solo algunos minutos, se volvió una misión imposible. Durante varios años fui miembro del Consejo de Planeación Distrital y un año Secretario General del mismo; sesionábamos en el edificio del CAD, en la avenida El Dorado con carrera 29, donde está el Súper CADE más grande de la ciudad, y las gestiones del Consejo me obligaban a ir casi diario. Por eso puedo decir con certeza que nunca, nunca en 4 años, vi el caos del que todos hemos sido testigos en los últimos días. Particularmente durante la semana anterior, cuando empezaba a vencerse el plazo adicional que se otorgó para el pago del impuesto predial con descuento, el desorden y la falta de consideración con el ciudadano fueron los protagonistas de la falta de atención. Desde el Concejo Distrital hemos estado pendientes de esta situación, y en efecto se han surtido varios debates este año sobre las dificultades de la plataforma Bogdata, que también soporta procesos de pago de impuestos. En el último de ellos, la Secretaría de Hacienda explica, por escrito, que no hay crisis. Mencionan además que los llamados incidentes de operación se están atendiendo con tres comités y 5 mesas de trabajo, creadas desde hace varios años. Por el bienestar de los ciudadanos de a pie, esperemos que así sea, con respeto por el tiempo de la gente, con el buen trato de los funcionarios, que con paciencia y don de servicio atiendan las necesidades y dudas de las personas.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-07-17

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Los retos de la educación y el mercado laboral: la encuesta multipropósito (capítulo 2)

La encuesta multipropósito 2021, publicada recientemente por el DANE para Bogotá y municipios de Cundinamarca, continúa orientando lo que debe ser la agenda de retos para el desarrollo de la ciudad y la región. Como lo anticipé en la columna anterior, la encuesta expuso problemas críticos que tenemos en Bogotá y que merecen toda la prioridad en la agenda de discusión del Concejo de la ciudad. ¿En qué temas debemos concentrarnos en el cabildo distrital para lo que resta del año? Adicional a la discusión de fondo sobre lo que debe ser la institucionalidad entre la Ciudad y el departamento, que empieza por analizar cómo debe ser el acceso de Bogotá a la región metropolitana, hay otras dos urgencias: la educación y el trabajo. Sobre esos temas, la encuesta empieza por revelar lo que constituye un reto enorme: jóvenes de 15 años de edad, que representan el 52% del total, de personas en edad de estudiar, coincide en que la educación empeoró después de la pandemia. Las diferencias locales aquí son críticas, pues mientras en localidades como: Usaquén, Suba y Chapinero la insatisfacción se acerca al 40% de los encuestados; en Antonio Nariño, Tunjuelito, San Cristóbal y Rafael Uribe Uribe, esta proporción se acerca al 60%. Hay además UPZ en una situación alarmante como San Blas, Fontibón San Pablo y Tintal Sur, en las que apenas 3 de cada 10 estudiantes piensan que la educación se mantuvo igual o mejoró. Los 7 restantes opinan que empeoró. No se puede aceptar este retroceso en una ciudad que debe crecer en capital humano si quiere resolver sus problemas de pobreza, falta de movilidad social y desigualdad. Hay que terminar la construcción de nuevas sedes educativas, meta que según Segplán[1] va en un 31,4 por ciento cuando el tiempo para la ejecución de las obras ya ronda el 65 por ciento. Hay que terminar las intervenciones a las 730 sedes educativas actuales con obras de mejoramiento. Allí el retraso es similar, pues al primer trimestre de este año, solo se habían intervenido 289. Finalmente, hay que continuar con los esfuerzos que se han hecho en cuanto a becas, capacitación docente y educación postmedia[2], tema en el que, según el sistema de seguimiento al Plan de Desarrollo, aún no ha habido ningún avance. Todo esto debe además hacerse leyendo las necesidades e intereses de los jóvenes, escuchándolos y haciéndoles partícipes, para que no sientan, como ellos lo indican en la encuesta, que la educación se deteriora. Pero así mismo hay que recordar que la educación es fundamental para fortalecer el capital humano, con el que se mueven las empresas y nuestra economía. Una agenda normativa que impulse la formación para el trabajo es muy necesaria. Hoy menos de 15% de personas de más de 15 años tienen formación técnica o tecnológica en la ciudad, frente a 24% de formación universitaria. La mayoría de ellos vive además lejos de los centros de trabajo. Ambos temas, educación y empleo, deben ir hoy de la mano, y la agenda del Concejo en este sentido será clave si queremos lograr una ciudad educada y competitiva.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-07-10

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Prioridades para el Concejo: la Encuesta Multipropósito (capítulo 1).

La próxima semana inicia el nuevo periodo de sesiones ordinarias en el Concejo de Bogotá. Desde la ciudad nos prepararemos para afrontar los nuevos retos que traerá un nuevo gobierno nacional, pero al mismo tiempo, es el deber de todos los cabildantes seguir enfocándonos en las necesidades más apremiantes de la ciudadanía. Y para ese objetivo, desde el viernes pasado, contamos con un insumo muy importante: la Encuesta Multipropósito de Bogotá y Cundinamarca 2021, elaborada por el DANE. En su presentación, Juan Daniel Oviedo, quien acertadamente ha liderado al DANE durante el gobierno del Presidente Iván Duque, explicó que la encuesta recoge información de seguimiento a variables de política pública sobre aspectos sociales, económicos y de entorno urbano de la ciudad y municipios aledaños. Durante ocho meses se encuestaron en Bogotá y 28 municipios de la región más de 292 mil personas, de 107 mil hogares, representativos de un universo de 2,8 millones en Bogotá y 587 mil de municipios aledaños. ¿Qué dice esta encuesta sobre las necesidades de la gente y, por lo tanto, sobre lo que deberá ser prioridad para estas nuevas sesiones del Concejo de Bogotá? En primer lugar, por supuesto, que como bien lo revelan las cifras, es urgente la necesidad de pensar los problemas más allá de Bogotá. La sabana se está “bogotanizando”, como bien lo reiteró Oviedo en su presentación. Cerca de 40% de los ocupados en municipios aledaños como Soacha, Gachancipá, Mosquera y El Rosal declaran trabajar en otros municipios, siendo Bogotá el más habitual. La realidad es que hoy tenemos barrios dormitorio, y se necesita con urgencia una política de integración regional del transporte. Caso similar ocurre con el tema de la educación, pues cada vez más niños y niñas, habitantes de Bogotá, estudian en otros municipios, lo que a un 18% de ellos les implica un traslado de más de 40 minutos. A la inversa, y esta vez en el caso de los estudiantes universitarios, el tema es crítico: cerca de 80% de estudiantes universitarios de Cota, Tabio, Tenjo y Sibaté, por ejemplo, gastan más de 40 minutos en su transporte diario. Es por todo esto que será tan crítica la discusión, que se dará durante estas sesiones que ahora arrancan, sobre la inserción de Bogotá a la Región Metropolitana. Los problemas están allí, el diagnóstico es claro, pero el remedio, como se ha propuesto, puede ser peor que la enfermedad, y por eso la labor del Concejo de Bogotá, de enmendar la plana, será clave. La encuesta también señala agendas en otros temas, como la baja oferta de mano de obra con educación técnica y tecnológica, crucial para el desarrollo de pequeñas industrias, o el aumento de hogares con moto en localidades como Bosa, Chapinero y San Cristóbal, lo que implicará ajustes en las restricciones recientemente impuestas a ellos. De todo esto hablaremos en otras columnas, pero es cierto que, por ahora, el Cabildo Distrital tiene un panorama claro de la urgencia, pero también de lo importante para la ciudad.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-07-03

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Los “Metros” de Bogotá: comparando peras con manzanas

No es cierto que el metro subterráneo estaba listo. Es cierto que, a este, al elevado, todavía le faltan aún estudios de detalle, y que por esta y otras razones, aún no haya comenzado en forma. Pero compararlos, y sobre todo pensar en parar uno —el elevado— para comenzar el otro —el subterráneo—, es un error. Sería comparar un pequeño arbusto de peral sembrado en tierra fértil, con una semilla de manzana guardada y empacada al vacío. Absurdo. Pero vamos por partes. El presidente electo ha anunciado reiteradas veces que va a “ordenar una evaluación del modelo del metro elevado”, pues según él, “nunca se hizo un análisis técnico”. Aquí es importante recordar que la Ley de Infraestructura del año 2013 permite adjudicar un proyecto como el metro siempre que se encuentre en la fase de factibilidad —también llamada fase II—, pero señala también que esta fase, crucial, consta de una evaluación económica final, identificación de redes, infraestructuras, activos existentes, comunidades étnicas, patrimonio urbano, arquitectónico, cultural y arqueológico, títulos mineros, entre otros. Análisis técnico, por lo tanto, sí hay. La gerencia metro y el consorcio adelantan, junto con todo el proyecto que va en un 14,3%, y conforme lo exige la Ley, no solo obras claves y compra de predios —que, no obstante, todo hay que decirlo, lentamente ha logrado poco más de un 30% de lo requerido, en 2 años y medio de ejecución—, sino que está trabajando ya de lleno en la llamada Fase III, que corresponde a diseños detallados tanto geométricos como de estructuras y obras. En suma, el metro elevado diseñado por el Alcalde Peñalosa avanza, lento sí, pero seguro. Por su parte, del metro subterráneo no hay ni un cheque. Para llegar a la fase II tuvo que haberse constituido la empresa metro, inexistente en la Bogotá Humana; tuvieron que haberse aprobado las vigencias futuras en el Concejo, paso que no se dio; haber firmado con el gobierno Santos, ahora parte del activa del gobierno entrante, un convenio de cofinanciación, que tampoco se dio, a pesar de haber tenido la voluntad; y por último, haber iniciado la licitación de diseño de detalle y construcción, algo, por supuesto, impensable para una situación general —usando una expresión del presidente electo— tan balbuceante. Haber llegado a cierto nivel de detalle, específicamente en cuanto a estudios de suelos, y aun así no haber contratado la obra, solo es una muestra del desorden, improvisación y falta de gerencia que caracterizó a la administración del exalcalde Petro. Al tenor de la campaña, era previsible que las declaraciones del presidente electo hayan sido imprecisas. Durante la semana previa a la segunda vuelta, quedó claramente evidenciado que, para el Pacto Histórico, lo importante era ganar, a cualquier costo, y que todo infundio valía. Y lo lograron. Pero ya electo, el presidente deberá olvidarse de la idea de detener la línea 1. ¿Por qué le conviene a él y al país, y sobre todo a nosotros, los habitantes de Bogotá, que no se detenga la obra? Porque la construcción de los cerca de 24km de viaducto, las 16 estaciones, el patio taller, junto con las demás obras, tienen la capacidad de generar anualmente 8 mil empleos directos y más de 20 mil indirectos, sin contar con los 1.200 que se emplearán cada año y para siempre, durante su operación. También porque lo necesita una ciudad que en un 65% revela no estar satisfecha con el transporte público, y porque necesitamos una cultura metro de Bogotá, que nos impulse a ser mejores ciudadanos. Ojalá el presidente Petro no detenga el progreso de Bogotá. Anuncie, financie y construya más bien una línea 3, apoyando además la prometida línea 2, ambas subterráneas. Las tres son frutas diferentes, pero muy dulces y saludables, que le hacen mucha falta a Bogotá.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-06-28

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Columna especial: Primer Consejo de Seguridad Humana, empezar desde la negación

Predecibles, aunque igualmente decepcionantes e indignantes las conclusiones del tan esperado consejo de seguridad que tuvo ayer el Presidente Petro con la Alcaldesa Claudia López. Como lo mencioné en mi columna del domingo, la administración distrital, y aparentemente ahora también el gobierno nacional, habitan una realidad paralela; la misma que tanto le criticaron al gobierno anterior. Gobierno que, en cambio, sí dispuso de 1.500 policías más para atender la ciudad, única propuesta concreta que se presentó en las conclusiones de ayer. O sea, el mismo discurso que antes se criticaba, solo que esta vez sin acciones ni resultados. Fiel al talante exclusivamente discursivo, epistolar, prosaico, alejado del hacer, y más asociado al hablar, de las dos administraciones, las conclusiones del Consejo de Seguridad fueron contundentes: que todo va bien en la ciudad en cuanto a seguridad. Que sí se puede mejorar alguna que otra cosa, pero que en todo caso todo es responsabilidad de otros. Que el Congreso, por favor, apruebe el aún no presentado proyecto de justicia restaurativa, y de competencias carcelarias. Que la fiscalía, con la plata que tiene y ni un peso más, la haga rendir, supone uno, y mejore sus capacidades técnicas y tecnológicas, y aumente el número de fiscales especializados. Y que lo más importante de todo es que el gobierno nacional financie los llamados proyectos de alto impacto social, como la renta básica para mujeres y adulto mayor, jóvenes a la U, sistema distrital de cuidado, mejoramiento de vivienda y de barrios. Esto último, la agenda social, se pone en primer lugar como la más importante para construir la “Bogotá más social, segura y justa”, y la consolidación de una “seguridad humana” en la ciudad. ¿El truco?, pues que ayer mismo en la mañana el presidente Petro, en forma muy bien calculada, había trinado: “el gobierno Duque no presupuestó para el año entrante una partida de casi 10 billones de pesos para las transferencias a personas que se crearon (sic) con motivo de la pandemia. Estas terminan el 31 de diciembre”. Excelente cálculo presidente: presentar un plan de reacción ante la brutal ola delictiva que azota la ciudad por estos días, visible en masacres, tiroteos, feminicidios, fleteo y atracos masivos, poniéndole trabajo a otras autoridades autónomas, y señalando que lo más importante eran los programas sociales, pero que, una lástima, todos están desfinanciados por culpa del gobierno Duque. Pues Alcaldesa, Presidente, algunos en el Concejo no tragamos entero. Así como sabíamos por anticipado bien sobre el engaño del que ustedes nos iban a intentar convencer a la salida del consejo de seguridad, sabemos que la culpa de la situación sí es de ustedes, aquí se ejerce con rigor el control político, y ustedes no le presentaron nada serio a Bogotá. La ciudad no necesita discursos, necesita gerencia, necesita recursos, necesita apoyo decidido y frontal a la fuerza pública, sin ambigüedades, necesita liderazgo para llamar a la solidaridad de los ciudadanos, que es la herramienta más poderosa que tenemos para derrotar el crimen. Necesitamos responsabilidad y autoridad, y por lo menos, se necesitaba que se reconociera el problema, no que se ignorara y se nos presentará una nueva y humana realidad paralela. ¡Que hagan un nuevo consejo, esta vez serio, y empiecen a trabajar ya!.

Posteado por: Javier Ospina el 2022-06-21

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